El tesoro de David, C.H. Spurgeon

"El salmo primero puede resumirse en dos presupuestos fundamentales y opuestos entre sí: los justos son objeto de bendición, mientras que los malos acarrean su propia desgracia". Fragmento de "El Tesoro de David" (C.H. Spurgeon , 2015, CLIE, con notas de Eliseo Vila).

09 DE OCTUBRE DE 2015 · 05:40

 El Tesoro de David, de CH Spurgeon,tesoro de david, spurgeon, clie,
El Tesoro de David, de CH Spurgeon

Este es un fragmento del libro "El tesoro de David de David", de C.H. Spurgeon (2015, Clie, con notas de Eliseo Vila). Puede saber más sobre el libro aquí.

 

"Este salmo puede considerarse como Salmo Prefacio,1 ya que viene a ser un resumen del contenido completo de todo Libro de los Salmos.2 El deseo y propósito de su autor es enseñarnos el camino a la bienaventuranza y advertirnos de la destrucción segura que aguarda a los pecadores. Una suerte de texto clave sobre el cual sustenta su mensaje divino todo el conjunto de los demás Salmos".

C.H. Spurgeon

 

"Debido a una tautología o hebraísmo de repetición que enfatiza el grado superlativo, al libro de Cantares se lo denomina “El Cantar de los Cantares” por considerar que constituye el canto más excelente entre todos los cantos; así, en justa correspondencia, el Salmo Primero debería llevar por título “El Salmo de los Salmos”, no tan solo porque viene a ser un resumen de todos los demás salmos, sino también porque contiene la médula y quintaesencia de la fe cristiana. Lo que San Jerónimo3 afirmó sobre las epístolas de Pablo puede aplicarse a este salmo con toda propiedad: corto en su compostura, pero largo y enjundioso en su contenido. Abre con una bienaventuranza, comienza donde todos aspiramos terminar; y bien podríamos etiquetarlo como La Guía del Cristiano, pues traza un mapa detallado no solo de las arenas movedizas donde los malos se hunden sin remedio, sino también de las zonas de tierra firme por donde han de transitar los creyentes en su camino a la gloria.4"

Thomas Watson [1620-1686]

Saint’s Spiritual Delight”, 1660

 

"El salmo primero puede resumirse en dos presupuestos fundamentales y opuestos entre sí: los justos son objeto de bendición, mientras que los malos acarrean su propia desgracia. Lo que plantea a su vez dos afirmaciones desafiantes por parte del salmista: una, su panegírico y defensa a ultranza de las virtudes y bendiciones del justo, a quien presenta como el auténtico Jasón5 capaz de ganar finalmente el «vellón de oro»6 de la bienaventuranza; otra, la afirmación tajante y taxativa de que a pesar que los malos logren temporalmente ciertas etapas de felicidad y éxito en este mundo, su vida es desgraciada y su fin, funesto".

Sir Richard Baker [1568-1645]

Meditations and disquisitions upon the first psalme of David”, 1640

 

"Me inclino por aceptar la opinión generalizada entre los escritores de la antigüedad (Agustín, Jerónimo, etc) que no dudaban al afirmar que el salmo primero tiene como objetivo final describir y resaltar el carácter y la bienaventuranza del Justo por excelencia: Cristo Jesús.7"

John Fry [1792-1822]

A Translation and Exposition of the Psalms on the principles adopted in the posthumous work of Bishop Horsley”, 1842

 

CH Spurgeon

Estructura. Este Salmo se estructura en dos partes: En la primera (vers. 1-3) David establece en qué consiste la felicidad y bienaventuranza del hombre recto, cuáles son sus parámetros de conducta, y qué bendiciones recibirá de parte del Señor. En la segunda parte (vers. 4-6) lo contrasta con el carácter y la conducta de los malos, revela su futuro, y describe, en un lenguaje narrativo, su sentencia y destino. C.H. Spurgeon

 

Versión poética:

BEATUS VIR

Feliz aquél mortal que nunca ha entrado

en las juntas que tienen los inicuos,

ni en los caminos que andan los malvados

sus pasos un instante ha detenido.

