Las tesis de Lutero. Tiempo de reforma a su tiempo

El gran momento de la Reforma puso en el centro a Dios en su condición de Señor del tiempo y las circunstancias. Ni Lutero, ni nadie en esos momentos, previó o actuó para producir lo que luego vino.

26 DE NOVIEMBRE DE 2023 · 09:20

Foto: <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@wimvanteinde">Wim van 't Einde</a>, Unsplash CC0.,
Foto: Wim van 't Einde, Unsplash CC0.

Les pongo esta reflexión en nuestro ratito juntos, empezando justo a las diez de la noche del martes. Lo menciono, porque quería, d. v., ponerles algo la semana próxima sobre la España que nos han robado.

De momento, ya en la tele pasan la serie de cada noche estos días. La amnistía está produciendo bastantes ardentías. La famosa ley ya tiene letras, aunque incluso altas esferas la rechazaron en blanco.

Al final, (y de esto, sin comparación, hablamos un poco hoy con lo de Lutero y la Reforma protestante) a veces se llevan a cabo cosas no previstas, que pueden ser provechosas para el bien común.

Pero me interesa saber, espero que mañana y pasado, en el debate de investidura (miércoles y jueves), lo aclaren, eso de que nos han robado España, o que la han partido, pues las dos cosas se dicen, a veces, por la misma persona.

Si la han partido, es bueno saber qué tipo de rotura tiene, y si hay opciones de arreglarla; para eso habría que investigar dónde están los cachitos. Si la han robado, será ilustrativo conocer quién pone la denuncia en comisaría por la propiedad que le han sustraído.

Me interesa especialmente saber de quién es España. Y también, por curiosidad, si la han robado con el estilo que indicó el rey de la unidad al conde aquél, diciéndole que ayudase a robar el reino de Navarra, no en guerra abierta, sino por vía de maña o furto. (A los pocos años, otro de sus duques la robó al alba, hasta hoy.) Sería el colmo que les hayan robado España por la cara, a pleno sol.

Vale, esto puede sonar un poco a broma, pero ya me dirán a qué suenan, si no, las burradas que oímos: golpe de estado, abolición del estado de derecho, derramar sangre... Los que ya tenemos una edad sabemos que las insensateces en política son muy serias, por sus consecuencias; pero más vale pensar que los que dicen esas cosas no se las creen, y las vociferan por echar un rato.

Al final todas sabemos que España ni la han robado, ni la han partido a trozos, simplemente parte de los que viven en ella, legítimamente, la quieren administrar de otra forma a como otros deciden que es la única y verdadera.

Y ya nos vamos con el bueno de Lutero, y sus circunstancias. Clavó sus 95 tesis sobre las indulgencias, y a él lo han clavado a ese papel. Pero todo ello es una lección, pues al celebrar el día de la Reforma por ese suceso, se está reconociendo (o debería) que aquello no estuvo en la planificación de nadie.

El gran momento de la Reforma no sólo puso en el centro la Palabra de Dios, sino al Dios de esa Palabra en su condición de Señor del tiempo y las circunstancias. Ni Lutero, ni nadie en esos momentos, previó o actuó para producir lo que luego vino.

Nadie tenía diseño para nada. (El único que parece disponer de un plan a futuro es el emperador, y no le salió.) No celebramos una Reforma diseñada, sino una sobrevenida. No se clavaron dogmas, sino tesis de discusión. (Venidos al presente, que mañana se discute en el parlamento, ya sabemos que eso de opinar o tener juicio de examen privado es la ruina de la Europa cristiana, por eso se aborreció la Reforma, hasta hoy.)

Cuando llegó el tiempo, llegó la Reforma; ni antes ni después. Confía, y Dios hará (dice el salmo). Esto jamás significa apatía o inacción. Que ya lo proclamaba nuestra reina Juana de Navarra en su salmo de cabecera: “Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; a los fieles guarda Jehová, y paga abundantemente al que procede con soberbia. Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón”. (31:23-24)

Esto vale con Lutero, por poner un ejemplo en quien es instrumento en desencadenar acontecimienbtos (¡en lo que se vio metido sin ni siquiera imaginarlo!), pero se podría decir lo mismo de Calvino, y otros.

Si miramos la ciudad de Ginebra, vemos esta situción con claridad. Sus ciudadanos votan a mano alzada (era una ciudad pequeña) que su religión será la protestante. Es un acto político. Pero no tienen ni iglesia ni pastores (aunque conservaban templos y monasterios católicos).

