El tweet de Dios sobre los que se endurecen
Proverbios, habla de otra manera y tiene, entre otras, la palabra reprensión como método pedagógico que es preciso emplear siempre que haga falta.
12 DE DICIEMBRE DE 2019 · 08:45

Los sistemas pedagógicos modernos han expulsado de sus métodos todo lo que tenga que ver con reproche, amonestación o reprensión, y no digamos castigo, dado que se considera dañino incluso el mero empleo de palabras que suenen a eso, al considerarse métodos anticuados y nocivos. La base esencial de tales sistemas actuales radica en la creencia humanista de la bondad innata del ser humano, según la cual todo lo más que necesita el individuo es ser asesorado e instruido en las pautas apropiadas para moverse por la vida, cuyo resultado indefectible será la formación madura y equilibrada del carácter.
Sin embargo, el libro de los tweet de Dios, Proverbios, habla de otra manera y tiene, entre otras, la palabra reprensión como método pedagógico que es preciso emplear siempre que haga falta, siendo, de hecho, una señal de verdadera paternidad amorosa, que, si está ausente, es muestra de desafecto e indiferencia. Naturalmente, que se contemple la reprensión no excluye la instrucción y la enseñanza, dependiendo del caso y del momento cuándo se ha de emplear una u otra.
Pero la reprensión no tiene un rostro amable, no es una doncella guapa que seduce por su belleza exterior. Más bien, resulta poco agraciada y atractiva, de ahí que muchos prefieran a otras damas más atrayentes y que encandilan por su facilidad y suavidad de trato. La señorita reprensión hasta puede ser dura e hiriente, porque no escatima medios que hagan reaccionar al reprendido. A la corta es mejor vérselas con otro tipo de damiselas, dado que todo son ventajas, aunque a la larga los resultados pueden ser desastrosos.
Hay un tweet de Dios que muestra los perjuicios que conlleva el rechazo de la reprensión y es el que dice: ‘El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado y no habrá para él medicina.’ (Proverbios 29:1). El endurecimiento de la cerviz es una ilustración tomada del mundo animal, concretamente de los animales de tiro, especialmente los bueyes, que deben ser sometidos al yugo para que puedan ser útiles en las labores del campo. La cerviz es el equivalente a la nuca humana, que ha de agacharse y doblarse para que el yugo se ponga. Una cerviz que se dobla es sinónimo de docilidad y obediencia, mientras que una cerviz dura se corresponde con obstinación, resistencia y rebelión, habiendo un manifiesto peligro en intentar poner el yugo a una cerviz dura, porque el que lo procura puede terminar acorneado.
Hay bastantes citas en la Biblia en las que se compara a Israel con un animal de labranza, pero intratable por Dios, a causa de su dureza de cerviz. La voluntad está encallecida y por más intentos que se hagan, es tal la porfía y la rigidez que todos los recursos están condenados al fracaso. La reprensión dirige su llamamiento a que cese en tal actitud, empleando las advertencias y avisos más solemnes, exponiendo la verdadera condición del corazón, mostrando las fatales consecuencias que sobrevenderán y exhortando al arrepentimiento. La dama reprensión no viene para fastidiar de manera caprichosa sino provechosa, porque detrás de sus crudas palabras está el inmenso beneficio de ser librado de una dureza dominadora que gobierna el espíritu.
La consecuencia de endurecer la cerviz ante la reprensión es la destrucción irremediable y súbita, sin que haya remedio. La expresión ‘de repente’ en el tweet indica la aparición inesperada del desastre y la palabra ‘quebrantado’ es la rotura en añicos, el destrozo resultante. Como la medicina sanadora la portaba la doncella reprensión, su rechazo supone la pérdida de toda posibilidad de cura.
¡Qué terrible es la condición del que persiste en ese rechazo, una vez que ha sido reprendido! Porque entonces no le queda otra alternativa que mantener su endurecimiento, que está sustentando en el orgullo. El orgulloso se considera lo suficientemente sabio para no necesitar corrección de nadie y lo suficientemente justo para no ser reprendido por nadie. Pero esa altivez, lleva en sí misa las semillas de la ruina total.
Reprensión. Qué fea es, pero qué hermosa es. Qué semblante más áspero, pero qué interior más deleitoso. Qué privación aparenta, pero qué riqueza presenta. Si las cosas no son lo que parecen, eso se cumple en la dama reprensión, cuya belleza está en el interior. Hazla tu hermana, hazla tu amiga, hazla tu compañera. Si la ahuyentas, no tendrás solución.
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