“Escribir es una forma maravillosa de expresar una cosmovisión bíblica”
Noa Alarcón impartirá en Barcelona varios talleres sobre escritura creativa. Nos da su perspectiva sobre la literatura evangélica en nuestro país.
BARCELONA · 12 DE ENERO DE 2016 · 17:18
Quizá al empezar el nuevo año algunos han puesto en su lista de propósitos “escribir un libro”. Pero como suele pasar con los buenos propósitos, una cosa es pensarlo y otra hacerlo realidad. Más allá de la buena voluntad y el talento, existen herramientas y técnicas que pueden hacer el oficio más asequible y ayudar a un escritor novel a dar el paso.
Es en esta línea que se impartirán en las próximas semanas tres talleres de escritura creativa en Barcelona (Librería Abba, C/Girona 7), impartidos por Noa Alarcón, escritora, editora freelance y colaboradora en Protestante Digital, con el apoyo de Adece (Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos) y la plataforma cultural Suburbios.
Novela, ensayo y literatura infantil y juvenil serán los temas que se tratarán en estos talleres, cuya primera jornada -sobre ensayo- se celebrará el 5 y 12 de marzo, dirigido a todos aquellos que quieran empezar a escribir, o deseen mejorar su técnica y especialmente enfocado a pastores, maestros o líderes que tienen una idea y materiales, pero les cuesta organizarse.
Pregunta. La ficción nos gusta a casi todos, pero ¿puede ser que los evangélicos seamos a veces algo tímidos a la hora de desarrollar historias? ¿Crees que nos ponemos como creadores más corsés de los habituales?
Respuesta. Creo que, a veces, algunos evangélicos pretendemos negar que Dios nos ha hecho con la capacidad de ser creadores. La cultura y las artes, tradicionalmente, no han sido un ámbito muy apreciado por las iglesias. Se veía como algo innecesario y superfluo, algo que no tiene nada que ver con el evangelio. Yo creo que ha habido muchos que aun con el talento y las ideas para escribir han preferido irlo dejando pasar para no verse en un conflicto con personas que tal vez pensaran que estaban perdiendo el tiempo con tonterías que no ayudaban a predicar el evangelio. Y la verdad es que esa perspectiva no es acertada, y empezamos a darnos cuenta.
Yo creo que la escritura, sobre todo la de ficción (novelas, relatos), es una forma maravillosa de expresar al mundo una cosmovisión bíblica, única y diferente de la realidad, y para hacer reflexionar sobre cosas que de otra manera la sociedad en la que vivimos nunca se para a pensar. En ese sentido, tiene todo que ver con predicar el evangelio. Y no necesariamente tenemos que limitarnos a narrar de nuevo historias bíblicas para justificar el tiempo que empleamos en ello. Más bien, todo lo contrario: los cristianos que se sienten escritores sin duda tienen una parte de la capacidad de los antiguos profetas de saber decir la verdad de lo que está pasando en el mundo. Eso hay que aprovecharlo. Ya hay muchos escritores en el mundo editorial, sobre todo en las últimas décadas, demasiado encantados de hablar únicamente de sí mismos. Sería fantástico ver a escritores nuevos que aportasen a los lectores de cualquier ámbito una forma diferente de ver la realidad, más desde los ojos de Dios.
P. Otro de los talleres es sobre ensayo. Sabemos que hay muchos pastores, estudiantes de teología, etc. que quizá tienen material pero no saben o no han pensado en la edición. ¿Qué ayuda se les puede ofrecer?
