Me importa un comino

La Biblia se refiere al comino en dos ocasiones. En la parábola del labrador y en el evangelio de Mateo.

25 DE ABRIL DE 2019 · 19:10

Entre las principales propiedades de las semillas de comino destacan las de ser un buen antiparasitario digestivo y antiflatulento, ya que ayuda a expulsar los gases estomacales e intestinales.,
Entre las principales propiedades de las semillas de comino destacan las de ser un buen antiparasitario digestivo y antiflatulento, ya que ayuda a expulsar los gases estomacales e intestinales.

!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. (Mt. 23:23)

En hebreo, “comino” es kammón, כַּמֹּן y en griego, kýminon, κύμινον.

Se trata de una planta herbácea anual perteneciente a la familia Apiaceae (que antes se llamaba Umbelliferae), cuyas semillas son aromáticas y se usan desde la antigüedad como condimento o especia alimentaria y también en medicina.

Es originaria de la cuenca del Mediterráneo pero difundida por el continente americano.

La Biblia se refiere al comino en dos ocasiones. En la parábola del labrador (Is. 28:24-29) se especifica cómo se siembra y recoge adecuadamente para indicar que también Dios actúa con sabiduría en la historia de la humanidad.

Mientras que en el evangelio de Mateo (23:23) Jesús censura a los escribas y fariseos por dar demasiado énfasis a cosas sin importancia, como el diezmo de la menta, el eneldo y el comino y, en cambio, descuidar las más importantes, como el juicio, la misericordia y la fe.

Es cierto que la ley exigía el diezmo de los productos de la tierra, de las semillas, frutas, vino, aceite y ganado (Lv. 27:30; Dt. 14:22 s.), pero los líderes religiosos fanáticos exigían además los diezmos de estas plantas más pequeñas e incluso de las especias que se usaban en la comida.

 

Los frutos del comino son alargados, algo comprimidos lateralmente, de 5 a 6 mm de largo por 1,5 de ancho y con costillas prominentes llenas de pelitos ásperos.

Algunas de las cuales eran tan minúsculas que se criaban en macetas sobre las repisas de las ventanas. Diezmar también estos pequeños vegetales era algo verdaderamente ridículo.

El comino (Cominum cyminum) es una hierba anual que puede alcanzar los 90 cm de altura. Las hojas están divididas en segmentos muy delgados, casi filiformes. Sus flores son blancas o sonrosadas y se agrupan en umbelas de pocos radios.

El fruto es alargado, algo comprimido lateralmente, de 5 a 6 mm de largo por 1,5 de ancho y con costillas prominentes llenas de pelos ásperos. Es una planta originaria del Turquestán y apreciada desde la antigüedad por sus virtudes tónicas y estimulantes del estómago.

Por lo que constituye una apreciada especia de sabor ligeramente amargo y un olor fuerte y dulzón. Es ingrediente habitual del famoso curry de la cocina hindú y de otros lugares.

La pequeñez de la semilla del comino ha venido a ser, a lo largo de la historia, símbolo de insignificancia, poca cosa o casi nada. En este sentido, el famoso teólogo, Carlos H. Spurgeon, refiriéndose a la hipocresía de algunos religiosos judíos, escribió:          

A los fariseos no les importaba un comino que el Señor los oyera con tal que fueran oídos por los hombres o pudieran halagar su orgullo con sus bullangueras devociones; pero para el cristiano verdadero, lo que vale es que el Señor le oiga.[1]

Por desgracia, la hipocresía religiosa ha venido siendo un mal endémico desde los días de Job (36:13) hasta el presente. Sin embargo, el Señor Jesús proporcionó el remedio contra semejante actitud equivocada: “sacar las vigas de nuestros ojos”. ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano (Mt. 7:5).

[1] Spurgeon, C. H. 2015, El Tesoro de David, CLIE, p. 769.

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