Semblanzas de reformadores (y VII)
Carlos de Seso, Marina de Guevara, Caspar Olevianus, María de Bohórquez... Última parte de la serie de semblanzas de 100 reformadores.
16 DE DICIEMBRE DE 2016 · 10:13
El conjunto de hombres y mujeres que luchó por cambiar el rostro de la cristiandad en el siglo XVI puso a prueba la tolerancia y la posibilidad de ser creyentes de una manera nueva y crítica. Al verse ya como integrantes de nuevas iglesias, ellos impulsaron la transformación de su tiempo como nunca lo imaginaron en un principio, aunque siempre hubo espíritus más rebeldes y radicales. La combinación de posturas y temperamentos hizo del siglo XVI un verdadero laboratorio eclesiológico que marcó la historia para siempre.
87. Johannes Bugenhagen (1485-1558)
Teólogo evangélico nacido en Wollin y fallecido en Wittenberg. En 1517 desempeñó el cargo de lector en el convento de Belbuck. En 1521 se trasladó a Wittenberg, donde desde 1522 dictó clases de exégesis, fue párroco en 1523 y profesor 10 años después. Fue amigo de Lutero, a quien atendió pastoralmente, además de un magnífico organizador. Hizo numerosos viajes al norte de Alemania y Escandinavia para difundir la Reforma. Es autor de los ordenamientos eclesiásticos de Brunswick, Hamburgo, Lübeck, Hildesheim y de los territorios de Pomerania, Dinamarca, Holstein y Brunswick-Wolfenbüttel. Al morir Lutero, redujo su actividad. Intervino de forma determinante en la traducción de la Biblia al bajo alemán y escribió numerosos textos exegéticos. En 1728 apareció su historia de Pomerania, primera en su tipo (Eike Wolgast).
88. Caspar von Schwenkfeld (1489/90-1561)
Espiritualista místico nacido en Ossig (Baja Silesia) de una familia de la baja nobleza y muerto en Ulm. Tras estudiar en Colonia y Fráncfort actuó a partir de 1518 en la corte de Liegnitz. Fue un teólogo autodidacta y figura clave de la reforma de la nobleza en Silesia. Ganó en 1521 al duque Federico II. En la controversia sobre la Cena del Señor estuvo del lado de Karlstadt y Zwinglio en contra de Lutero. Cayó bajo sospecha de anabautismo y abandonó Leignitz en 1529 para ir a la alta Alemania donde tiempo después rompió relaciones con los reformadores. Tras la condena de sus doctrinas por la Liga de Esmalcalda, sólo pudo actuar literariamente en la clandestinidad y a través de su correspondencia. Vinculó a Dios sólo con la interioridad del ser humano, no con los ritos externos (sacramentos). Bajo su influencia se formaron conventículos en Ulm y Augsburgo, además de Prusia oriental, Silesia y Lusacia (Matthias Asche).
89. Enrique VIII (1491-1547)
Rey de Inglaterra (1509-1547) nacido en Greenwich y muerto en Westminster. Habiendo llegado al trono a los 18 años, dejó pronto los asuntos de gobierno en manos del cardenal Thomas Wolsey, que fomentó el sistema de Iglesia de Estado. Formado en teología, redactó en 1521 la Assertio septem sacramentorum, en donde defendía la doctrina católica frente a Lutero. En reconocimiento, León X lo nombró Defensor fidei. Tras el infructuoso intento de que Roma declarase nulo su matrimonio con Catalina de Aragón, consiguió que Thomas Cranmer, arzobispo de Canterbury, lo hiciera y autorizara uno nuevo con Ana Bolena. En febrero de 1531 el sínodo de Canterbury lo proclamó cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra. Apoyado por el Parlamento, atacó la potestad jurisdiccional del Papa y, entre 1535 y 1540, impulsó la secularización de los monasterios. Fue excomulgado en 1535. En 1536 hizo ejecutar a Tomás Moro y al cardenal Juan Fisher. Su supremacía no condujo a la introducción inmediata de ritos y doctrinas protestantes, por las que sentía rechazo. Su escrito A Necesssary Doctrine (1543) se sitúa en una postura de mediación. Encarnó el tipo del príncipe renacentista, culto y poco escrupuloso (Dieter J. Weiss).