 

Que nunca se sentó en la pestilente

cátedra del error, en que el impío

predica sin cesar máximas falsas,

dogmas absurdos, pérfidos principios.

 

De la ley del Señor solo ocupado,

y sujetando siempre su albedrío,

atento la medita día y noche,

para cumplir sus órdenes divinos.

 

Se verá como el árbol que frondoso

está plantado junto al fresco río,

que le fecunda con sus dulces aguas,

y a su tiempo dará frutos opimos.

 

Jamás le caerán sus verdes hojas,

ni jamás dejará de estar florido;

y todo lo que hiciere, entre sus manos

próspero se verá, será bendito.

 

No así el malo, no así; pues de su vida

los destinos serán como el polvillo,

que de la seca tierra arranca el viento,

y por aire vaga en torbellinos.

 

Por eso no podrán los infelices

resucitar en el final juicio,

ni en el feliz Congreso de los Santos

los pecadores hallarán asilo.

 

Dios, que aprueba las vías de los justos;

de ellos hará salir sus escogidos;

pero de los impíos que le ultrajan,

destruirá al caminante y al camino.

Del “Salterio Poético Español”, Siglo XVIII

 

Vers. 1. Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. [Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. RVR77] [Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos. NVI] [Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores. LBLA]

 

Portada del libro.

Bienaventurado el varón.Bienaventurado”, ved como cómo el Libro de los Salmos comienza exactamente igual que comienza el famoso Sermón del Monte de nuestro Señor, ambos con una bienaventuranza!8 La palabra hebrea traducida aquí como “bienaventurado” es un término muy expresivo.9 En hebreo es un plural, y se ha debatido mucho sobre si se trata de un adjetivo o de un sustantivo. Nos enseña la multiplicidad de bienaventuranzas de que disfruta el hombre a quien Dios ha justificado, así como la perfección y grandeza de aquellas de las que un día disfrutará.10 Bien podríamos leer aquí: “Oh las numerosas bienaventuranzas” y entenderlo, (como hace Ainsworth11) como una expresión o aclamación de júbilo por las múltiples dichas de que disfruta el hombre justo. ¡Ojalá seamos nosotros merecedores de ellas!.

 

Que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Aquí se describe al justo por sus acciones, tanto por el lado negativo, es decir, por lo que no hace (v. 1:1); como por el lado positivo, por lo que hace (v. 1:2). No anda en consejo de malos.12 Busca el consejo prudente, sigue los caminos del Señor su Dios y cumple sus mandamientos. Para él, los caminos de la piedad son sendas placenteras y llenas de paz. Sus pasos no se orientan en las astucias y artimañas de los hombres carnales sino en los mandatos de la Palabra divina. Cuando la vida de una persona experimenta en su orientación un cambio tan radical, y la santidad hace acto de presencia en su conducta y acciones, no queda la menor duda que la gracia fluye en su interior. Reparemos en el detalle: “no anda en camino de pecadores”, es decir, es extremadamente selectivo a la hora de elegir sus amistades. A pesar de que sigue siendo un pecador, ahora es un pecador redimido, con un corazón renovado y dirigido por el Espíritu Santo, digno de levantarse en la congregación de los justos, y ello hace que no esté a gusto entre los obradores de maldad ni se encuentre cómodo sentado en las sillas de los escarnecedores.13 Al cristiano los ateos no le resultan una compañía grata. ¡Dejad que se burlen de la eternidad, del cielo y del infierno, y del Dios eterno, si eso es lo que desean! El varón justo, que se nutre de una filosofía mejor y más avanzada que la de los infieles, tiene un sentido tan real de la presencia de Dios a su alrededor que se le hace imposible permanecer en ambientes donde se blasfema su nombre. Las sillas de los escarnecedores pueden parecernos cómodas y presentarse como elevadas y sublimes.

