La rotación de la Tierra se ralentiza

El calentamiento global está ayudando a ralentizar la rotación de la Tierra. Aunque sea muy ligeramente, el aumento del nivel de los océanos por el deshielo de los polos está afectando a las mareas y a las fuerzas de atracción gravitatoria con la Luna. Lo ha explicado el científico Fred Spenak, que también ha remarcado los actuales estudios sobre el Sol.

MADRID · 23 DE FEBRERO DE 2009 · 23:00

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El astrofísico del Goddar Space Flight Center de la NASA, Fred Spenak, uno de los mayores conocedores de los eclipses del mundo y autor de varios trabajos para la predicción de éstos ha visitado Madrid, invitado por el Museo de la Ciencia de la Fundación "la Caixa", para impartir una conferencia. Según ha explicado, la rotación de la Tierra no lleva un ritmo constante y se resuelve en términos prácticos cada cierto tiempo con un ajuste de los relojes atómicos. En todo caso, el cambio climático no es la única causa que está ayudando a cambiar el ritmo del planeta. Otra que, según el experto, está influyendo en esta ralentización de la Tierra tiene que ver con la peculiar composición interna de la Tierra. El corazón terrestre alberga un líquido candente que provoca que en la rotación del planeta se den espasmos arrítmicos, como si se tratara de “un huevo crudo zarandeado, en el que la yema se moviera repentinamente de un lado a otro”, y ello influiría en las fuerzas de atracción gravitatoria. Según Spenak, el cálculo preciso de la velocidad de la Tierra en su rotación es una de las claves para predecir los eclipses, un fenómeno trascendental para los científicos. Los eclipses solares se producen cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Luna; sus tamaños aparentes son muy parecidos, de modo que, dependiendo de las distancias relativas entre estos y la Tierra se pueden observar eclipses anulares o eclipses en los que la Luna se ajusta perfectamente al tamaño del Sol. INVESTIGACIONES SOBRE EL SOL El astrofísico ha destacado “no sólo la belleza visual” de los eclipses solares, sino también la “valiosa herramienta que suponen para el estudio de los misterios que perduran en torno a la composición del Sol". Actualmente, "el mayor” de estos misterios para los científicos tiene que ver con las altísimas temperaturas de su corona, ese halo o aureola que lo rodea, y que se hace visible a los ojos humanos con los eclipses solares. Se sitúan en el entorno de los 2 millones de grados centígrados, frente a los 6.000 grados centígrados del resto de su superficie; en el caso del corazón solar, que es lo más profundo del astro, el calor puede ser de 15 millones de grados centígrados. La corona del Sol produce partículas y ocasionalmente ocurren explosiones en la superficie solar y burbujas de gas que pueden estallar, capaces de interferir en las comunicaciones, los satélites y los sistemas de navegación tipo GPS. El fenómeno de los eclipses solares totales suele darse cada uno o dos años. Así, en 2007 no se produjo ninguno, mientras que sí hubo uno en 2008, y las previsiones son también favorables para 2009 y 2010. Dado que la superficie de la Luna tiene accidentes geográficos como montañas, valles, cráteres, es complicado calcular dónde está su centro exacto para la predicción de los eclipses.

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