El arte de la memoria

Nos han puesto en bandeja, de plata, artística y sacra, la ocasión para trabajar y dar a conocer a nuestro Redentor y las circunstancias de sus redimidos.

02 DE FEBRERO DE 2025 · 08:20

El castillo de San Jorge en Sevilla. / <a target="_blank" href="https://www.turismosevilla.org/es">Turismo diputación Sevilla</a>,
El castillo de San Jorge en Sevilla. / Turismo diputación Sevilla

Que el castillo de San Jorge me lo convierten en espacio para exposición del arte sacro. Nuestra conversación otra vez centrada en Sevilla.

Algunos pormenores: El citado castillo no es otro que donde se asentó el tribunal de la Inquisición, con cárceles incluidas. Justo en el punto del puente de barcas que unía Sevilla con el arrabal de Triana. De la iglesia cercana salía el cortejo para los autos de fe.

Tras recoger a los presos, pasaban por el puente de barcas camino de la plaza de san Francisco, allí la celebración del auto de fe, pasando luego por delante de la catedral, y al quemadero.

Por su ubicación nunca fue muy resistente, pegado al río sufría sus aguas. La Inquisición lo abandonó después de bastante tiempo. Se fue deteriorando y al final aquello quedó bajo tierra y encima construyeron un mercado de abastos.

Todo resumido de prisa. En el tiempo reciente, se necesitó tirar el mercado y rehacerlo nuevo. El problema que a veces pasa: ¿qué hacer con los restos arqueológicos que aparecieron?

Dos opciones: dejar visible el vestigio del antiguo castillo, o taparlo otra vez y construir encima. Solución: arreglar el resto encontrado del castillo (realmente un trocito), y dejarlo de visita debajo del nuevo mercado. Así está. Primero construyeron el nuevo mercado, muy bien plantado.

Les voy a poner textos de historia basados en archivos. Pero también tenemos la historia no escrita, aunque se pueda ver algo, sino vivida. Es el caso que les cuento, porque es lo que pasó cuando yo pasaba por allí.

Más o menos, año 2007. Cuando ya estaban de obras en la parte del castillo (el mercado llevaba funcionando varios años), pedí permiso a las dos concejalías involucradas; Cultura y Sanidad (por lo del mercado), para celebrar en el bajo el día de la Reforma. También presenté allí el inicio de la colección de recuperación de obras de los nuestros.

Los responsables públicos, todos muy ágiles, me contestaron prácticamente de un día para otro, y con aprecio por lo que se realizaría (también el representante de los comerciantes del mercado). Todo muy bien.

La conferencia la pronunció el recientemente fallecido David Estrada. Estuvimos debajo, con algunas luces de obra, dos horas más o menos. En medio de escombros, pero sin peligros. Luego comimos juntos en un bar del mercado (unos cien), con muy buen recuerdo del dueño. Fue un claro testimonio (a veces los “hipercalvinistas” tenemos días raros).

Para el posterior encaje del espacio se llevó a cabo una buena labor entre un arquitecto y un responsable de turismo, Valentín Trillo y Sotero Martín, asesorados por algún profesor de la universidad de Sevilla (Fernando Amores; cito todo de memoria, lo mismo cambio algún apellido).

Se creó un espacio muy bien trazado, con información sin morbo pero con signo penoso de la historia que se plasmaba. Me consta que dos de los personajes presentados en los paneles informativos, Constantino de la Fuente y Maria Bohórquez, llegaron al sitio por la información que ya representaba nuestro trabajo de memoria de nuestra Reforma. Yo no pintaba nada, pero estaba por allí.

En el congreso internacional que celebramos en la universidad de Sevilla, con la Fundación Tres Culturas, en referencia al nacimiento de Calvino y “recobrar la memoria de la Reforma en nuestro suelo en el siglo XVI” (Reforma Protestante y libertades en Europa), todavía estamos en 2009, se presentó con un audiovisual la culminación del proyecto de museo de la Inquisición antes de inaugurarse.

Todo había quedado muy bien. Siempre con matices y opiniones, pero en general con muy buen recibir. Estuve en la inauguración, no pública, y recuerdo el buen futuro que un responsable de turismo auguraba por la presencia de turistas protestantes.

Con todo esto, la mano de cera en Sevilla siempre anda encendida. Nadie conocía al edificio por San Jorge, sino por castillo de la Inquisición. Eso no lo pusieron. Es evidente que ya se mostraba que no era bien recibido por todos. Si quitas “Inquisición”, quitas la mitad de visitantes.

Cuando se abrió al público, lo visité de inmediato. Al ver a algunos de los nuestros y nuestras presentados en el recorrido, con la historia de sus enemigos bien trazada, lloré. Qué menos.

