Alerta roja

El 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente.

05 DE JUNIO DE 2020 · 09:30

Foto de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@magdalenakulamanchee?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Magdalena Kula Manchee </a> en Unsplash.n Unsplash.,
Foto de Magdalena Kula Manchee en Unsplash.n Unsplash.

El día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas, en su Resolución (XXVII) del 15 de diciembre de 1972 con la que se dio inicio a la Conferencia de Estocolmo, Suecia, cuyo tema central fue el Ambiente. Se celebra desde hace 47 años. La fecha elegida para su comienzo fue el 5 de junio de 1973. Su misión principal es concienciar a gobiernos y personas particulares en beneficio de un futuro más próspero al cambiar de actitud, principalmente, respecto al trato que damos a la Naturaleza, bien común de la humanidad. En nuestros días, se siguen realizando vertidos tóxicos en contra de las leyes establecidas

He escrito un texto sencillo basado en el desastre que causan las inundaciones, agregando al final la ilusión de ver a las personas, grandes y pequeñas, afanadas en paliar, en lo posible, el desastre.

 

Alerta roja

Ayer domingo amanecieron las nubes dilatando sus úteros sobre las calzadas. De sus claustros maternos brotaron ríos que alumbraron torrenteras y navegaron sin puerto fijo hacia el que desembocar.

Deleitada en el desastre que comento, Inclemencia, la bruja ancestral y perversa, subida en su escoba de rayos, una vez más hizo acto de presencia con su viejo e infalible talante. Llegó, y con el poder de su vara dañó los ánimos. Desde las cimas de las colinas arrojó piedras enlodadas contra el asfalto. Destruyó vehículos. Apagó semáforos. Anegó negocios. Truncó árboles, y puso en peligro la integridad de las personas. 

No feliz en su disfrute, hoy lunes, Inclemencia quiso evitar, más no pudo, el conjuro del hechizo de los dioses que hicieron una breve y sorprendente incursión en el lugar, provocando la explosión de múltiples pétalos de rosas, florecidos sin control dentro y fuera de los parques y que, por ventura, se inauguraron al alba. 

Finalmente ha huido despavorida al comprobar cómo los valores vecinales se renuevan. Mujeres y hombres, niñas y niños, arropados de buena voluntad, entre abrazos y lágrimas, en un esfuerzo común nunca antes conocido, se han unido manos a la obra para restablecer los daños con un único fin: que todo vuelva a brillar cuanto antes. 

Bajo un cielo gris plomizo, a 30º centígrados, sufrimos la ausencia de Sol. De momento no hay viso alguno de que el clima decida mejorar. Hay pérdidas que jamás podrán recuperarse. Continuamos en la tarea. No aparecen culpables humanos a la vista.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Alerta roja