María, la sierva del Señor

La vida cotidiana de esta joven era hacer cosas comunes, cosas simples pero de mucho valor ante los ojos de Dios.

Argentina · 23 DE DICIEMBRE DE 2019 · 12:52

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“María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí” (Lucas 1:38)

Hace 2000 años había una joven que vivía junto a su familia en una pequeña aldea. Esta chica no tenía estudios, no era adinerada, no tenía ropa cara, no era famosa, ni profesional. Era una muchacha sencilla, tenía un novio que tampoco era distinguido, y muy pronto se casarían. La vida cotidiana de esta joven era hacer cosas comunes como cocinar, ordenar la casa, cosas simples pero de mucho valor ante los ojos de Dios.

Pero si en algo se distinguía era en mantenerse fiel a Dios, en tener sus ojos puestos en el Señor. Ella se consideraba así misma como una “sierva del Señor”. No participaba de fiestas o cosas que le desagradan a Dios. Había prometido mantenerse pura y virgen hasta el matrimonio, casarse con un hombre de Dios y criar a los hijos que el Señor en su voluntad le concedería.

¿Saben o se imaginan de quien estoy hablando? ¿Por qué eligió Dios a María para ser la madre de Jesús? ¿Qué habrá visto Dios en esta joven doncella judía? En la Biblia podemos ver que María era la sierva del Señor, hija de Dios, con una fe inquebrantable, que se sometió a la voluntad del Señor sin excusas y sin pretextos. Su valentía, fidelidad y obediencia a Dios son un gran ejemplo para nosotros.

La Biblia dice que solo Dios puede ser alabado, adorado, honrado, exaltado, por lo tanto María no puede ser venerada, adorada o invocada. Que solo Jesucristo intercede por nosotros ante Dios, solo Él es nuestro mediador y abogado, y esto quiere decir que María no puede ser intercesora de las personas, ni mediadora, ni co-redentora, ni protectora.

La Palabra de Dios no dice que María es el camino más seguro, el más corto ni el más perfecto para ir a Jesús. La Biblia dice que Jesucristo es el único camino a Dios (Juan 14:6). No dice que María es nuestra madre, y en cambio sí dice que si creemos en la muerte y resurrección de Cristo a nuestro a favor, si por fe creemos en Jesús como nuestro Señor y Salvador, Dios nos da el privilegio de ser Sus hijos, y Dios se convierte en nuestro Padre (Juan 1:12).

Además de tener a Jesús, la Biblia dice que María tuvo hijos e hijas (Mateo 13:55, Marcos 6:3), por lo tanto María dejó de ser virgen. Ella está ahora en la presencia de Dios, como todas las personas que murieron creyendo en Jesucristo como su Señor y Salvador. 

Lo último que describen las Escrituras sobre María fue que, después se la ascensión de Jesús, ella estaba reunida con los discípulos y varias mujeres en el Aposento Alto, orando (Hechos 1:14).

El ejemplo de María nos anima y nos desafía a ser Siervos de Dios, a vivir por fe, para la gloria de Dios. ¡Dios te bendiga!

 

 

Yésica y Emanuel Plem – Iglesia Bautista de Crespo – Argentina

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