Bautismo de sangre

Resulta que la sangre del martirio purifica. Ya no es sólo la de Cristo. Esto es el papado, y los suyos.

07 DE JULIO DE 2024 · 19:00

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Imagen de Ryan Loughlin, Unsplash.link], Unsplash.

Ni la circuncisión vale ni la no circuncisión, sino una nueva creación. Si esto vale para la circuncisión, otro tanto vale para el bautismo como rito

Con los ritos de la Ley se hicieron las piedras del templo que el Mesías destruiría. Con los ritos cristianos se han edificado todo tipo de templos, católicos, ortodoxos o protestantes. De modo particular el bautismo y la santa cena, los dos ritos que se ponen en el Nuevo Pacto, del que son sellos o símbolos, se convierten en ejemplo de la corrupción que se ha instalado sobre la obra de la redención, la apostasía señalada respecto al Nuevo Pacto, se hace explícita en sus símbolos. 

Ya vimos sobre el bautismo sus formas iniciales en los documentos que tenemos. La superstición es abundante, y esto es así tanto en el de adultos como en el infantil. Lo cual no quita la señal de la gracia que supone en el plan de la redención.

En el documento que se dice de Hipólito sobre las liturgias del siglo II (un poco más adelante si se toma su muerte sobre 235), ya están presentes las corrupciones que afloran convertidas en papado. Por supuesto el bautismo es central en las muestras de corrupción, junto con la santa cena o eucaristía, y como mediación de ellas, la aparición de un clero mediador. Tal como hoy.

Adaptada la Iglesia a todas esas desviaciones, salida del camino de la gracia y de la cruz, convertida en sierva del Extraño (por usar el nombre que le da el documento al diablo), pudo adoptar las formas imperiales con las que la corrupción se hizo ley y señal oficial. Así es la historia.

“A la hora del canto del gallo, se orará en primer lugar sobre el agua.” Ya ven las maneras que muestran la oscuridad de la mente y el corazón de esta cristiandad. Se necesita orar sobre el agua; ¿para qué; quién tiene el rango para hacerlo; quién es ya necesario para el bautismo? El diablo ha fabricado ya a su ministerio, que es necesario incluso para que el agua para uso del bautismo sea buena. Eso sigue igual, y se coló en sectores del mundo evangélico.

“Este agua manará de una fuente o fluirá desde lo alto… [agua viva, si es posible]… Se desnudarán, y bautizarán primero a los niños. Todos los que puedan hablar por sí mismos hablarán. Los que no puedan hablar por sí mismos lo harán sus padres o alguno de sus familiares quienes hablarán por ellos… Luego los hombres. Después las mujeres... que se habrán dejado suelto el cabello y se habrán quitado los ornatos de oro y de plata que lleven consigo. Nadie bajará al agua llevando algo extraño encima”.

El obispo estará presente. ¡Ya están presentes! “Con el óleo del exorcismo”. La superstición ya afincada y elevada a tradición. Como ahora. El presbítero se dirigirá a cada uno y “le ordenará que haga renuncia con estas palabras: Renuncio a ti, Satanás, a tu culto y a tus obras.” Esto es de estudio. Resulta que se tiene que renunciar al culto de Satanás cuando se está celebrando ese culto. Pues eso es lo que es eso. Ya lo dijo nuestro Pablo, que recibirían doctrinas de demonios, prohibiendo casarse y comer alimentos que Dios no prohibió. Luego sigue, cuando cada uno ha hecho la renuncia [en los niños lo hacen los padres, toda una superstición], el obispo los unge con el óleo de exorcismo, diciéndoles: “huya de ti todo espíritu maligno”.

Así se confiaban desnudos al obispo, que está junto al agua, preparados para el bautismo. Todo un espectáculo. ¡Y esto a finales del siglo II! Cuidado con eso de volver a la Iglesia primitiva.

Con el que se bautiza descenderá al agua un diácono, y se procederá “imponiendo la mano sobre” el que se bautiza, y le pregunta tres veces obre la fe, con referencia al Credo. Cuando sale del agua, es ungido por el presbítero con el óleo de acción de gracias: “Te unjo con el óleo de Jesucristo…” Luego cada uno se secará y se vestirá, y después entrarán en la iglesia.

El obispo, que es central en el acto, “exorcizará a cada uno para conocer si es puro”. Esto hay que leerlo de nuevo. Si no te enfadas, tendrás que tomar más cafés con nosotros en este grupito. “Si a alguno no se ha encontrado bueno o bien puro, se le dejará de lado… Pues el “Extraño no es posible que se esconda siempre”. ¡Menos mal que tenemos al obispo y su óleo de exorcismo, que tiemble Satanás!

Se presentan después en la iglesia, cuando los diáconos presentan la oblación. Allí, no antes, oran con todo el pueblo. Seguimos para ver por dónde seguimos en la actualidad.

“El obispo le impone la mano [a los bautizados con la congregación], y hace la invocación: Señor y Dios nuestro, que has hecho dignos de alcanzar la remisión de los pecados por medio del baño de la regeneración, hazlos dignos de ser colmados con el Espíritu Santo, y envía sobre ellos tu gracia para que te sirvan según tu voluntad, porque tuya es la gloria, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, en la santa Iglesia”. Si quieren ver la teología contra la que se levantó la Reforma, aquí la tienen.

Después procede a ungir con el santo óleo, y luego le hace a cada bautizado, la señal de la cruz en la frente y le dará ósculo y dirá: “Si eres tentado, el signo de la cruz en tu frente como un escudo. Porque el Adversario huye, por el Espíritu que hay en ti, cuando ve la fuerza que proviene del corazón. [Aquí debemos parar un poco. Esto es terrible. La corrupción en grado superlativo. Y eso sigue en el papado.] (Seguimos.) En el momento por el que el hombre interior -el animado por el Verbo- se muestra formando en el exterior la imagen interior del Verbo”. 

Ya me dirán si esto no es para enfadarse. ¿Qué tienen que ver estas doctrinas con la Escritura? Aunque, se pretende explicar esa superstición de la señal de la cruz nada menos que con la sangre que Moisés puso en los dinteles en la pascua. “Haciendo con la mano la señal de la cruz sobre nuestra frente y nuestros ojos, alejamos al que intenta exterminarnos”. 

(Aunque parece que siempre se podía colar algún demonio. “Que no se derrame del cáliz tras la bendición. Para que, por tu menosprecio guste de él algún espíritu alieno. Serás responsable de esta sangre, al igual que quien menosprecia el precio con el que ha sido comprado.”)

Y hablando de sangre, el colmo de la corrupción. Pero esto es lo que hay ya en el siglo II. “Si un catecúmeno es arrestado por el nombre del Señor, que en corazón no se inquiete al dar testimonio.” Es decir, se asume que sin el bautismo le falta algo, que por ello, puede inquietarse. Pero que no se preocupe. “Porque si se le torturara y se le causa la muerte, por más que no ha recibido la remisión de los pecados [léase varias veces. Si no tienes el bautismo, no tienes la remisión de los pecados. Esto sigue igual], será purificado. En su sangre recibe el bautismo”.

Resulta que la sangre del martirio purifica. Ya no es sólo la de Cristo. Esto es el papado, y los suyos. Doctrina de demonios.

No quiero terminar sin poner algo que no gusta. La Iglesia de esos tiempos, con todas sus corrupciones, es la iglesia perseguida. La persecución no hacía diferencia. Murieron y fueron perseguidos muchos fieles, y multitud de infieles, llenos de corrupción. Esto merece estudio. El papado con su santoral es fruto de lo segundo.

 

 

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