La historia importa
La Biblia se toma la historia muy en serio. De hecho, la Biblia es la fuente de nuestra concepción occidental del tiempo lineal. Las dimensiones del pasado, el presente y el futuro no son tan evidentes como creemos.
04 DE MARZO DE 2025 · 11:42

La historia realmente importa.
La historia nos da perspectiva y comprensión acerca de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos. La historia da sabiduría a los jóvenes.
La Biblia se toma la historia muy en serio, a diferencia de todas las demás escrituras sagradas. De hecho, la Biblia es la fuente de nuestra concepción occidental del tiempo lineal. Las dimensiones del pasado, el presente y el futuro no son tan evidentes como creemos.
¿Te has fijado alguna vez en que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento comienzan con libros sobre el pasado y terminan con libros sobre el futuro? En medio hay libros y cartas que nos dicen cómo actuar eficazmente en el presente. Pasado. Presente. Futuro.
La Biblia nos prepara para ser personas tridimensionales, arraigadas en el pasado de Dios y centradas en su futuro, para que podamos comprometernos eficazmente en el presente. Arraigados. Comprometidos. Centrados.
Cuando los gobernantes autocráticos empiezan a politizar y revisar la historia, como estamos acostumbrados a ver en Rusia y tristemente vemos ahora en Estados Unidos, sabemos que nos encontramos en un peligroso camino hacia la tiranía.
Dos voces autorizadas que escucho son Timothy Snyder y Anne Applebaum. Estos enlaces ofrecen mensajes que subrayan la necesidad de entender el presente, a ambos lados del Atlántico, a la luz de las lecciones de la historia.
En los regímenes totalitarios, el “olvido organizado” es un fenómeno ampliamente reconocido. La historia revisionista era una característica de los regímenes comunistas, por ejemplo, que deseaban moldear la comprensión y las expectativas del “nuevo hombre socialista” para que sirvieran a los fines del Estado.
“Sólo el futuro es seguro”, bromeaban los cínicos, “el pasado cambia constantemente”.
Una expresión más benévola del “olvido organizado” en nuestros tiempos seculares es la pérdida de conciencia histórica sobre Europa en general, y sobre el papel de la Biblia y la historia de Jesús en la conformación de la cultura europea en particular.
Pero incluso Richard Dawkins, el conocido ateo militante, reconoce que no se puede entender la historia europea sin conocer el cristianismo y la Biblia.
‘Geloof in Mokum’ (La fe en Ámsterdam)
Así es en cada una de nuestras naciones europeas. Y en muchas de nuestras ciudades. Incluida Ámsterdam. El pasado octubre, Ámsterdam inició un año de celebración de sus 750 años de existencia oficial.
Se remonta a un documento fechado en 1275 que autorizaba al incipiente asentamiento en la desembocadura del río Amstel a comerciar sin pagar peaje. Hasta el próximo octubre se celebran todo tipo de festejos.
Bajo el lema ‘Geloof in Mokum’ (La fe en Ámsterdam) este fin de semana se inicia una serie de nueve actos, uno por cada siglo, del XIII al XXI.
Cada acto tendrá lugar en un lugar histórico diferente, y en él exploraremos el papel que la fe (geloof) ha desempeñado en la configuración de la ciudad. Mokum es una palabra yiddish que significa “lugar”, el nombre que los refugiados judíos dieron a la ciudad.
Todo el mundo, religioso o no, es creyente en algo. Nadie es realmente “no creyente”. Todos llevamos nuestras creencias a nuestra vida cotidiana. ¿Cómo han influido estas creencias, cristianas o no, en Ámsterdam a lo largo de los siglos?
El domingo 2 de marzo comenzamos la serie en la iglesia madre de la ciudad, la Oude Kerk, el edificio más antiguo de la ciudad, obra maestra de la arquitectura gótica holandesa.
El personal de la iglesia adaptó el servicio de la mañana al tema de la fe en el siglo XIII. ¿En qué creían entonces los habitantes de Ámsterdam? ¿Cómo afectaba eso a su vida cotidiana? ¿Qué podemos aprender hoy de ellos?
Una liturgia gregoriana que refleja el culto del siglo XIII precederá a una procesión a través del santuario cavernoso con estaciones para observar antiguas pinturas en el techo de figuras inspiradoras, terminando con una eucaristía en la zona del coro alto.
Tres fases
La historia de Ámsterdam refleja la historia de Europa. Los tres primeros siglos de la vida de la ciudad estuvieron dominados por la fe católica medieval, en la que la Iglesia era la única mediadora entre Dios y la humanidad.
El 15 de marzo exploraremos cómo la noticia de un milagro puso a Ámsterdam en el mapa en el siglo XIV, atrayendo a miles de peregrinos de toda Europa, incluidos dos emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico.
En el siglo siguiente aparecieron una veintena de claustros dentro de las murallas de la ciudad para dar forma a la espiritualidad diaria de los habitantes de Amsterdam (30 de marzo).
Todo eso cambió en el siglo XVI, cuando la ciudad abrazó la Reforma de un día para otro en mayo de 1578. Con enormes consecuencias para la libertad de conciencia y expresión, la vida eclesiástica, la vida económica y la exploración.
Al principio, la razón apoyó y luego socavó la fe, e inauguró la era de la Ilustración a partir del siglo XVIII. En mayo y junio se celebrarán actos sobre estos tres siglos protestantes.
Durante los tres siglos modernos o liberales seculares restantes, del XIX al XXI, que se tratarán en septiembre y octubre, la fe siguió oponiéndose a la incredulidad, como la hierba que crece en el hormigón, en el movimiento Reveil (Renacimiento), en el neocalvinismo de Kuyper y, más recientemente, en la llegada de muchas iglesias de emigrantes.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ventana a Europa - La historia importa