El camino de fe de Justin Bieber
El cantante canadiense dijo en una entrevista en profundidad: “Yo amo a Jesús, y eso fue mi salvación. Quiero compartir lo que estoy pasando y experimentando. Creo que esto no debería ser motivo de rechazo”.
Complex, Evangelical Focus · LONDRES · 04 DE OCTUBRE DE 2015 · 17:02
Justin Bieber ha sido famoso en todo el mundo desde que era adolescente. Con millones de discos vendidos y más de sesenta millones de seguidores en Twitter, el cantante canadiense estuvo en la lista de “las 100 personas más influyentes de internet” de la revista Times, rozando a Obama y Beyoncé.
A pesar de su enorme éxito, la carrera de Bieber se vio amenazada por sus problemas con las drogas y el alcohol, lo que le llevó a la prisión en 2012.
Sin embargo, por lo visto el cantante de 21 años está intentando cambiar su estilo de vida y comportamiento. Como dijo en una entrevista con la revista británica Complex: “Me olvidé de quién era, de lo que mi madre me enseñó. Me desvié, y me corrompí. Entré en la industria de la música con 13 años. Yo intentaba confiar en la gente y en cambio me rompieron el corazón a los 15 años”.
“Así que empecé a ir por mi cuenta. Me metí en unos cuantos problemas —nada que no haga cualquier joven de 20 años—, simplemente siendo un poco rebelde. Ahora, con 21 años, estoy empezando a sentirme a gusto conmigo mismo, yendo con unas cuantas personas geniales que no tienen miedo de decirme qué es lo realmente importante”, explicó.
Asiste con regularidad a la iglesia de Hillsong en Nueva York y se bautizó en junio de 2014.
“ME APOYÉ EN DIOS”
Cuando se le preguntó qué significa el amor para él, dijo “El amor es algo que escogemos. El amor no es un sentimiento. La gente ha hecho que en las películas parezca un cuento de hadas, pero eso no es el amor”.
“No puedo depender de la gente. Me apoyé en Dios. Confiaré en él en todas las situaciones. Será entonces cuando, espero, mis otras relaciones florecerán a mi alrededor”, añade.
Bieber habla sobre aquellos que intentan llegar a él solo porque es famoso. “Si puedo quererte y saber que no soy yo mismo porque tú estás siendo amable conmigo, pero te quiero y creo que eres una persona increíble pero en realidad tú estás tan hecho pedazos como yo lo estoy por dentro… En realidad todos estamos intentando encontrar respuestas”.
Bieber reconoce que estaba “cansado de llevar una máscara y una imagen para la gente”. Ahora todo va bien porque “puede confiar en que Dios lo tiene todo bajo control”.
“ME ENCANTA HABLAR DE MI FE”
“A estas alturas, mi fe es lo que me ha llevado a estar donde estoy. Mi fe me ha llevado a otro nivel. Me encanta hablar de mi fe”, añade.
“No soy religioso. Yo, personalmente, amo a Jesús y eso fue mi salvación. Quiero compartir lo que estoy pasando y experimentando. Y creo que esto no debería ser motivo de rechazo. No quiero imponerle esto a nadie, yo solo quiero vivir honestamente como Jesús”, comenta.
“JESÚS ES QUIEN CURA NUESTRAS HERIDAS”
“Lo que Jesús hizo cuando fue a la cruz fue básicamente decir ‘tú no tienes que sufrir nada de esto’. Pudimos deshacernos de nuestras inseguridades, pudimos eliminar todas nuestras heridas, todo el dolor, todo el temor, todos los traumas. Eso no tiene por qué seguir ahí”, argumenta Justin.
“Así que, todo este proceso de curación que estás intentando llevar a cabo, es innecesario. Tenemos a la persona idónea para curarnos y su nombre es Jesucristo. Y cura de verdad”.
RELACIÓN CON JESÚS VS. RELIGIÓN
Bieber hace una distinción entre religión y relación personal con Jesús. “La religión trata básicamente de presentarte a ti mismo como santo y llevar ofrendas para que Dios te bendiga, cuando en realidad el propósito de la relación tendría que ser: ‘No, no voy a hacer esto porque él me ama. Voy a hacer esto porque él es increíble y no porque tengo que hacerlo, sino porque quiero’”.
El cantante cree que “es precisamente la base de la religión lo que ha hecho que la gente se eche atrás. No es un ‘tengo que’. Debería ser como una relación personal, tipo: ‘Oye, te quiero porque tú me quisiste primero’”.
Y continúa diciendo: “Si somos capaces de entender que todos somos imperfectos, vayamos a Dios y busquemos su ayuda. Eso no quiere decir que seas débil.”
“Solo ir a la iglesia no te hace ser cristiano. Es una relación. Que vayas a Taco Bell no te convierte en un taco”, argumenta Bieber.
“UNA SEGURIDAD DIVINA”
Cuando el entrevistador le pregunta si su fe le hace invencible, tal como solía decir que se sentía tiempo atrás, Justin responde: “Me siento invencible en el sentido de que… nada es más grande que Dios. Si Dios está conmigo, ¿quién contra mí?”
“Eso es lo que me ha ayudado en muchas situaciones en las que me he sentido juzgado. Te da seguridad y puedes sentirte a gusto contigo mismo de una forma muy guay, pero sin ser creído. Es una seguridad divina”, concluye.
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