El candidato perfecto
La gente que le aconsejó presentarse para el puesto tuvo el candidato perfecto.
04 DE ABRIL DE 2025 · 15:45

Al verle asomar la cabeza por el quicio de la puerta, el jefe del comité allí reunido le hizo la siguiente pregunta:
— ¿Qué desea?
— Un puesto relevante— dijo de sopetón y a las claras la cabeza asomante—Sé que se ha quedado uno disponible y la gente pide que me presente al concurso. Dicen que soy el candidato idóneo para esta nueva etapa que ustedes abren.
— Bien. Pase. Vamos a hacerle algunas preguntas sencillas. ¿Está usted preparado para responderlas?
— Creo que sí, pero ¿me comprometen en algo las respuestas?
— En absoluto. Siéntese, por favor.
— Ha dicho sencillas, ¿verdad?, es que yo…
— Sí. Empecemos con el cuestionario. ¿Tiene usted alguna preparación para ocupar un puesto de responsabilidad?
— Ninguna.
— Perfecto. Continuemos. ¿Acata usted las órdenes?
— Absolutamente todas, sin siquiera pensármelo dos veces.
— Esta actitud, ¿le quita el sueño?
— Para nada. Duermo como un lirón.
— Si le preguntara dónde suele posicionarse usted ante los conflictos, o sea, si sus criterios son puros o impuros, ¿qué contestaría?
— Mire, esa es fácil. Mi respuesta sería: Vivo en la ambigüedad, o lo que es lo mismo, entre Pinto y Valdemoro tengo mi morada.
— Jajaja. Me gustan sus respuestas. Prosigo. ¿Le afecta la desidia? Se lo pregunto porque a veces en nuestros proyectos no damos soluciones rápidas.
— Creo que es la mejor virtud que puede tener la persona que ocupa un puesto ilustre.
— Ahora tengo que hacerle algunas cuestiones sobre su currículum. ¿Le importa hablarme de él?
— Lo haré con gusto. Soy el promotor del proyecto “Plante un pino lo más cerca de su puerta”. Llevo la iniciativa de “¡Cuidado!, el palo del chupa Chups puede hacer daño en los ojos de los niños”. Estoy escribiendo un libro para combatir el estrés, titulado “Extasíate mirando al perro”. Creo que cuando lo termine cualquier editorial a me lo quitará e de las manos. Soy líder de un grupo en el que analizamos una de mis máximas preferidas: “Pase lo que pase, no saques tu opinión a la luz”. Y por último, recojo firmas para consolidar “Los derechos de la hormiga en el ordeñe del pulgón”. ¡Ah!, lo olvidaba. Ayer comencé con otro bosquejo de concienciación ciudadana llamado: “¿Era Marilyn Monroe rubia de bote, o simplemente no?
— ¡Qué barbaridad! Es usted de mente hiperactiva. ¿Puede con todo eso?
— Puedo con eso y podría con más, por eso estoy aquí. Cuento con la ayuda de mi mujer. Entre los dos formamos un gran equipo. Yo tengo las ideas y ella las pone en marcha.
— Interesantísimo. Todo esto me resulta tan innovador, tan original, tan productivo.
— Muchas gracias.
— Ahora pasemos al aspecto físico. ¿Cómo va de cervicales?
— Fatal. Vivo completamente con la cabeza inclinada, como si constantemente estuviese haciendo reverencias. Me voy acostumbrando a esa postura y no hay collarín que me la quite. Conocerá el refrán “genio y figura”, pues se cumple en mí.
— Vamos bien. Dejemos lo físico y volvamos a lo psíquico. ¿Suele tomar por su cuenta algún tipo de decisiones?
— Perdón, ¿puede repetirme la pregunta?
— ¿Suele usted tomar algún tipo de decisiones?
— Por favor, ¿le importaría definirme el concepto “decisión”?
— No hace falta. Creemos que, como le dijo la gente que le conoce, es usted justo el líder que necesitamos. Le pondremos en la lista de votaciones. Pero tranquilo, nosotros lo arreglaremos todo. Usted fue elegido incluso antes de que lo sospechara nadie. No se lo va a creer pero hace tiempo que le teníamos echado el ojo.
Y así fue cómo la gente que le aconsejó presentarse para el puesto tuvo el candidato perfecto.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - El candidato perfecto