La persecución en el ámbito privado del creyente
Aunque cada persona tiene derecho a su propia vida privada e interior, en ocasiones incluso se intenta dominar ese espacio.
02 DE ENERO DE 2021 · 22:00
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En ocasiones, puede resultar complejo definir como afecta la persecución a la vida de un cristiano. Son tantas las formas y contextos en los que se produce, que definir el grado y la intensidad de la persecución no siempre es una tarea sencilla.
Para poder tener una imagen más clara de lo que significa la persecución y cuáles son las áreas de la vida de los cristianos a las que ésta afecta, Puertas Abiertas ha desarrollado el concepto de los cinco ámbitos, con el objetivo de hacer un seguimiento de las diferentes expresiones de la persecución en la vida del creyente. De este modo, podemos observar como la persecución llega a afectar al ámbito privado, familiar, social, eclesial y nacional, además de la violencia, que puede ser transversal a cada uno de estos ámbitos.
Cuando hablamos del ámbito privado, nos estamos refiriendo al foro interno del individuo. En este sentido, esta se trata de uno de los derechos más básicos del ser humano, que es el derecho a la vida privada, a la intimidad. Cada individuo tiene derecho a una vida interior. En el ámbito de los Derechos Humanos, esto tiene que ver con la libertad de pensamiento y de conciencia. Dicha libertad de conciencia se relaciona cono lo que hacemos y lo que somos en nuestros hogares en particular y, en general, en el ámbito de la intimidad. En términos espirituales, podríamos definir el ámbito interno del cristiano como su vida interior, el denominado fórum interno, la libertad de pensamiento y conciencia que le lleva a practicar una fe determinada, la fe cristiana.
Aunque cada persona tiene derecho a su propia vida privada e interior, en ocasiones incluso se intenta dominar ese espacio, siendo que la persecución contra el creyente puede llegar a afectar esta esfera. De este modo, analizar esto nos da una indicación muy real de la estrategia e intensidad de la persecución. Es cierto que, en muchos países, uno puede creer lo que quiera en privado mientras que dicha creencia no tenga una manifestación pública. Sin embargo, muchos de los perseguidores hacen de su objetivo la privatización absoluta de la fe. En algunos lugares, el Estado trata de privar al creyente incluso del derecho a centrar su propia vida espiritual interior en Cristo, prohibiendo toda expresión de eso incluso en el ámbito del hogar.
Para algunos cristianos que viven en Estados musulmanes, tampoco hay libertad en esta área. Aunque en estos casos, se debe más a un contexto familiar hostil. De esta forma, la pregunta fundamental que nos surge es: ¿Cómo de libre es un cristiano para relacionarse con Dios uno a uno, en su propio espacio privado? Esto no se limita a la casa, al hogar, sino que también puede aplicarse a la prisión, por ejemplo, o aun paseo por el bosque, y es independiente de quien es el agente que desafía esa libertad, que puede ser la familia, el contexto social o, incluso, el Estado.
En este sentido, la Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas nos habla de diferentes áreas de la vida privada que se pueden ver afectadas: la conversión, el culto privado, la posesión de material religioso, la libertad de expresión por medio de la palabra hablada o escrita o, incluso, el ámbito de la reunión privada.
Quizás, el ejemplo más evidente de la persecución en el ámbito privado es Corea del Norte, donde el culto divino hacia los gobernantes no deja lugar a ninguna otra creencia. Toda reverencia que no se concentre en la dinastía Kim se considera peligrosa y amenazante para el Estado, y podría conducir a un castigo atroz. Hace unos años, ochenta personas fueron ejecutadas por manejar películas surcoreanas, y por posesión de Biblias, lo que nos muestra cual es la intención del Gobierno, que trata de alcanzar a dominar la mente de las personas.
A pesar de las amenazas por parte del régimen, fueron muchos los cristianos que decidieron permanecer allí para dar testimonio de su fe a aquellos que no conocen a Cristo: algunos pagaron un alto precio por ello, siendo arrestados e incluso muriendo en las inhumanas prisiones del país.
En otros lugares, como China, hay libertad por parte del Estado para ser cristiano en el hogar. Sin embargo, surgen otros agentes que repercuten en el ámbito de la vida privada. Por ejemplo, los cristianos que provienen de trasfondos musulmanes o los tibetanos budistas tienen que ser siempre muy cuidadosos en su forma de adorar, especialmente si son los únicos creyentes de su familia. La Biblia y otros materiales cristianos deben ser cuidadosamente escondidos, y solo ser leídos con precaución. Para ellos, encontrarse con otros cristianos puede suponer un gran desafío.
Gracias a Dios, nosotros gozamos de libertad para ejercer nuestra fe en la intimidad. Sin embargo, esta libertad no es solo para que la disfrutemos, sino para que intercedamos por aquellos hermanos que no la tienen. Su mayor necesidad es que nos convirtamos en sus Compañeros de Oración.
Ora por aquellos que comparten nuestra fe, pero no nuestra libertad.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - #Perseguidos - La persecución en el ámbito privado del creyente