El adiós al ateísmo de Lee Strobel
Carlos Terrones Lizana
30 DE NOVIEMBRE DE 2011 · 23:00
Lee Strobel, periodista del Chicago Tribuney ateo confeso, después de años de renegar sobre la fe se enfrascó en una sesuda investigación, tras la cual se volvió un apasionado defensor del cristianismo. Strobel ganó la Gold Medallionpor sus libros, que son best sellersen la lista del New York Times, y lideró dos de las iglesias más grandes de los Estados Unidos.
Leeno es la marca de un jeanpero, sin duda, no le faltaron pantalones para contar la historia de su vida. Había abrazado el ateísmo desde que tenía uso de razón, al igual que a sus parientes, amigos y colegas.
La paradoja de la vida es que ahora Strobel es el protagonista de la noticia, justo al otro lado de donde estuvo durante trece años como galardonado periodista de investigación y editor del diario norteamericano Chicago Tribune, donde decidía qué hecho sería la portada del día siguiente. Sus buenas noticiasahora abrigan esperanza y dan luz a ciegos espirituales.
En la prestigiosa Escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri se perfilaba como un voraz ateo sin patria. Los nuevos conocimientos científicos en materia de evolución y la influencia de profesores liberales hicieron que la ciencia ganara su batalla versus la fe. Lee Strobel era de los tipos que buscaba dejar en ridículo a cualquiera. Para él un creyente debía ser un enclenque intelectual.
Durante su estadía universitaria en Missouri, Lee debatía arduamente con Ersin, su amigo turco, quien le aseguró que su ingreso al Chicago Tribuneera un regalo del mismísimo Dios.
“¿Acaso no has aprendido nada en la universidad? ¿No había explicado Darwin que la vida era meramente un accidente de la evolución? ¿No había establecido Marx que la religión era sólo una herramienta que utilizaban los poderosos para oprimir a los pobres? ¿No había argumentado Freud de manera convincente que las creencias religiosas son ilusiones vacías que provienen del deseo de protección ante los peligros de la vida?”–gruñía Strobel.
Una iglesia para los incrédulos
La debilidad de Lee siempre fue su esposa Leslie. Era su tesoro. Linda, la mejor amiga de Leslie, la cautivó con las enseñanzas de Jesucristo, y un día la llevó a una reunión diferente, ubicada en un cine. Y Willow Creek Community Church le encantó.
Mientras tanto, Lee pensaba que la iglesia representaba cuatro cosas: aburrimiento, hipocresía, búsqueda de dinero e irrelevancia. Pero luego de unos meses notó que Leslie se mostraba más amorosa con él y los niños. Finalmente fue persuadido para acompañarla.
“Leslie tenía razón, me gustó la música. Las canciones eran una especie de rock suave y yo pensé que estaban muy bien a pesar de la letra cristiana. Pero lo que más me cautivó fue el mensaje. Lo presentó Bill Hybels, que se vestía como un empresario joven y, en lugar de recriminarnos,
hablaba en un sincero tono coloquial. Aunque yo no creía que el evangelio fuera verdad, él me convenció de que sí podía ser verdad. Aquella mañana prometí revisar la fe cristiana”. Así refiere Strobel su búsqueda espiritual en el éxito de librería Cómo piensan los incrédulos que tanto quiero.
¿Qué opinan los científicos?
Strobel utilizó su experiencia periodística y de leyes -obtuvo una maestría en la Universidad de Yale-, para emprender un largo viaje, en el cual logra estudiar Historia Antigua y Arqueología, la Biblia entera -que muchos creyentes ni se lo han propuesto-, y recorrer los Estados Unidos entrevistando a trece eruditos, que a su vez son autoridades reconocidas para responder filosas preguntas de un incrédulo a sueldo sobre la vida de Jesús.
Fruto de esta vasta investigación nace su best sellerEl caso de Cristo, y con ello también su nueva vida como cristiano.
En una de las entrevistas, Gary Collins, con un doctorado en psicología clínica de la Universidad Purdue, responde categóricamente que Jesús no era paranoico, pues tenía una relación profunda y constante con personas de todas las esferas de la vida. Por su parte, el doctor Edwin Yamauchi, quien participó en las primeras excavaciones del Templo de Herodes en Jerusalén, afirma que el romano Plinio el Joven escribe en el año 111 d. C. que esclavos y ciudadanos romanos, entre otros, se comprometían con juramento para abstenerse del robo, adulterio… El cristianismo se estaba propagando.
Las pruebas eran irrefutables. La ciencia y la fe por fin se pusieron de acuerdo. Decía agotado: “¡Para seguir siendo ateo hacía falta más fe que para ser cristiano!”.Más tarde, Lee dirigió y fue maestro por más de quince años en Willow Creek Community Churchy en Saddleback Valley Community Church, dos de las iglesias más grandes de los Estados Unidos.
Los Juan y María Sin Iglesia
En Cómo piensan los incrédulos que tanto quiero, a los no cristianos les puso por nombre ‘los Juan y María Sin Iglesia’. Allí explica que el evangelismo es a menudo un proceso, no un suceso repentino, mientras que la conversión ocurre una sola vez. Sin embargo, muchos cristianos erróneamente sólo están diseñados para tratar el evangelismo como una decisión que debe tomarse en un instante.
Asimismo, afirma que al tratar de alcanzar a un amigo con el evangelio, será necesario asociarse con una iglesia que ofrezca servicios o actividades periódicas que sean sensibles a lo que andan buscando los que no conocen al Señor.
Vivir para contarla
Este apasionado apologeta ganó cuatro Gold Medallionpor sus exitosos libros que aparecieron en la lista del diario norteamericano The New York Times. Ahora es un reconocido escritor con más de 20 libros publicados y edita el websitesobre apologética LeeStrobel.com.
Lo que desconocía Lee es que era observado con lupa desde el cielo. Los trece años de férreo periodista formaron a un león, y Jesucristo lo quería en sus filas. Y fue así.
Carlos Terrones Lizana - Periodista y profesor universitario – Lima, Perú
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - sin definir - <em>El adiós al ateísmo de Lee Strobel</em>