Los muertos de la guerra
¿Heridas cerradas?
Después de tres años, estos días se han presentado en el Museo Picasso, en Málaga, las conclusiones (3.800 folios) sobre el trabajo realizado en el Cementerio de San Rafael (lugar destinado para rojos, maleantes, suicidas y no creyentes) y, a pesar de que aún quedan mucho flecos por recortar puesto que la tarea es dura, quiero unirme en el sentir de tantos familiares que llevaban años esperando encontrarse con los restos de sus per
11 DE MARZO DE 2010 · 23:00
Al parecer, es el mayor conjunto de fosas comunes que existe de la Guerra Civil. Los fusilamientos y enterramientos tuvieron lugar entre febrero de 1937 y mayo de 1957. Se han hallado 2.840 cuerpos (cubiertos de cal viva) de los 4.374 que hay catalogados. Junto a los restos han aparecido objetos personales de los fallecidos, como gafas, anillos, monedas o un dominó hecho en cañas.
Supongo la angustia padecida por los familiares más cercanos, acumulada de años. La incertidumbre ganándoles terreno. Las sospechas. El dolor acampando en todos los recovecos del corazón. Las lágrimas. El miedo...
Imagino el terror de los primeros años y de los segundos y terceros. El silencio público. El mirar de los cobardes y los culpables para otro lado. El señalar con el dedo por la espalda. La rabia escondida. El insomnio.
Imagino a los de más edad contando lo ocurrido a los descendientes. Contestando, unas veces con veracidad sus insistentes preguntas, otras veces inventando y otras, dejando en el aire las que de ninguna manera tienen respuestas.
Imagino cuántas veces han vivido la muerte de su gente. Cuántas han especulado con sus últimos pensamientos. ¿A quién o quiénes estarían dirigidos? ¿Cuántas veces han agonizado psíquicamente con el recuerdo, sintiendo aquél momento?
Las vidas de los descendientes están marcadas por la tragedia de aquella guerra incivil. Los recuerdos les acompañan día a día.
¿Por qué la memoria suele ser tan cruel? ¿Por qué no se puede olvidar aunque sea por un tiempo para que el ánimo descanse y se recobre antes de seguir luchando? ¿Por qué cuesta tanto conseguir que la justicia se haga presente?
Los restos que se han ido encontrando durante estos tres años pertenecen a hombres adultos, jóvenes, mujeres (algunas embarazadas), y niños que morían de hambre.
Poseer un arma entre las manos da mucha valentía. Han sido muchas balas, visibles e invisibles, las que sesgaron las vidas y el futuro de tantas y tantas familias por pensar de otra manera, por opinar de otro modo, por no estar de acuerdo en todo..., por no doblar la cerviz.
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