Ruta George Lawrence para manchegos

José Moreno Berrocal, pastor de la iglesia evangélica de Alcázar de S. Juan, y Mateo Hill, representante de la editorial “Peregrino”, visitan la Ruta George Lawrence.

Joaquim Campistrón · CALDES DE MONTBUI · 15 DE MAYO DE 2015 · 17:19

José Moreno Berrocal y Mateo Hill, en el cementerio protestante de Caldes de Montbui.,george lawrence visita
José Moreno Berrocal y Mateo Hill, en el cementerio protestante de Caldes de Montbui.

Tierra de buen queso y mejor vino, de buen sol y mucha luz; tierra de moros y cristianos, de casas encaladas y calles empedradas; tierra rica en cultura y cantante de fama mundial, tierra de viento y solanas, de quijotes y gigantes, tierra de molinos y quimeras ...... y de Lawrence. Me refiero a la Mancha, donde, además del Quijote, el colportor también hizo sus “andanzas”, concretamente en Campo de Criptana (Ciudad Real). A uno se le ha querido recordar para dar a conocer el lugar hasta a los japoneses, al otro se le desea ubicado en el país de la amnesia. Pero Dios, allí, también se sale con la suya, y saca el polvo a la parte de la historia que el olvido malintencionado quiere tapar todavía hoy.

José Moreno Berrocal es el pastor de la iglesia evangélica de Alcázar de S. Juan, población que se encuentra al lado de Campo de Criptana, y Mateo Hill el representante de la conocida editorial evangélica “Peregrino”. Gracias a una conferencia que tenían que pronunciar el pasado día 9 de mayo por la mañana en la librería Abba de Barcelona, pudieron visitar Caldes de Montbui por la tarde, a fin de dar una ojeada a la villa y poder participar en la “Ruta George Lawrence”. La visita fue corta, pero quedaron encantados con lo que pudieron ver, y prometieron volver cuando les sea posible a fin de profundizar en el conocimiento de los activos históricos y culturales con que cuenta Caldes.

Después de encontrarnos en el aparcamiento de la Estación nos dirigimos al inicio de la Ruta que, en esta ocasión, principiábamos en la Plaza del León. Antes de empezar, pero, hicimos que se dieran cuenta de la presencia de los adoquines que hay en todo el trayecto, y puesto que en el Museo Thermàlia hay una exposición sobre “Las canteras”, aprovechamos para que supieran de uno de los activos históricos y sociales más valiosos de la historia reciente de Caldes. Después de indicarles que el actual edificio del Ayuntamiento es, muy probablemente, el lugar en el que la población recibió la primera acción benéfica de Lawrence en 1873, al ofrecer ayuda y evangelios a los heridos del reciente ataque carlista sufrido en dicha fecha, fuimos siguiendo la ruta hasta llegar al primer lugar donde se instaló la “escuela de los pobres” fundada por el misionero. Seguimos visitando los lugares donde Lawrence y su familia dejaron huella en la población, resaltando, claro, la calle que lleva su nombre, sin dejar de exponerles que lamentablemente se nos negó a los caldenses la celebración por la colocación de las placas con su nombre, hecho que los visitantes consideraron incomprensible e inaudito. Y eso que no sabían de los tejemanejes que se cocieron entre bastidores.

 

José Moreno y Mateo Hill con Joaquim y Òscar, guías de “la Ruta”.

 Seguidamente nos dirigimos al cementerio para visitar el lugar donde está enterrado el misionero, en el antiguo recinto conocido como “cementerio de los protestantes”. Una vez dadas las explicaciones de las vicisitudes y cambios sufridos en el recinto nombrado, dimos, como siempre, la opción a los visitantes de efectuar libremente su particular participación. Después de unos instantes de duda, se inclinaron por hacer una lectura bíblica y una oración. El recurso fácil para la lectura era abrir el móvil para descargarla, pero les guiamos hacia otro medio más histórico, más romántico, más cercano: hacerla con un ejemplar de la Biblia impresa por el misionero, y donada generosamente a “Amics d'en George Lawrence” por una caldense, miembro de una familia muy conocida de nuestra población, y que había pertenecido a sus bisabuelos evangélicos.

El pastor José Moreno la tomó con delicadeza, y tanto él como su compañero de viaje la examinaron con admiración y alegría no disimuladas. Seguidamente, hizo la lectura de un texto correspondiente a la segunda carta que el apóstol Pablo escribe a Timoteo en la que exhorta a trabajar para la obra del Señor. A continuación, Mateo Hill elevó una oración a Dios en la que, entre otras cosas, le agradeció que proveyera salvación para los que se entregan y comprometen a seguirle, y enviara a sus hijos a nuestro país con la misión de anunciar el Evangelio, entre los que se encuentra Lawrence y su familia. Pidió al Altísimo que aliente a los fieles de Caldes a continuar en dicha labor, y valorando el legado del esforzado misionero le pidió (a Dios) ayuda para “ser dignos de pronunciar su nombre”.

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