La vigencia de la Reforma protestante
Nos alegramos del documento que líderes evangélicos mundiales han elaborado de la vigencia de esa brújula que fue la Reforma, tan radicalmente contraria a la doctrina vaticana.
24 DE OCTUBRE DE 2016 · 14:00
Se cumplen este 31 de octubre 499 años del inicio de la Reforma protestante, cuando un monje agustino fue fiel a su conciencia y clavó 95 tesis que defendían una postura bíblica frente a las tradiciones y el Magisterio de Roma que había llevado a una religión de superstición, tradiciones y normas externas, que se mezclaban con el negocio de la venta de bulas para vaciar de almas el Purgatorio a la vez que se llenaban las arcas del Vaticano.
Pero no se trataba sólo de un mensaje de ética. Había un trasfondo conceptual y teológico que iba mucho más allá.
- Un mensaje que defiende la libertad de conciencia (sólo cautiva de la palabra de Dios, como dijo Lutero) por encima de dogmas y lo que se estipula como socialmente correcto.
- Un mensaje que encumbra la valentía de los idealistas frente al silencio cobarde de moralistas superficiales, corruptos correctos y defensores del poder establecido (social, político, lobista o religioso).
- Un mensaje que habla de un Dios soberano ante el que cada uno de nosotros deberemos rendir cuentas de forma personal no sólo por nuestros actos, sino también por nuestras omisiones.
- Un mensaje que aplicado a nuestro tiempo también arremete contra los telepredicadores que venden la Gracia infinita e inmensa de Dios a cambio de dinero.
- Un mensaje en definitiva que cambió y trastocó el mundo, y en el que deberíamos de mirarnos creyentes y no creyentes para preguntarnos en qué trastocamos hoy nuestro entorno, nuestra sociedad y nuestro tiempo.
De nada serviría si anunciamos este evento, que conmemoremos o celebremos lo que ocurrió aquel 31 de octubre de 1517, si no somos fieles a que la brújula de la Reforma protestante señalaba a Aquel que fue capaz de vivir y morir por su mensaje de la Verdad y la Gracia que se encarnaban de forma única en el Hombre de Galilea, el Mesías que había de venir, el Dios con nosotros que es cabeza viva de la única Iglesia, de las naciones y de todo lo creado, y que volverá para juzgar a vivos y muertos.
Nos alegramos -en medio de tanto relativismo- del documento que reconocidos líderes evangélicos mundiales han elaborado de la vigencia de esa brújula que fue la Reforma, tan radicalmente contraria a la doctrina vaticana.
Una doctrina que en nada ha cambiado desde Trento y la Contrarreforma aunque sí haya sofisticado las formas de su discurso, pero que en su fondo mantiene una postura totalmente contraria a la esencia del cristianismo de Jesús que los reformadores retomaron: Sola fe, sola Gracia, sola Escritura.
Hoy más que nunca los tiempos pasan, pero la Reforma continúa.
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