Generación de víboras

Cristo enseñó que se puede conocer el interior de una persona por las palabras que habla y que cada cual dará cuenta de ellas

28 DE SEPTIEMBRE DE 2023 · 19:10

Foto: <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@markstoop">Mark Stoop</a>, Unsplash CC0.,
Foto: Mark Stoop, Unsplash CC0.

Este concepto tan insultante aparece en los evangelios de Mateo y Lucas (Mt. 3:7; 12:34; 23:33; Lc. 3:7). Tanto Juan el Bautista como Jesús, lo emplean para denunciar la hipocresía de aquellos que pretendían ser justos y bondadosos pero en el fondo no estaban dispuestos a actuar con justicia y misericordia hacia el prójimo.

Juan había vivido mucho tiempo en el desierto y conocía perfectamente los peligros que éste escondía. Sabía que las diferentes especies de víboras mortales solían esconderse bajo los matorrales resecos que abundaban en aquellos parajes solitarios.

Probablemente había podido observar cómo dichas plantas ardían con frecuencia debido al calor y a alguna posible chispa generada por el ser humano. Entonces, las víboras camufladas bajo los matojos salían de sus escondites huyendo del fuego.

Esta es precisamente la imagen que usa Juan para referirse a muchos de los que venían a bautizarse: “¡Oh generación de víboras! ¿quién os enseñó a huir de la ira venidera?”.

Los judíos creían que eran superiores a los demás pueblos y estaban convencidos de que Dios al juzgarlos sería mucho más benevolente con ellos que con los otros.

Sin embargo, Juan les dice que son como aquellos peligrosos ofidios que salen de sus escondrijos para bautizarse por miedo al juicio divino pero, en realidad, no estaban dispuestos a cambiar de vida.

Pensaban que el bautismo de Juan era una especie de ritual mágico que automáticamente los salvaría de sus maldades. No obstante, la ponzoña venenosa del pecado seguía anidando en su interior ya que no experimentaban un arrepentimiento sincero.

De ahí la dureza del término empleado por el Bautista: Por su parte, el Señor Jesús llamó también así a los escribas y fariseos (“generación de víboras”) porque ellos previamente habían dicho que el Maestro echaba fuera los demonios gracias a Beelzebú, el príncipe de los demonios (Mt. 12:24).

Decir que el Hijo de Dios era un aliado del diablo fue un insulto terrible ya que era como envenenar las mentes de los oyentes, sembrando la duda en sus corazones.

Por eso, Cristo enseñó que se puede conocer el interior de una persona por las palabras que habla y que cada cual dará cuenta de ellas. “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

Las bocas pueden exhalar términos enriquecedores pero también venenosos y destructores. ¿Se extinguió aquella antigua generación viperina o quizás algunos de sus descendientes han subsistido hasta el día de hoy?

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Zoé - Generación de víboras