-------------------------------------------------

 

1 Muchos exégetas –según indica L.A. Schökel [1920-1998]–, consideran que probablemente el Salmo 1 nunca existió originalmente como salmo sino era una introducción o preámbulo al Salterio, formando parte de que lo hoy conocemos como Salmo 2. Una teoría que aparentemente se confirma por una variante del pasaje de Hechos 13:33, donde algunos manuscritos en lugar de decir “como está escrito en el salmo segundo” dicen “en el salmo primero”, dando a entender que en principio eran un mismo salmo. [L.A. Schökel, Salmos i. Editorial Verbo Divino. Estella (Navarra), España, 1992].

2 Eso mismo afirma sobre este salmo Basilio de Cesarea [330-379] (más conocido como Basilio el Magno) en una de sus “Homilías sobre los Salmos”, la correspondiente al salmo primero: «El salmo primero es la base que sustenta todo el edificio del Salterio. Lo que los cimientos son a una casa, la quilla a un barco, o el corazón al cuerpo; eso es esa breve introducción que es salmo primero a todo el Libro de los Salmos». Orígenes [c.185-254] exclama: «¿Qué mejor comienzo para el Libro de los Salmos que esta profecía y alabanza del hombre perfecto en su relación con el Señor?» Gregorio de Nisa [330-394] por su parte afirma que «El salmo primero es como una introducción a la filosofía espiritual, pues nos invita a alejarnos de los malos o del mal, a acercarnos a lo bueno o al bien». Hipólito de Roma [170-235] concluye que «Este magnífico salmo que abre el salterio expresa: la esperanza de la felicidad, la amenaza del juicio, y la promesa de incorporación al misterio de Dios».

3 Se refiere a Jerónimo de Estridón o Eusebio Hierónimo de Estridón [c.342-420], nacido en Dalmacia, más conocido como San Jerónimo, Padre de la Iglesia, uno de los cuatro grandes Padres Latinos. Gran conocedor del griego y el hebreo y gran latinista, tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín, traducción conocida como la Vulgata (del latín “vulgo”, “pueblo”; “vulgata editio”, “edición para el pueblo”), que fue hasta la promulgación de la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana. Afirmó que las Epístolas de Pablo contienen la quitaesencia del mensaje del Evangelio.

4 A modo de curiosidad diremos que la primera palabra del salmo en hebreo empieza por ? alef, primera letra del alfabeto, y la última palabra del versículo seis (último versículo) por ? tau, la última letra del alefato o alfabeto hebreo. ¿Un simbolismo de que este salmo constituye el mapa completo del camino a la gloria que es el salterio?

5 Se refiere a Jasón, héroe mitológico griego hijo de Esón y de Alcímeda, rey de Yolcos, quien fue destronado por su hermano Pelias. A su vez, Pelias fue advertido por el Oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono. Jasón fue educado por el centauro Quirón hasta que al cumplir los veinte años se dirigió a Yolcos dispuesto a recuperar el trono que por herencia le pertenecía. En el camino, tuvo que cruzar un río donde perdió una de sus sandalias. Al llegar a la ciudad, fue llamado por su tío Pelias y éste, al darse cuenta de que aquél podía ser el hombre que anunciaba el oráculo, decidió alejarlo de su tierra enviándolo a una difícil misión: viajar hasta la Cólquida (al pie del Cáucaso), y traer de allí el vellocino de oro, que había sido la piel de un carnero fabuloso, lo que consiguió al frente de una expedición de héroes griegos conocidos como los Argonautas y con la complicidad y ayuda de la hechicera Medea.

6 Es probable que algún lector se sienta extrañado de las numerosas alusiones y citas que C.H. Spurgeon hace a hechos y personajes de la mitología griega, hoy casi desconocida por la mayoría. Al respecto es importante tener en cuenta que en época de Spurgeon era norma que toda persona culta estudiara latín y griego y leyera los “clásicos”: Sócrates, Platón, Aristóteles, Homero y Virgilio entre otros, muchas veces incluso en sus lenguas originales. Por tanto, citarlos en apoyo o como ilustración de una idea era algo de lo más común, una prueba de cultura por parte de un predicador o escritor, y hacerlo contribuía notablemente a elevar el nivel intelectual de una predicación o de un escrito.