R. La idea de hacer el taller de ensayo viene de que últimamente me ha venido mucha gente preguntando cómo hacerlo para poder ordenar y ofrecer a otros unos materiales en los que, en muchos casos, llevan mucho tiempo trabajando y que son de muy buena calidad. La vida cristiana consiste en un porcentaje altísimo de aquello que compartimos y aprendemos de otros hermanos. A muchos de ellos Dios les ha dado capacidades y dones que nos pueden edificar a los demás, y en estos tiempos hay que aprovechar los medios que tenemos para que todo eso no se quede únicamente en los pequeños grupos locales. No todos sabemos arreglar zapatos, por eso se necesitan zapateros. Del mismo modo, no todo el mundo en la iglesia sabe de todo, pero alguna vez vamos a necesitar los conocimientos de los demás en temas particulares. Si aquellos que tienen un buen material y una buena idea la ponen al servicio de los demás, todos saldremos ganando. La idea del taller es enseñar consejos prácticos para que aquellos que se sienten un poco perdidos sepan cómo comenzar a escribir, cómo mantener una disciplina de escritura y cómo publicar después su trabajo. Cada caso es diferente, así que como el taller está dividido en dos sesiones, durante la semana que habrá entre medias haremos prácticas y ejercicios, se mirará cada proyecto individualmente y analizaremos cuáles son los puntos fuertes y cómo aprovecharlos. Por supuesto, dedicaremos un tiempo a ver modos de publicación, pero siempre con la idea en mente que en el modelo editorial actual, y más aún dentro del mundo evangélico, hay muchas opciones donde elegir.
P. Literatura infantil y juvenil es el tercer taller. ¿Es un género que presenta retos propios?
R. Para mí es el género más exigente, porque en literatura infantil y juvenil no se puede engañar a los lectores. Quizá un adulto lee una novela y le puede gustar más o menos pero a no ser que sea muy pesada normalmente se esfuerza por terminarla. Los niños y los adolescentes no se molestan en hacerlo: si no les llama la atención desde el primer momento, has fracasado. Hay que enfocar la escritura de esta clase de literatura de una manera completamente diferente a la de ficción para adultos. Tienes mucho menos margen para improvisar y todo tiene que estar muy calculado. Hay que ponerle un par de dosis extra de pasión y de cariño y hay que atreverse a mirar a los niños y los adolescentes como realmente son, desde lo que realmente necesitan leer y aprender, y no desde como a nosotros nos gustaría que fueran. En el ámbito evangélico hace muchísima falta literatura de esta clase, y lo digo en serio. La demanda es enorme y las ofertas muy pocas. Yo animo a todos los que tengan inquietud por esta clase de literatura y quieran aprender técnicas y mejorar su estilo que se apunten, porque aprenderemos mucho entre todos. Yo espero que podamos poner la primera piedra de un cambio de modelo; que desde este taller surjan libros que nos sirvan para hablar de Dios y de la realidad a los más pequeños de una manera que les alcance.
P. En general, ¿cómo está el ámbito de la literatura evangélica en nuestro país? Algunos echan de menos que se publique a más autores evangélicos españoles, ¿qué opinas?
R. Que los que opinan eso tienen razón. Tenemos la gran suerte de estar dentro del ámbito del habla hispana y de tener a unos cuatrocientos millones de personas con las que poder conversar; y al mismo tiempo tenemos la gran desgracia de estar dentro de ese ámbito de habla hispana formado por decenas de culturas diferentes a la nuestra, con muchos más integrantes que nosotros, y más interés para las editoriales grandes. Aquí somos poco mercado, y tenemos nuestros temas, nuestros intereses propios; deberíamos poder tener una literatura propia que aún a pequeña escala ayudase a edificarnos desde nuestras problemáticas particulares. La idea de estos talleres, desde los organizadores (Suburbios y ADECE) es empezar a hacer salir a la luz a todos esos autores medio adormilados que hay en el mundo evangélico español para que este modelo pueda empezar a cambiar. Hay formas de publicar; hay maneras no solo de crear un mercado de literatura evangélica nueva y fresca que interese en España, sino que también pueda interesar al resto del mundo hispano porque definitivamente se trata de algo único a lo que no van a estar acostumbrados. A todos nos puede sorprender mucho lo que puede dar de sí el hecho de que haya cristianos que comiencen a escribir con decisión, humildad y para el Señor. Y me encantaría que estos talleres fueran un pequeño escalón más para empezar a subir esa escalera.
Si desea asistir u obtener más información sobre los talleres puede escribir a [email protected]
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