El día antes de inaugurar nuestro congreso citado, que era también un momento de rescatar memoria santa, me dio por circular con el coche por el centro de Sevilla, por los lugares relacionados con la Inquisición y los autos de fe, con las ventanas bajadas, dando voces: seréis vindicados, seréis vindicados… y llorando; no atropellé a nadie, ni me paró ningún policía por majareta.

Ya está lo que está, pero en esos momentos la cosa era muy intensa. Ahora es, y. (!Cuántos amigos y colaboradores nos encontramos ahí! ¡Cuánto poder del Redentor mostrado en la boca y vida de esos y esas! ¡Cuántos con ellos y ellas, es que la mitad eran mujeres! ¡Cuánto trabajo feliz, y lo que queda! Mira, si no, nuestro grupito.)

Tengo gran alegría porque en Latinoamérica y EE.UU. existe un despertar en cuanto a conocer y divulgar nuestra Reforma, y algunos son muy honestos y serios. Otra cosa es lo que veo por aquí, que en muchos casos se ha convertido en un fotocol.

Sin fotos ni rollos, pero con eficaz colaboración. Un ejemplo; se celebró en Sevilla un congreso de entidades de turismo, de Norteamérica, por lo que se decía en prensa lo más de lo más.

Me pidieron los responsables de turismo, que conocía por lo del castillo de la Inquisición, que presentara una ponencia para explicar lo de la reforma protestante en Sevilla, con las visitas pertinentes al castillo y al monasterio de San Isidoro del Campo. Había que hacerlo en inglés. Yo leo pero hablar más bien no.

Un compañero que conoce el inglés con el mejor nivel hizo la presentación. (Recuerdo que suscitó especial interés entre los responsables que asistieron el hecho de que los nuestros muchos eran de ascendencia judía, en EE.UU. ya se sabe, interesa todo lo judío.) Presentamos nuestra Reforma en medio de la mayor organización de agencias de turismo. Sin buscarlo, vino.

También teníamos el plan de componer una aplicación para el teléfono (entonces ya se usaba, aunque no con la facilidad de ahora), con el fin de que cualquiera que visitara el castillo de la Inquisición pudiera instalarla y vería la “continuación” del recorrido en el monasterio de San Isidoro. Sencillo, pero útil. Y con la definición y explicación de la Reforma por mi parte.

Lo mismo se haría con los visitantes al monasterio, que se les daría la opción de instalar otra aplicación para “llevarlos” al castillo de la Inquisición.

Eso se veía factible porque yo tenía con la propiedad del monasterio dispuesto convenio, por mínimo de cinco años, con nuestro centro de investigación para allí explicar a los visitantes (en espacio separado de lo que es el recorrido común) lo de nuestra Reforma. Todo muy radical y sin tonterías. Todo al suelo, pisoteado. FEREDE no firmó lo que le correspondía por protocolo (pagaba Pluralismo y Convivencia). Era sólo firmar. Aquello se hizo por mi parte sin fotos, pero alguno quedó retratado. Un día penoso lo tiene cualquiera.

El museo se fue apagando. Dejó de interesar. El tiempo lo dejó con goteras y nadie puso remedio. Mas tiempo cerrado que abierto. (El director de este medio pudo comprobarlo cuando quisimos visitarlo en una de sus actividades en Sevilla.)

Yo ya ni me moví; si no interesó a los evangélicos, ¿con qué cara voy a reclamar algo al Ayuntamiento? Y así quedó; el castillo con goteras y el monasterio sin presencia de nuestro centro de investigación. Por supuesto, muy, muy cabreado.

Y ya venimos al presente. Y a ver cómo digo yo esto, sin que nadie se ofenda. Me esfuerzo, pero no me sale. Resulta que se ha informado del proyecto del ayuntamiento para establecer el espacio del que venimos hablando (no muy grande, unos mil y pocos metros cuadrados), como sede de exposiciones temporales o permanentes, de arte sacro. Las instituciones evangélicas de Andalucía, el grito en el cielo. No entro ni salgo, porque no pertenezco a nada.

Esto ahora, pero ya antes, cuando recién incorporado el nuevo alcalde informó del mismo plan que este cinco de marzo (miércoles de ceniza) culmina con la inauguración oficial, entonces también el grito en el cielo. Pero esto es algo gordo, y ya me dirán si no.

El anterior alcalde, el socialista Antonio Muñoz, precisamente dos o tres semanas antes de recibir un premio evangélico, había inaugurado la exposición de arte sacro que ahora motiva el escándalo.

