El Verbo

Jn. 1:1-18 (Selecciona Isabel Pavón)

16 DE MAYO DE 2014 · 22:00

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Primero fue la Palabra, ante todo el Verbo. Palabra divina sin demostración alguna, Verbo que era y estaba con Dios. La realidad de su existencia se da por supuesta. O se acepta o se rechaza. No caben más alternativas. Palabra capaz de crearlo todo. Voz que establece los cánones del espacio y el tiempo, que hace surgir el universo a partir de la nada más absoluta. Estruendo de galaxias, pirotecnia de estrellas. Luces, sombras, planetas, océanos y tierras emergidas. Irradia la vida porque la Palabra es fuente de toda existencia. Vigor original cuya luz vence la oscuridad. Arriba la conciencia humana y los problemas de comunicación. Orgullo y autosuficiencia introducen la oscura sombra de la muerte. ¿Habrá noche que la luz de Cristo no pueda iluminar? El postrer enemigo será derrotado y con él sus tinieblas porque al llegar la fuerza vital creadora, dolor, sufrimiento y nada se desvanecerán. Juan no fue el manantial de esa luz pero supo cartografiarlo bien. Su testimonio permanece y traspasa los siglos. “Un hombre enviado de Dios”. Breve currículo para quien escribiera un evangelio preñado de verbos en mayúscula. El mensaje es que este Verbo se hizo carne humana. Nuestra sangre corrió también por sus venas. Los genes de su ADN fueron como los nuestros. Por eso la gracia y la verdad pudieron asumir nuestra maldad. Nos sanó desde dentro, al hacerse hombre. Aunque la humanidad no supo recibirlo como se merecía, la paciencia infinita de la Palabra sigue esperando todavía una respuesta. Primero fue la Palabra, ante todo el Verbo. Después seguirá siendo la Palabra, eternamente el Verbo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Poe+ - El Verbo