90. Sebastian Franck (1499-1543?)
Representante del espiritualismo, nació en Donauworth y murió en Basilea. Tras cursar estudios en Ingolstadt y Heidelberg, fue sacerdote en la diócesis de Augsburgo y después, predicador luterano. Tras actuar por un tiempo en diferentes ciudades (Nuremberg, Estrasburgo, Esslingen, Ulm), se estableció definitivamente en Basilea como escritor independiente y editor de libros. su filosofía religiosa pretendía posibilitar al ser humano la captación de la dimensión absoluta del mundo a través de un esfuerzo intelectual basado en la relación directa con Dios. Radicalizó las ideas de Nicolás de Cusa y de Erasmo, y tuvo influencia en algunos filósofos modernos como Wilhelm Dilthey y Ernst Troeltsch (André Séguenny).
91. Jan Augusta (1500-1572)
Nació en Praga. Con su padre aprendió a fabricar y comerciar sombreros. No tuvo una educación formal pero leyó las obras de sacerdotes checos como Matías de Janov y Jan Hus. Se unió a los Hermanos en 1524 después de explorar y rechazar otras comunidades cristianas. Fue electo obispo de la Unitas Fratrum en 1532 y en 1535 viajó a Wittenberg, a nombre de su iglesia para consultar a Lutero. Nombrado presidente del concilio en 1547, preparó las versiones latina y checa de la confesión de fe de los Hermanos Checos y escribió algunos himnos. Evitó que algunos integrantes de esa comunidad colaborasen con Fernando I durante la Guerra de Esmalcalda. Cuando ésta terminó, Fernando desterró al grupo y arrestó a los predicadores principales. Augusta intentó escapar vestido de campesino, pero fue capturado y llevado a Praga, donde fue encarcelado. Se le ofreció la libertad a cambio de retractarse, pero no lo hizo del todo, aunque no se reconoció como utraquista, por lo que siguió en prisión durante 16 años, durante los cuales mantuvo correspondencia con otros líderes checos pero sin renunciar a su liderazgo. Fue liberado al morir Fernando, pero con la condición de no predicar nunca más,
92. Cristián III de Dinamarca (1503-1559)
Nació en Gottorf y murió en Koldinghus, Jutlandia. Fue gobernador, después duque de Schleswig y Holstein, y más tarde rey de Dinamarca y Noruega (1537-1559). Él y su padre, Federico I, fueron propiamente los reformadores de su país. En 1521, viajó a Alemania y estuvo presente en la Dieta de Worms, donde conocería a Lutero, cuyo pensamiento influiría definitivamente en su vida. Ya como gobernador favoreció la nueva doctrina (Confessio Hafnica, 1530) y, como rey, procuró ganarse a la nobleza católica por medio de concesiones. En 1536 encarceló a todos los obispos católicos y confiscó sus bienes. Para reorganizar la iglesia, llamó a Johannes Bugenhagen, cercano colaborador de Lutero, quien trabajó dos años en Dinamarca y después en Schleswig-Holstein. Él lo coronó como rey (Ernst Walter Zeeden).
93. Primus Trubar (1508-1586)
Reformador esloveno nacido en Rašica y muerto en Derendingen, cerca de Tubinga. Después de estudiar en Rijeka, Salzburgo y Viena, fue ordenado sacerdote en 1530. A través de Heinrich Bullinger conoció en 1541, la reforma en Suiza. En 1542 fue canónigo en Liubliana. Cayó en sospecha de protestantismo, por lo que debió huir en 1548 a Nuremberg y buscar asilo. Allí escribió sus obras Catechismus y Abecedarium (1550), los primeros libros impresos en esloveno. A partir de 1551 fue pastor en Kempten. Entre 1555 y 1560 publicó una traducción del Nuevo Testamento al esloveno. En 1561 estuvo en Urach, donde se dedicó a publicar libros protestantes escritos en su idioma y en croata, Ese mismo año llegó a ser superintendente en Liubliana, donde creó el primer ordenamiento eclesiástico luterano. En 1565 fue obligado a abandonar nuevamente su patria para ser pastor en Lauffen y Derendingen (France Martin Dolinar).