El asunto tiene guasa, como dicen por aquí, y la responsabilidad no es de los que vinieron de fuera, sino de los de aquí. Resulta que las voces que ahora suben al cielo, si en ese momento hubieran mirado a la tierra, y hubieran invitado a visitar el castillo de la Inquisición a los responsables evangélicos de fuera, se habrían encontrado con la exposición. (Abierta del 22 de marzo al 31 de mayo de 2023.)

El nuevo alcalde, del partido popular, lo que propuso y ha seguido trabajando en ello, es que la exposición que ya había (unas cincuenta piezas) no se dispersara, sino que se quedara en Sevilla y en ese espacio, y bajo la dirección de la Asociación Gremial de Arte Sacro de Sevilla (el nombre creo que es así).

Se trataba de la exposición “Maestros del futuro. Artesanía y diseño en Europa”, organizada por la Asociación Contemporánea de Artes y Oficios, con el apoyo de Michelangelo Foundation for Creativity and Craftmanship (la Fundación Michelangelo, vaya, que había actuado lo mismo en varias exposiciones en Europa un año antes).

Es verdad, y todo hay que decirlo, que el anterior, en su discurso de inauguración (pre- porque fue cerrado) destacó el trabajo y las profesiones, sin incidir, como hace el actual, en los aspectos más religiosos del tema. (Esto parece un plan. La Junta ha dicho que destinará seis millones de euros a la promoción del dichoso arte sacro. Un par de meses atrás, en el propio recinto del ayuntamiento se celebró una resonada exposción.)

Escandalizarse de esto es no ver dónde pisamos, y cómo han pisado a la Reforma en estos lares. Si el franquismo procedió a resignificar la cultura religiosa popular, después de su muerte, han hecho lo mismo las autoridades de turno, incluidos de modo especial, en estas tierras, los socialistas.

Unos de un modo, otros de otro, pero con la Reforma y sus principios ninguno. Eso es lo que hay. Que aquí el ayuntamiento socialista pudo darle la medalla de oro de la ciudad a una hermandad creada justo al acabar la guerra por excombatientes para celebra el triunfo de los que triunfaron. No pasa nada. Todos se dan codazos para estar con los pasos.

Y con la romería del Rocío, no te digo. Y con la procesión del Corpus sí te digo, porque es miserable. (Por supuesto, también en algunos casos se ha colaborado con entidades evangélicas, en muchos sitios. Pero aquí el manto del papado lo bordan unos y otros.)

Por qué me parece que es incluso muy bueno que pongan ahí la exposición de la que hablamos. Pues porque, primero, es la excusa para ocuparse del mantenimiento del espacio. Segundo, porque el recorrido anterior no desaparece (de eso me ocupé en informarme, espero no estar equivocado).

Y ya preparo ocasión para un ciclo informativo poniendo en esa exposición todos los elementos de arte manual necesarios para reprimir y quemar a los nuestros.

Cómo se realizaban las mordazas de madera para tapar la boca (Julianillo podría hablar si no tuviera una); cómo los artistas elaboraban las pinturas de las corozas; cómo fabricaban y pintaban los sambenitos; cómo realizaban los tablados (alguna de las nuestras se dice que fue contumaz hasta el tablado); cómo adornaban los balcones de visión privilegiada; cómo armaban los entarimados para las celebraciones de los autos de fe; o los autillos dentro de las iglesias (incluso se podría trasladar a alguna parte de la exposición); cómo se fabricaba el arte sacro de las cuerdas con las que apretaban las piernas de los reos; cómo fabricaban y usaban el paño de ahogo; de qué madera hacían los columpios para levantar y descoyuntar los brazos. Especial atención tendrá cómo elaboraron tan primorosamente la pedagogía del miedo…

Sin darse cuenta nos van a poner con esas exposiciones un plus más en el espacio de reconocimiento de las artimañas de la Inquisición. Los nuestros y las nuestras, como entonces, en medio de lo más terrible, seguirán hablando y predicando. El arte sacro estaba en un lado de la candela y el terror, los nuestros en el otro. Lo verán los que tengan ojos para verlo. Aunque no cuentan con nosotros, nosotros a contarlo.

En fin, que nos han puesto en bandeja, de plata, artística y sacra, la ocasión para trabajar y dar a conocer a nuestro Redentor y las circunstancias de sus redimidos. Ya tengo a gente interesada.

Pero ahora lo que me interesa es terminar, y dejar para la próxima semana, d.v., lo que pensaba poner en esta: datos del profesor citado sobre las reliquias en la formación del espíritu nacionalcatólico. (Que está deseando darnos información, y tiene mucha.)

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