Veían la manera protestante más adecuada a su libertad civil. Sólo algunas familias tenían un verdadero sentido religioso protestante, fruto de la labor, no de Farel, al que habían expulsado, sino de un ministro joven, que había llevado a cabo su trabajo como maestro.

Luego reciben a Farel, enviado por Berna, y ya sigue la historia que conocemos. (¡Calvino seguro que ni imaginó lo que tendría que pasar por pasar por Ginebra!)

Lutero con sus tesis, hace lo que se hacía. De todos modos, conviene recordar que antes de las 95, en la fecha que celebramos, había propuesto otras el 4 de septiembre, las conocidas como Disputa contra la teología escolástica.

Parece que Lutero estaba contento de cómo le había quedado el trabajo. Lo remitió, como era normal, a las autoridades jerárquicas pertinentes, y esperó respuesta. ¡Espera sentado!, que dicen por aquí. Pues sentado o de pie, mientras esperaba, redactó otras sobre un acontecimiento cercano: la venta de indulgencias.

También las remitió a los que correspondía; y esperó respuesta. Nada. Pero unos, que no sabemos, las tradujeron al alemán, y las divulgaron. Mientras Lutero esperaba sentado, se estaba levantando un movimiento imparable. Queda claro que la Reforma no sólo anunció la sola gracia, sino que su propia existencia es predicación celestial de la misma. Y como ese Dios no se duerme, ¡siempre tenemos esperanza!

No solamente estas iniciales, también Lutero nos provee de otras al término de su ministerio, las referidas al Hombre. Cuarenta tesis que deberían ser asignatura obligada en los centros de teología evangélicos. (Se han estudiado, con las de la Disputa. Villacañas, 2017.)

De todos modos, disputas, confrontaciones, descalificaciones, propuestas de volver al camino, escritos contra las indulgencias, contra el papado, etc., se habían producido mucho antes de Lutero y sus circunstancias. ¿Por qué ahora tuvieron tal repercusión? Porque era el tiempo.

Notamos que el Pablo, por poner a alguien fundamental, secuestrado en las costumbres eclesiásticas, fue sacado de su cárcel de dogmas y autoridades. La experiencia de la gracia, la misericordia, y la justicia perfecta del Redentor llegó de nuevo a la gente.

Eso fue percibido por el papado, y sus consecuencias. En medio de tantas circunstancias, se destaca algo, a mi modo de ver (con lecturas varias), y es que las tesis contra las indulgencias de Lutero (que antes otros publicaron cosas parecidas, y con más radicalidad), ya no quedaban dentro del ámbito eclesiástico.

Todos los reproches anteriores (incluidos los de Erasmo), se podían juzgar dentro. Lo novedoso es que esas propuestas sonaban a que era el poder civil, el poder político, quien tenía que actuar contra las indulgencias, porque eran un engaño a sus ciudadanos. Al final, el poder político, no sólo podía, sino que debía evitar esas acciones del papado.

No se trataba de discutir el poder de las llaves, que eso era doctrina dentro de la esfera de esas mismas pretendidas llaves, ahora lo que quedaba al descubierto era que con el poder de las llaves, el papado lo que pretendía era sólo tener las llaves del pader, tanto eclesiástico, como político.

(El momento tan relevante de la protesta en la segunda dieta de Spira, más de una década después de las tesis en Wittenberg, fue la expresión de esa nueva situación: los poderes políticos manifiestan su voluntad de defender a sus ciudadanos frente al papado. Eso es también la Reforma.)

La experiencia de la gracia, rompió con el baúl, y las llaves de su cerradura, de las satisfacciones de “cristo” y de los santos, fuente de ingresos, y tetimonio del evanelio que Roma predicaba. Eso no ha cambiado (véase el derecho canónico actual).

Estad quietos, y esperad confiados.Esta es la lección.

Por supuesto, en modo sermón: no hay más fuerza y dinamismo que la quietud confiada en el Señor.El que llevó a su pueblo en la cruz, prepara todo para llevarlos con él, y para, ahora, encontrarse con todos ellos. Ese es el tiempo de Reforma y salvación de cada elegido, y es el tiempo de Reforma de la comunidad de redimidos. Por eso tenemos (yo, al menos, no me muevo de ahí) esperanza. Quien hizo, hará.

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