94. Agustín de Cazalla (1510-1559)
Protestante español nacido en Valladolid y ejecutado por la Inquisición en esa misma ciudad el 21 de mayo de 1559. Fue alumno de Bartolomé de Carranza y estudió en Valladolid y Alcalá. La influencia de su padre, oficial de las finanzas reales, le abrió una brillante carrera eclesiástica, obteniendo gran reputación como uno de los principales predicadores en España. En 1545 fue capellán de Carlos V, a quien acompañó a Alemania al estallido de la guerra de Esmalcalda. Allí se preocupó de refutar a los luteranos, pero acabó aceptando sus doctrinas. Vuelto a España en 1552, al principio fue cauto para expresar sus ideas, pero finalmente la casa de su madre se convirtió en lugar de reunión en Valladolid, siendo él la cabeza de esa congregación. En 1558 fue encarcelado con sus hermanos y otras 75 personas. El 4 de marzo de 1559, bajo tortura, reconoció que había aceptado las enseñanzas de Lutero, pero negó que las hubiera enseñado a otros. Se negó a hacer otras confesiones. El auto de fe en el que pereció fue el primero de esos espectáculos: 16 personas, incluyendo un hermano y una hermana suyos, fueron juzgadas al mismo tiempo y condenadas a cadena perpetua. Dos más, incluyendo a su hermano Francisco, fueron quemados vivos y otros 12, incluyéndolo a él, fueron estrangulados antes de ser quemados. Juan Cristóbal Calvete de Estrella lo califica a Cazalla como “excelentísimo teólogo y hombre de gran doctrina y elocuencia”, y el doctor Gonzalo de Illescas dice de él que era “predicador del emperador, de los más elocuentes en el púlpito, de cuantos predicaban en España” (http://www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_cazalla; véase: Miguel Delibes, El hereje. Barcelona, Ediciones Destino, 1998 (Áncora y Delfín, 827); y José C. Nieto, El Renacimiento y la otra España: visión cultural socio-espiritual, pp. 415-419).
95. Carlos de Seso (1516-1559)
Predicador italiano nacido en Verona en el seno de una familia perteneciente a la nobleza. Fue en su país donde tomó contacto con las doctrinas reformadas. Cuando se trasladó a España, se puso al servicio de Carlos I, siendo altamente distinguido por su valentía en las campañas guerreras y ganándose una reconocida fama como soldado. Allí se casó, emparentando con la realeza y fijando su primera residencia en Logroño. Desempeñó diferentes cargos, como el de corregidor en Toro en 1554. Paralelamente a sus labores seculares, dedicaba todo su esfuerzo a predicar el Evangelio. En Valladolid organizó y dirigió un círculo reformista que terminó con la ejecución o encarcelamiento en los Autos de Fe de 1559. Su persona fue de tal importancia, que su ejecución fue reservada para el Auto de Fe que presenció personalmente Felipe II. En ningún momento del proceso que duró más de un año, ni durante su cruel muerte, mostró algún signo de debilidad. Fue llevado a la hoguera el 8 de octubre de 1559. En un texto previo a su ejecución afirmó: “Si yo tuviera tiempo, veríais cómo demostraba que os condenáis los que no me imitáis; encended esa hoguera cuanto antes para morir en ella”. En el momento de su muerte, Felipe II le espetó la siguiente frase: “¡Yo mismo traería la leña para quemar a mi hijo, si él fuera tan perverso como vos!” (http://herodotovirtual.blogspot.mx/2006/10/carlos-de-seso1516-1559.html; véase: José de Segovia, “El hereje, de Delibes”, en Protestante Digital, 18 de julio de 2006, http://protestantedigital.com/blogs/52/El_hereje_de_Delibes).
