La torre de Absalón y el pozo de Jacob

Una reflexión en la ceremonia de entrega de los Premios Nuevo Amanecer 2024.

22 DE ABRIL DE 2024 · 19:00

Pablo Martínez y Pedro Tarquis (con sus esposas, Marta y Asun) en la entrega del Premio,Pablo Martínez, Pedro Tarquis
Pablo Martínez y Pedro Tarquis (con sus esposas, Marta y Asun) en la entrega del Premio

Mi discurso agradeciendo recibir el Premio Nuevo Amanecer 2024 en Alcalá de Henares (el pasado 20 de abril), que reconocía a Pablo Martínez y un servidor, como fundadores de Protestante Digital hace algo más de 20 años.

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Queridos hermanos y amigos,

Para mí hoy es un día muy especial. Sin duda por esta distinción que tan generosamente me conceden, y que agradezco al Jurado del Premio Nuevo Amanecer, en particular a Marcos Sancio, alma de estos reconocimientos.

Pero también por recibirlo rodeado de todos vosotros y en especial de mi iglesia, mi familia, y de tres personas que han marcado profundamente mi vida de diferentes maneras, y que son en sí mismas un enorme premio que Dios me ha concedido en su incomprensible gracia.

La primera Juan Antonio Monroy, mi maestro, mentor, compañero y amigo fiel a lo largo de muchos años, a quien nunca podré devolver tanto de lo que ha hecho por mí. La segunda Pablo Martínez Vila, el Bernabé que supo tener en mi persona -como pasó con Marcos en el libro de Hechos- una mirada más allá de mi inmadurez y mis errores, sabiendo ayudarme a sacar lo mejor de mí mismo.

Y finalmente mi amada esposa, Asun Quintana, que ha sido lo mejor que ha ocurrido en mi vida, al margen del regalo de haber encontrado el camino, la verdad y la vida en Jesús. Como dice la canción de George Moustaki que tanto nos gustaba de novios (Je ne se pas où tu comances, tu ne sais pas où je finis): “Yo no sé dónde tú comienzas, ni sabes tú dónde termino yo”. Y eso se puede aplicar a todo lo ocurrido y realizado en mi vida.

El motivo del que cuelga este premio son los 20 años recién cumplidos de existencia de Protestante Digital. Un sueño que inicié con el indispensable apoyo de Juan Antonio y Pablo, sin los que hubiese sido imposible llevarlo adelante. Y con ellos, sin duda la Alianza Evangélica Española, que es la entidad que en todo momento ha sido guía, consejera y cobijo.

Podría hablar horas de lo que ha supuesto esta experiencia, a nivel personal y en cuanto al impacto que ha representado como herramienta al servicio del Evangelio y el Reino de Dios. Pero no os voy a cansaros con esos detalles.

Voy a hablaros de las matemáticas de Dios. Exactas pero extrañas, porque en ellas se produce -por ejemplo- la ecuación alocada de que 1.000 años = 1 día. O que 5+2= 5.000, es decir, que cinco panes y dos peces son el alimento que sacia a cinco mil personas ¡Y qué decir de la Trinidad: 3=1!

Han sido esas matemáticas las que han dirigido nuestros pasos, así que imagínense el aparente desastre. Sin dinero, sin grandes entidades que nos respaldasen, sin subvenciones, partiendo de cero, con un equipo cien por cien de voluntarios. Pero mil es igual a uno, y a la inversa.

Además de estas matemáticas, ha sido fundamental mantener la brújula de las prioridades. Una imagen que me quedó grabada hace muchos años -de una predicación de José Cardona- fue sobre la idea de que edificar una torre como Absalón da gloria momentánea; pero es sólo el culto a una persona, y se marchita como la flor del campo. Pero construir un pozo como hizo Jacob, es dar de beber por generaciones, y permitir que Jesús se siente en su brocal para compartir las buenas noticias con la samaritana y con todos los sedientos de verdad y de gracia.

Y eso creo que es Protestante Digital, un lugar de encuentro con las samaritanas y samaritanos de este mundo para confrontar ideas, derribar prejuicios y barreras, anunciar al Mesías que ha de venir otra vez, y ofrecer ríos de agua viva para nuestro tiempo y nuestra sociedad en un Evangelio contextualizado.

Para todo ello ha sido necesario un segundo milagro, tan grande como impulsar Protestante Digital, y es que Dios levante hombres y mujeres preparados, fieles, maduros, valientes, que continúan la misión. Por eso en este reconocimiento por los 20 años habrí que incluir a muchas decenas de colaboradores, quizás destacar a José de Segovia (aunque habría que mencionar a muchos otros) que no sólo colabora semanalmente desde sus inicios con un artículo de excelente contenido cultural, sino que además no ha faltado una sola semana en enviarlo.

Pero sin duda alguna de forma obligatoria hay que reconocer a Daniel Hofkamp, Joel Forster, Belén Díaz y Jonatán Soriano. Ellos ya están tomando el relevo y aseguran el presente y futuro de esta herramienta al servicio del Reino de Dios, de las Buenas Nuevas y de su iglesia.

Termino con un poema que publiqué esta pasada semana, precisamente pensando en torno a todo lo que he expresado, y que traslada al lenguaje poético mi sentir y agradecimiento a quien lo merece por encima de todas las cosas: el Señor Jesús.

La torre de Absalón y el pozo de Jacob

En el brocal de Jacob

 

Tu no habitas tras los muros del Templo,

ni en el patio del altar de sacrificios.

Tampoco entre el incienso y los ritos.

Sólo en el brocal de Jacob, junto al sendero.

 

Allí esperas a la samaritana y al sediento,

porque tu Palabra es río de agua viva

que transforma espejismos y desiertos

en vergeles, donde florece lo infinito.

 

Que el infinito de Dios inunde y desborde nuestros corazones, nuestras vidas, y a esta España que se resquebraja de sequía espiritual ¡Muchas gracias a todos!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Teide - La torre de Absalón y el pozo de Jacob