Coco Gauff fue señalada desde su etapa adolescente como la sucesora natural de Serena Williams, y ya empieza a ser una realidad. La estadounidense se coronó este sábado en el US Open tras derrotar a Aryna Sabalenka, por 2-6, 6-3 y 6-2, en dos horas y seis minutos.

Coco es cristiana. Ella y su familia asisten a la Iglesia Bautista Misionera de San Juan, ubicada en Boynton Beach, Florida. Después de ganar hace unos días el DC Open, compartió un versículo bíblico en su cuenta de Instagram, Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Desde el pasado mes de julio su balance es de 18 victorias y una sola derrota. Había perdido contra Sofia Kenin en la primera ronda de Wimbledon, donde se dio a conocer en 2019 cuando ganó a Venus Williams y luego llegó a octavos con 15 años. A partir de ahí, todo cambió para ella.

Con este resultado se ha convertido en la trigésimoctava campeona de un grande antes de cumplir la veintena en la Era Open (1968). Ese registro sólo lo habían logrado en el último grande Tracy Austin (1979 y 1981) y Serena Williams (1999). El triunfo la catapulta el próximo lunes al podio de la WTA. Será la número tres del ranking, sólo por detrás de Sabalenka e Iga Swiatek.

Siempre con Dios presente

Es este US Open su primer trofeo de Grand Slam. Lo había acariciado el curso pasado en Roland Garros, pero Iga Swiatek la apartó de la gloria.

“Oh, Dios mío, esto significa mucho para mí. Siento que estoy en shock en estos momentos. Perder en la final de Roland Garros me rompió el corazón, pero me hizo darme cuenta de que Dios te pone a prueba, pero eso hace este momento incluso más dulce de lo que me podría imaginar”, dijo Gauff.

Poco después de conseguir la victoria, se pudo ver a Gauff arrodillada en su silla, en un momento de oración. Al día siguiente en una entrevista explicó lo importante que era para ella. “Solo estaba diciendo 'gracias' y entendí que todos los momentos difíciles eran solo para hacer que ese momento fuera aún más dulce”, dijo. 

“No oro por resultados”, continuó Gauff. “Sólo pido tener la fuerza para darlo todo”, añadió al explicar que junto a su padre, oran antes y después de cada partido.

Días atrás, después de ganar el DC Open de Cincinnati, Gauff expresó su gratitud a Dios: “Me gustaría dar las gracias a mi Señor y Salvador Jesucristo. He pasado muchas noches llorando en soledad tratando de superar obstáculos. Aunque todavía tengo mucho que resolver, le agradezco a Dios por protegerme”.

También hizo referencia a su fe en otra entrevista, comentando: “En primer lugar, me gustaría agradecer a mi Padre Dios por esto. Después de perder en la primera ronda de Wimbledon, fue una situación difícil; hubo muchas oraciones y mucho apoyo de la familia de mi iglesia. Así que le doy gracias a Él y a quienes me apoyan”.