Stella Maris: “Aún se lee la Biblia con visión masculina”

Lleva 35 años en el ministerio pastoral “no por profesión, sino por vocación y llamamiento”.

08 DE JUNIO DE 2023 · 08:00

Stella Maris.,Stella Maris
Stella Maris.

Stella Maris nació en Argentina, pero está afincada en España, y  actualmente en Sevilla, desde hace muchos años. Se define como pastora “no de profesión, sino por vocación y llamamiento”. Hace 49 años que tuvo un encuentro personal con Jesús, y permanece soltera. Lleva 35 años en el ministerio pastoral.

 

Pregunta.- ¿Cómo fue tu llamamiento y cuál ha sido tu trayectoria pastoral?

Respuesta.- En el año 1978 el Señor me llama al campo misionero y me uno al barco Doulos donde empiezo mi proceso de entrenamiento en los 79/81.

En Octubre de 1979 llego a España, por primera vez con Operación Movilización, volviendo al Doulos para continuar mi entrenamiento hasta el final.

En mayo de 1982 comienzo mi ministerio misionero en la Iglesia Bautista de Binéfar (Huesca), donde fui ordenada al ministerio pastoral el 10 de Junio de 1988. Desde entonces he servido en diferentes ministerios de la UEBE (UMMBE, Colegio pastoral, AIBAE). También he dado charlas en diferentes lugares y ayudado en el ministerio de obra social con mujeres maltratadas, toxicómanos y ancianos, en este último, dirigí una Residencia de Ancianos durante 12 años.

Hoy estoy pastoreando la Iglesia Bautista de Montequinto (Sevilla). Empezamos como punto de misión de la Iglesia Bautista de Sevilla en 2005; y nos constituimos como iglesia en el 2010. Tuve un intervalo sabático de tres años, volviendo a retomar la labor pastoral posteriormente. Llevo en el ministerio pastoral 35 años.

 

P.- ¿Tuviste obstáculos para tu ministerio pastoral como mujer? ¿Era más difícil que ahora?

R.- Siempre he sido movida a servir por una clara orientación de la Palabra. En el caso del llamamiento a las Misiones: Salmo 32:8; Romanos11:29; 15:24,28,29.

Mi llamado al ministerio pastoral fue a través de Números18:7,8 “…Yo os he dado en don el servicio de vuestro sacerdocio…”

Fueron tiempos difíciles ya que el ministerio pastoral de la mujer era fuertemente cuestionado y cada paso era un continuo demostrar que Dios te respaldaba. Fueron años de batallas, con caídas y volver a levantarse, con presiones de dentro y de fuera, sin contar con los ataques del enemigo. No, no fue fácil, pero el Señor me sostuvo, y me dio hermanos/as que sostuvieron y sostienen mis manos en la batalla que aún continúa.

 

P.- ¿Cómo ves la situación actual de la mujer en las iglesias, denominaciones y entidades evangélicas?

R.- Como digo, la batalla continúa, se sigue leyendo la biblia desde una visión masculina y patriarcal. Hay un nivel muy bajo de reconocimiento de la mujer como una igual en servicio y llamamiento de Dios para desarrollar ministerios, en especial el ministerio pastoral.

 

P.- ¿Qué se puede hacer, cómo sortear  los obstáculos para que la mujer se integre con todo su potencial personal, intelectual y espiritual en la labor del Reino de Dios?

R.- Hemos avanzado, pero no hemos alcanzado todavía la meta que se nos propone en Gálatas 3:28, entre otros. Enfrentamos un resurgir del fundamentalismo religioso que se ciñe a las tradiciones y legalismos para argumentar su oposición. Yo digo como dice el apóstol Pablo en 1Cor.11:16 “…con todo eso si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni la iglesia de Dios.”

Como mujeres debemos avanzar en la unidad y el firme compromiso de obedecer a Dios, sabiendo que no somos inferiores ni intelectual ni espiritualmente, que tenemos un lugar que Dios nos da, y que nuestro potencial está en el hecho que Dios nos hizo a Su imagen  semejanza, y nos dio el pacto de creación al igual que lo dio al hombre (Gén.1:26-28; 2:15).

 

P.- Algo que quieras añadir, algún consejo a las mujeres de hoy…

R.- Para terminar, solo agradecer a Dios por ser mujer y por haberme tenido por digna de servirle. No perdamos tanto tiempo en querer que nos escuchen quienes no quieren escuchar; sigamos adelante obedeciendo a Dios y entonces veremos su respaldo que fortalece nuestro testimonio, llamamiento y ministerio (Juec.4:9; Rom.16).

Recordemos que Dios usó mujeres para preservar el linaje de Jesús, salvar al pueblo del exterminio, reconducir la enseñanza de hombres como Apolos, de interpretar la Ley como Hulda, de abrir el camino a las misiones como Lidia, y así continuaría pero no hay espacio.

¡Mujeres, que nadie nos diga lo que debemos hacer, donde Dios nos llame, Él respalda y capacita!

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