96. Marina de Guevara (¿?-1559)
Monja española que, al momento de su ejecución, tenía más de cuarenta años. Participó en el círculo reformista de Valladolid. El testimonio en su contra provenía principalmente de las hermanas y de la madre abadesa, pero también de un hombre que la había visitado y le había hablado a través de una ventana enrejada. El proceso verbal completo es revelador de todo lo que acaecía en un convento. Por otra parte es preciso saber que algunos de los testigos fueron ellos mismos sospechados y seguidamente ajusticiados. La doctora Cazalla fue a dar un sermón a las monjas y les dijo que las buenas obras no contribuían a la salvación pero eran la prueba de la salvación. La contribución no es una condición de la salvación pero una señal de la acaecida justificación. Las abstinencias debían ser prescriptas como sentimientos interiores. Tres años antes se había sometido a penitencias tan ásperas que la abadesa le había advertido de tener cuidado de su propia salud. La abadesa pidió que a Marina le concedieran recibir la extremaunción, porque parecía en punto de muerte, y dijo que siempre había tenido una conducta absolutamente ejemplar. Fue juzgada culpable de herejía y sometida al brazo secular (es decir autoridad civil, porque la iglesia aborrece desparramar sangre). Después de la proclamación de la sentencia, el auto de fe lo presenciaron el rey Felipe II y su hermana Juana de Portugal, junto con el príncipe heredero don Carlos, la corte y los prelados, todos sentados en la tribuna pública de la plaza de Valladolid, el 8 de octubre de 1559 (“Mujeres de la Reforma: Marina de Guevara”, en http://alc-noticias.net/es/2015/10/26/mujeres-de-la-reforma-marina-de-guevara/, traducción de Roland Bainton, Women of Reformation, versión italiana, de Lucy Tufani; véase: “Segundo auto de fe, día 8 de octubre”, en Historia de la Inquisición, http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080015867_C/1080015872_T4/1080015872_012.pdf)
97. Caspar Olevianus (1536-1587)
Teólogo reformado nacido en Tréveris y fallecido en Herborn. Estudió ambos derechos en Orleans y Bourges y teología en Ginebra y Zúrich. En 1559 participó en el intento de introducir la Reforma en su ciudad natal. En 1560 dirigió el Collegium Sapientiae de Heidelberg, en donde fue profesor y, entre 1561 y 1562, titular de dos parroquias. Bajo el gobierno de Federico III fue miembro del consejo eclesiástico de Heidelberg participando en 1563 de forma decisiva en la implantación de la fe reformada mediante el Catecismo de Heidelberg, que redactó junto con Zacarías Ursinus. En 1564 estuvo en el coloquio de Maulbronn con los teólogos luteranos de Württemberg sobre la Cena del Señor y la cristología. Al reimplantarse la fe luterana perdió todos s sus cargos y a partir de 1577 fue predicador y educador en Berleburgo. En 1584 fue pastor y profesor en Herborn. Junto con Johannes Piscator y Ursinus transmitió las doctrinas de Calvino y Bullinger en Alemania.
98. María de Bohórquez (1539?-1559)
Nació en Sevilla y murió en esa misma ciudad víctima de la Inquisición a causa de sus simpatías protestantes. Conocía el latín y el griego, y tenía una gran biblioteca de libros luteranos, además de que sabía de memoria el Evangelio. Su denodada defensa de la libertad de conciencia asombró a los experimentados secretarios inquisitoriales, quienes dejaron constancia documental de la ardiente y profunda argumentación teológica de la que esta muchacha tan joven fue capaz. También constataron su fracaso como confesores de la Inquisición, en conseguir una abjuración in extremis, a pesar del rigor de la presión que se ejerció contra ella. La novela Cornelia Bororquia. Historia verdadera de la Judith española, de Luis Gutiérrez (1799), se basa libremente en su vida.
99. Claude du Chastel (1554-1587)
Rica heredera de familia hugonote, creció huérfana en Combourg. En 1565, a los 12 años, confesó públicamente su fe reformada y le dedicó el resto de su vida. Muy deseada para casarse, sus tutores hugonotes se opusieron a una boda con un católico, pues sólo se casaría por la iglesia reformada. Su prometido, el católico Charles de Gouyon de la Moussaye, deseaba convertirse, pero a costa de perder su herencia, lo que hacía el matrimonio imposible. Finalmente se casaron, aunque con las reservas del caso para, finalmente, declararse calvinistas los dos, por lo que apoyaron esa causa con recursos económicos y militares, además de apoyar a pastores fugitivos. Su esposo estuvo en la boda de Enrique de Navarra y volvió de París antes de la Noche de San Bartolomé. Murió al tener a su último hijo.
100. Catherine de Parthenay (1554-1631)
Noble francesa especialista en matemáticas, de familia hugonote. Se casó muy joven con Charles de Quelennec, quien falleció en la Noche de San Bartolomé, en agosto de 1572, al defender a Coligny. Considerada una de las mujeres más inteligentes de su época, fue cortejada por René Rohan. Ya como vizcondesa de Rohan, se estableció en Bretaña y cuando su esposo salía a combatir, ella se refugiaba en La Rochelle mientras apoyaba la extensión del protestantismo en esas regiones. Enviudó nuevamente en 1586, por lo que se dedicó a criar a sus hijos y a sostener la causa protestante en Bretaña. En Parc Soubise y Blain fue el alma de la vida cultural, religiosa y política. Escribió poemas y obras de teatro.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ginebra viva - Semblanzas de reformadores (y VII)