Pedid al Señor la lluvia

Pidan a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y les dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo, a cada uno.

Argentina · 31 DE DICIEMBRE DE 2019 · 14:04

Imagen de Basil Smith en Pixabay ,
Imagen de Basil Smith en Pixabay

"Pidan a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y les dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo, a cada uno” (Zacarías 10:1).

 

‘Pidan’

Esto nos habla de oración, ayuno y clamor. Y eso significa: 

a) Organizar el tiempo, apartar un tiempo para orar. 

b) Tener una verdadera carga o preocupación por un tema determinado; como si tuviéramos algún familiar cercano con una grave enfermedad.  

c) Sinceridad interior, que no significa necesariamente que gritemos cuando clamamos. 

 

‘A Jehová’

No acudir a un hombre de Dios, o a un siervo ungido; sino, al Señor mismo. 

 

‘Lluvia’

No simplemente 'gotas' para un evento especial que durará sólo unos pocos días. 

 

‘En la estación tardía’

Las lluvias tardías, en forma de fuertes aguaceros, son particularmente apreciadas porque caen en la primavera (abril-mayo), antes de la siega. La estación tardía corresponde al segundo período de lluvias, imprescindible para que las plantas crezcan en tamaño y fortaleza; en tanto que el primer período de lluvias es para que brote la semilla. A veces nos conformamos con la campaña exitosa (la primera lluvia) en donde hay muchos convertidos. Y no nos damos cuenta que son simplemente semillitas que apenas brotaron a la nueva vida. 

 

‘A Jehová’

¿Quién lo hará? El Señor. Entonces, hay que esperar a que Él lo haga, y no impacientarnos buscando otras soluciones (misticismo, emocionalismo, aceleramiento del crecimiento por aplicación de hormonas, conversiones automáticas, evangelio fácil, evangelio de las ofertas. Quedé espantado al leer un aviso por Internet: "Con un simple 'clic' haga un pacto o venda su alma". Repito: paciencia, saber esperar en Su presencia (Salmos 25:3 y 31:6).

 

‘Relámpagos’

Nos avisará que pronto viene la lluvia. Los relámpagos nos despiertan y nos ponen sobre aviso; la lluvia no nos tiene que tomar desprevenidos. Cuando uno espera la lluvia en tiempos de sequía es una necedad dejarla escurrir sin almacenarla, sin contenerla adecuadamente. ¡Tenemos que estar preparados para cuando Dios envíe la lluvia tardía! 

 

‘Y les dará lluvia abundante’

¿Cómo será lo lluvia? Abundante. Va a alcanzar para todos, sin escatimarle a ninguno y sin tener que excluir a nadie. En Santiago 1:5 leemos: "Abundantemente y sin reproche". Cada vez que llueve mucho en nuestra Capital se inundan muchos barrios. Evidentemente, la ciudad no está preparada para canalizar tanta abundancia. 

 

‘Y hierba verde’

Se dice que cuando por meses no llueve, la tierra se reseca y resquebraja. Pero en cuanto llueve, mágicamente aparece la hierba; el verde intenso es increíble, contrastando con el color de la tierra. Incluso, comienzan a verse las flores... y esto nos habla de vitalidad, vigor, vida espiritual. A veces, nuestra hierba está marchita. 

 

‘En el campo’

¿No sería absurdo y aun risueño clamar por lluvia, para que solamente se riegue la plantita que tenemos en una maceta? Lluvia en grande, para una gran extensión. Debemos orar con una amplia visión. Seamos ambiciosos en nuestros pedidos al Rey, como en 1° Crónicas 4.10. Pareciera que oramos: "Diosito; te elevo esta 'oracioncita' para pedirte una cosita". "En el campo", lo repito. No pedimos para estar más cómodos sino para trabajar y servir. 

 

‘A cada uno’

Nuestro pedido no debe ser egoísta; no es para nosotros solamente o para nuestra 'quintita'; es para otros también. La unidad del pueblo de Dios, aun con la diversidad y variedad que encontramos en cada una de las distintas congregaciones. Por ejemplo, los hebreos estaban organizados en doce tribus, pero unidos en un solo pueblo. "A cada uno". La bendición es para todos, pero la responsabilidad es individual (1° Corintios 3:8). 

 

Marcos Andrés Nehoda – Pastor – Argentina

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - MARCOS ANDRES NEHODA - Pedid al Señor la lluvia