Francisco pide perdón a la iglesia valdense
El Papa visitó en Turín la iglesia evangélica metodista valdense, reconociendo la persecución de la iglesia católica hacia esta comunidad.
Protestante Digital, La Stampa, Agencias · TURÍN · 22 DE JUNIO DE 2015 · 11:45
El Papa Francisco ha pedido perdón en nombre de toda la Iglesia católica por las persecuciones que sufrieron durante siglos los integrantes de la Iglesia evangélica valdense, una rama protestante que ha estado presente en Italia durante cientos de años.
“En nombre de la Iglesia católica, les pido perdón por las actitudes y comportamientos no cristianos, ni siquiera humanos, que en la historia hemos practicado contra ustedes. En nombre del Señor Jesucristo, perdonadnos”, ha pedido Jorge Bergoglio.
La visita era ya de por sí un hecho histórico, al ser la primera vez que un Papa va a una iglesia valdense. Esta sufrió una intensa persecución por parte de la iglesia católica.
Este gesto sigue la línea del diálogo ecuménico de Bergoglio con otras comunidades cristianas. De hecho, en su alocución, el Papa argentino abogó por la unidad y el respeto “entre hermanos”, y matizó que la unidad no implica que todos sean idénticos.
UNIDAD NO ES UNIFORMIDAD, DICE FRANCISCO
“La unidad, que es fruto del Espíritu Santo, no significa uniformidad. Los hermanos, de hecho, están unidos por un origen común, pero no son idénticos entre sí”, apuntó.
En este sentido, lamentó aquellas situaciones en las que “los hermanos no aceptan sus diferencias y terminan luchando unos contra otros”. “Reflexionando sobre la historia de nuestras relaciones, no podemos hacer otra cosa que entristecernos por los conflictos y la violencia cometida en nombre de la fe, y pedir al Señor que nos dé la gracia de reconocer a todos los pecadores y saber perdonarnos los unos a otros”, aseveró.
“Se trata de la iniciativa de Dios, que nunca se resigna ante el pecado del hombre, que se abren nuevas formas de vivir la fraternidad, y a esto no podemos escapar. Por la Iglesia Católica les pido perdón por actitudes y comportamientos no cristianos, que hemos tenido en su contra. En el nombre del Señor Jesucristo, pedimos que nos perdonen”.
El Papa concluyó su discurso reconociendo que las relaciones entre valdenses y católicos se basan actualmente “en el mutuo respeto y en la caridad fraterna” e invitó a ambos a trabajar “unidos al servicio de la humanidad que sufre, de los pobres, de los enfermos, de los inmigrantes”.
PASTOR VALDENSE: “SOMOS IGLESIA, NO UNA COMUNIDAD ECLESIAL”
Francisco fue recibido por los pastores Eugenio Bernardini, Sergio Velluto y Paolo Ribet. Bernardini le ha expresado que no están de acuerdo con la nominación de “comunidad eclesial” que ha dado a los evangélicos el Vaticano porque -según ha dicho- ellos son “Iglesia”.
“El Vaticano nos ha definido como comunidad eclesial. En realidad, no hemos entendido bien qué es lo que quiere decir”, ha explicado. Mientras, el Papa Francisco ha sido llamado por los valdenses como “un hermano de la Iglesia”.
LOS VALDENSES
Como explica en una serie de artículos en Protestante Digital el historiador Mario Escobar, los valdenses surgieron en el siglo XII, con un movimiento de reforma que inició Pedro Valdo, un comerciante francés que cambió la historia con su ejemplo.
“Pedro Valdo quedó tan impactado por la Biblia que decidió vender todo lo que tenía”, explica Escobar. “Se puso en contacto con dos sacerdotes para que tradujeran la Biblia al occitano, el idioma de la región. A partir de ese momento, la vida de Pedro Valdo se concentró en predicar por las calles un mensaje de arrepentimiento a sus vecinos. Enseguida una gran multitud empezó a seguir al próspero comerciante convertido en predicador”.
Muchos comenzaron a unirse y seguir el mensaje sencillo de Valdo. La iglesia de Roma reaccionó prohibiendo la predicación a los valdenses, el papa Alejandro III los reprobó, por no tener premiso de su obispo para predicar y leer las Sagradas Escrituras en su propio idioma. El papa Lucio III terminó por excomulgar a la comunidad de valdenses y ordenó su expulsión de la ciudad. “Esto, más que terminar con el movimiento, permitió que éste se expandiera más. Valdo llegó con su predicación hasta Polonia y Rusia, muriendo en el año 1217”, explica Escobar.
La persecución hacia los valdenses no se detuvo con la muerte de su líder, pero en medio de esta circunstancia siguió creciendo, aun en España. Aquí la persecución “fue muy dura”, cuenta Mario Escobar. “Muchos fueron quemados en Gerona, Huesca y perseguidos también en el Reino de León”.
A pesar de ello, pervivieron hasta el día de hoy. Son un grupo con “creencias muy sencillas y que tienen muchas similitudes con las protestantes. No veneran a las imágenes, la virgen María o las reliquias. Rechazan el sacrificio de la Misa, no creen en la confesión ni la extremaunción, tampoco bautizan a niños. Sus pastores se pueden casar, aunque al principio sus pastores itinerantes eran célibes. Los predicadores itinerantes solían dejarse una larga barba, para ser identificados por los creyentes. Los pastores solían saber leer y escribir, y memorizaban largas partes de los evangelios. Los valdenses creían en las Escrituras, pero daban más importancia a los evangelios. Inicialmente no tenían templos, haciendo sus reuniones al aire libre, en establos o casas. Los valdenses son la prueba viva de que la iglesia puede resistir las adversidades y los ataques de la sociedad y sobrevivir”.
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