Acompañamiento espiritual
Jesús, como en todo, es nuestro modelo. Su inversión en las vidas fue impresionante y nos invita a seguir sus pasos.
30 DE ENERO DE 2016 · 21:30
En plena hora punta en la estación de metro de L'Enfant Plaza de Washington D.C., cientos de personas se dirigen al trabajo en una fría mañana de enero. Repentinamente, un hombre vestido con vaqueros, una camiseta de manga larga y una gorra de béisbol saca un violín de su funda y empieza a tocar. Deja la funda abierta delante de él, con la esperanza de que los transeúntes se dejen llevar por la generosidad y le den algo de dinero por su actuación. La primera obra es la «Chacona», compuesta por Johann Sebastian Bach y descrita como una de las composiciones de violín más difíciles de interpretar correctamente. Pasan tres minutos antes de que la primera persona se detenga a escuchar unos instantes.
Durante 45 minutos aproximadamente, aquel hombre interpretó varias composiciones de música clásica extraordinarias. En total, 1.097 personas pasaron junto a él mientras tocaba. Solamente seis se detuvieron para escuchar unos minutos, mientras que 20 arrojaron algunas monedas en la funda, pero continuaron caminando. Al final de su actuación, había recibido cerca de 23.00 EUR.
Aquel violinista era Joshua Bell. No sé si habréis oído hablar de él. Es uno de los mejores músicos del mundo y el violín que tocó en el metro está valorado en 2,5 millones de EUR. Dos días antes, se habían agotado las entradas para su actuación en un teatro de Boston, que costaban una media de 70 EUR cada una.
El concierto de Joshua Bell en el metro era un experimento realizado por el Washington Post, uno de los periódicos más reputados de EE. UU., y se grabó con una cámara oculta. Su objetivo era evaluar la capacidad de las personas de apreciar y valorar la belleza y el talento en contextos desacostumbrados. Si tú hubieras estado en la estación de L'Enfant Plaza esa mañana, ¿cuál crees que habría sido tu reacción?
Se podría decir que el violín de Dios suena allí donde menos lo esperamos. ¿Y si nos detuviéramos a escuchar? ¿Y si también ayudáramos a otros a escuchar la música divina?
La música de Dios no se escucha solo con auriculares. Solo podremos captar y apreciar su belleza, profundidad y relevancia cuando la escuchemos con otros. No hay mejor forma de escuchar nuestra música favorita que en un concierto, al lado de otros que compartan la experiencia ¿o no?. Lo mismo sucede en nuestro peregrinaje con Dios. Necesitamos ayudarnos unos a otros para escuchar el violín divino. Necesitamos acompañamiento espiritual.
Los que escribimos este artículo, y otros cerca de 40 jóvenes líderes de toda España, tuvimos el privilegio de dialogar sobre uno de los principales desafíos de la pastoral juvenil actual: el acompañamiento espiritual.
Destacamos algunos de los retos que identificamos:
- Vivimos en una sociedad cambiante en la que las relaciones cada vez son más superficiales. La gente tiene muchos "amigos" en las redes sociales y pocos amigos con los que relacionarse en la realidad cotidiana.
- En el pueblo de Dios en general -y en la iglesia en particular- hay mucho activismo y poco tiempo dedicado al verdadero discipulado.
- Existe mucha necesidad en las iglesias de asesoramiento, de dar respuesta a preguntas relevantes de la juventud.
- La pastoral se ve como algo "curativo" y falla en lo "preventivo". Ello conlleva mucha más dedicación de tiempo que si se ejerciera la correcta pastoral, enseñando, capacitando y acompañando.
- Mucha gente dice no querer perder el tiempo con los chavales en cosas que no sean "espirituales" (devocionales, estudios bíblicos formales, etc.) estableciendo así la falsa dicotomía entre lo secular y lo "espiritual".
- Hay poca implicación paterna en el acompañamiento espiritual de los jóvenes.
Una vez que reconocemos la problemática, quisiéramos hacer algunas propuestas para el acompañamiento espiritual de la juventud.
- Incluir en nuestros planes familiares un tiempo de acompañamiento espiritual a otros.
- Fomentar en la iglesia la cultura del acompañamiento.
- Formar a otros que a su vez discipulen y acompañen para ser más eficientes, ya que nuestro tiempo es limitado y el reparto del trabajo es la clave para un mayor alcance.
- Ofrecernos como acompañantes o ayudadores espirituales usando los recursos posibles:
- Tarjetas de visita con un e-mail.
- Grupo en Facebook dedicado a ese fin (u otra red social).
- Página web que ofrezca ayuda, oración, consejería, etc.
- Ser intencionales en nuestras relaciones y disciplinarnos para contactar con ciertas personas a las que no queremos descuidar en su andar cristiano.
- Convertir las necesidades de los jóvenes en ocasiones para guiarles hacia realidades espirituales que les acerquen a Dios
En su interesante artículo titulado “La estrategia de liderazgo de Jesús”, Michael Hyatt observa que el liderazgo de Jesús estuvo centrado en la verdadera profundidad y en el impacto a largo plazo. Su liderazgo, y podemos decir lo mismo de su acompañamiento a otros, tenía cinco perspectivas:
1) Jesús se lideró a sí mismo. Aquí es donde comienza todo liderazgo.
Por ejemplo, Jesús se apartaba a lugares solitarios para orar (Mateo 14:23; Lucas 05:16; 06:12; 22: 41-44).
2) Jesús tuvo mayor amistad e intimidad con tres. Jesús tenía un círculo interno formado por Pedro, Santiago y Juan. Los llevó a lugares especiales, les concedió revelaciones especiales, les invitó a estar a su lado en momentos muy difíciles, oró solo con ellos, (ver Mateo 17: 1, 2; Marcos 5: 37-43; Marcos 9: 2-3; Marcos 14: 33-34; Lucas 9: 28)
3) Jesús entrenó a los doce. Jesús escogió a los doce apóstoles, les enseñó y les dio responsabilidades importantísimas (Marcos 3: 14-19).
4) Jesús movilizó a los setenta. Jesús les pidió un compromiso grande y fueron enviados de dos en dos para ser sus agentes de impacto y transformación (Lucas 10).
5) Jesús enseñó a las multitudes. Miles y miles de personas escucharon las enseñanzas de Jesús y presenciaron sus milagros. Jesús tuvo un ministerio muy público también.
Como observa Hyatt, el liderazgo de Jesús fue impresionante y en una sola generación, sus seguidores volvieron el mundo del revés (Hechos 17: 6).
Tenemos el privilegio y la responsabilidad de acompañar personalmente a las nuevas generaciones y cooperar con lo que Dios está haciendo en sus vidas en el proceso de hacerles más parecidos a Cristo (al mismo tiempo que nos tranforma también a nosotros). Jesús, como en todo, es nuestro modelo. Su inversión en las vidas fue impresionante y nos invita a seguir sus pasos. Que Dios nos ayude a entender la incomparable importancia de acompañar espiritualmente a los jóvenes. Ayudemos a otros a escuchar el violín de Dios.
Jaz Jacob
Sara Moreno
Yvan Pinto
Pablo Cabrera
Rudy Antonio Jara
Roberto Cano
Josue Enfedaque
Héctor Escobar
Helder Favarín
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tierra Media - Acompañamiento espiritual