San Deseele

11 DE SEPTIEMBRE DE 2009 · 22:00

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Le acusaban de que se quedaba colgado a menudo en sus meditaciones; que prometía mucho y luego era menos. Pero la realidad era que todos en el convento usaban sus buenos servicios. Y era un gran comunicador: gracias a él las noticias corrían como el viento al instante. Y estaba siempre disponible, 24 horas al día, 365 días al año.

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