Cuando no había nada, estaba todo. Dios creador y salvador
Sin la esperanza del Evangelio no esperes nunca conocer algo verdadero sobre la creación. El Dios creador es el Dios Salvador.
02 DE AGOSTO DE 2025 · 22:00

Que cuando un mandón está disponiendo aranceles al mundo, y sin nadie que le de un plantón, venga un tirón en un océano y enseñe a todos lo que les podrá pasar si eso se convirtiera en estirón mayor, no deja de ser lección común, en todos los idiomas, de la fragilidad donde se asienta la humanidad.
Nos pone en relación con la enseñanza de la Providencia. Esa parcela tan elocuente. Nuestro Santiago ya lo advirtió… si Dios quiere… deo volente.
Y ese querer de Dios nos lleva al fundamento inicial, la creación. De esos inicios cada civilización tiene sus teorías y mitos, y así se sigue.
Cada dios tiene su sacerdocio y su creación. Cada dios/hombre (o mujer) tiene su ordenación de todas las cosas, algunos los puedes ver en los púlpitos o en sus videos.
La Biblia empieza precisamente hablando, como ella habla, de la creación. Eso luego es un hilo común hasta Apocalipsis, la creación en su final.
Pero, salvo reclamaciones en los Profetas y los Salmos contra los dioses que no son nada, que nada crearon porque eran creación de la fantasía de sus adoradores, en la Escritura no se discute ni se pretende explicar la creación.
Ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento se discuten las teogonías paganas ni alguna secuela “creacional”. (¿Se imagina alguien que ahora nos pusiéramos a discutir sobre el poder de los santos e imágenes del papado? Son vanos, rellenados solo de la fantasía de sus siervos.)
En todo lo relacionado con la creación un buen camino es unirla siempre a la salvación. Creación y redención/salvación como algo inseparable. Solo se conoce la una con la otra.
Y es un conocimiento de la fe. Que ya lo dice el texto: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve… Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
Mira si no: “El cual [el Padre] nos ha librado de la potestad de la tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra, como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo.” (Colosenses, al inicio.)
Sin la esperanza del Evangelio no esperes nunca conocer algo verdadero sobre la creación. El Dios creador es el Dios Salvador.
Por eso un Hijo que no fuese eterno, Dios de Dios, no puede ser salvador. Y esta es la buena noticia, que el Dios creador ha creado también como Salvador.
Pero esta es la mala noticia para las apologéticas “creacionistas” de lo seis días. Al final pretenden una explicación del universo con las mismas premisas que los apologetas evolucionistas: un dios sometido al control de la mente humana.
Cuando éramos enemigos en nuestra mente, hiendo malas obras… cuando estábamos reduciendo al Creador a los modos de Aristóteles (luego matizados por Ptolomeo)… cuando estábamos reduciendo al Creador a un proceso evolutivo… fuimos redimidos. Y nos mantenemos firmes en la fe que hemos recibido rechazando el creacionismo de Aristóteles y el evolucionismo de quien sea.
La Palabra poderosa antes que hubiera nada es la que ahora habla declarando que en ella todo estaba. Esa predestinación la vomitan unos y otros. Para nosotros, sin entender muchas cosas, es el gozo de nuestra seguridad.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Reforma2 - Cuando no había nada, estaba todo. Dios creador y salvador