7 De hecho Agustín de Hipona [353-429] abre su exposición al salmo con estas palabras: «Este salmo debe aplicarse a nuestro Señor Jesucristo, al Dios hecho hombre. “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos”. Es decir, justo lo contrario de lo que hizo Adán, el hombre terrenal, que al dejarse convencer por el consejo de su esposa, engañada por la serpiente, pasó por alto las ordenanzas del Señor. “Ni estuvo en camino de pecadores”. Es una realidad que Cristo a este mundo vino por el mismo camino de los pecadores, pues nació igual que nacen los pecadores. Pero no se detuvo en ella porque no lo ataban los halagos del mundo. Finalmente, vamos a prestar atención a la serie verbal “siguió, se detuvo, se sentó”. Aquel hombre terrenal siguió al apartarse de Dios; se detuvo al hallar complacencia en el pecado; tomó asiento cuando, tras reafirmarse en su orgullo, se vio incapacitado para dar marcha atrás, de no haberle liberado Aquel que ni siguió en el consejo de los impíos, ni se detuvo en la senda de los pecadores, ni se sentó en el trono de la peste».

8 Mateo 5:3.

9 En hebreo ’ašrê-h?’îš. Schökel destaca que la expresión es característica de lo que en lenguaje técnico se conoce como “género de felicitación” o “makarismo” (del griego “makarios” = “feliz”; “makarizo” = “felicitar”), y que se repite hasta veintiséis veces en el Salterio.

10 Ambrosio de Milán [340-397] afirma en este sentido en su “Comentario a Doce Salmos” que a aquellos que compiten en los juegos se les ofrece una corona con el propósito de estimularlos y lograr que den todo de si, que pongan en la competición toda la esencia de su ser. El Señor Jesús nos ofrece mucho más: la gloria del reino celestial, la dulzura del reposo permanente, y la felicidad de la vida eterna.

11 Se refiere a Henry Ainsworth [1571-1622], teólogo inglés no conformista, nacido en Swanton Morley, Norfolk, educado en el Caius College de Cambridge y posteriormente exilado y afincado en Ámsterdam. Erudito y reconocido especialista en hebreo bíblico, fue autor de numerosas obras, entre las que destacan sus traducciones anotadas o comentarios a Génesis (1616); Éxodo (1617); Levitíco (1618); Números (1619); Deuteronomio (1619) Salmos (incluyendo una versión métrica, 1612); y el Cantar de los Cantares de Salomón (1623). Su obra Psalms, The Book of Psalms: Englished both in Prose and Metre with Annotations [Ámsterdam, 1612], que incluye en una separata treinta y nueve melodías monofónicas de salmos, es conocida como el Ainsworth Psalter, “El Salterio de Ainsworth”, único libro de música que los peregrinos puritanos llevaron a Nueva Inglaterra en 1620, posteriormente revisado y convertido en el Bay Psalm Book, y que tuvo una influencia fundamental en la primitiva salmodia norteamericana.

12 Así se describe al justo Job (Job 1:1,8; 2:3). El mismo concepto de apartarse del mal se repite en diversos proverbios. (Proverbios 3:7; 16:6,17).

13 El insigne biblista español Jaime Pérez de Valencia [1408-1490], autor de un polémico “Comentario a los Salmos” hace al respecto el siguiente comentario: «Como hay tres grados de malvados, a saber: los que proponen, los que pecan, los que se obstinan; así hay tres grados de honrados, a saber: principiantes, adelantados, perfectos. Por eso podemos leer y entender los versos hipotéticamente así: Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, sino que permanece en el consejo de los fieles y justos; que no se detiene en la senda de los pecadores, sino que persiste en obrar bien; que no se sienta en el escaño de pestilencia, sino que persevera en la doctrina auténtica de la ley». (Citado por L.A. Schökel).

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Fragmentos - El tesoro de David, C.H. Spurgeon