¿Qué significa la libertad religiosa en nuestro contexto europeo?

Un desafío continuo es asegurar que la libertad de religión no se vea dominada por la política.

17 DE MAYO DE 2020 · 09:00

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La libertad de religión o, como comúnmente se denomina de forma más amplia la libertad de creencia, es considerada en muchas ocasiones como el menos importante dentro de la familia de los Derechos Humanos, como si no fuese digno de mucha atención. Así, consideramos a la libertad de religión como algo anticuado, puesto que la religión parece estar perdiendo su importancia en Europa. Los datos de la Encuesta Social Europea mostraron que la mayoría de los jóvenes de 12 de los 21 países estudiados no tenían religión. Además, un estudio del Centro de Investigación PEW en 2015 proyectó que la población cristiana de Europa se reducirá en unos 100 millones de personas en las próximas décadas.

Sin embargo, hay algo importante que destacar: seas religioso o no, lo que crees es el núcleo de lo que eres. A medida que nuestro cerebro se desarrolla, damos sentido a nuestras vidas a través de preguntas, opiniones, desarrollando nuestra visión del mundo y dando, a su vez, forma a nuestras actitudes, comportamiento y carácter. Los pensamientos y creencias internas de una persona están protegidos por esta libertad de creencia, incluso cuando otros consideran que esas creencias son incorrectas, peculiares u ofensivas. El artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que toda persona es libre legalmente de tener creencias, cambiarlas como considere oportuno y manifestarla por sí misma o con otros. De esta forma, la libertad de creencia está estrechamente entrelazada con otros derechos humanos como la libertad de expresión y de reunión.

En un continente como el nuestro, en el que existe un Estado de Derecho y los derechos civiles son respetados, hemos llegado a dar por sentada la libertad de creencia. Los europeos tienen acceso a distintas vías legales para proteger sus derechos humanos. Por el contrario, en países donde no se protege la libertad de religión vemos la coacción, discriminación, el castigo y la persecución de quienes se considera que están equivocados en cuanto a sus creencias. La misión principal de Puertas Abiertas es fortalecer a la Iglesia en las naciones donde esta libertad no es respetada y las minorías soportan las consecuencias de ello.

En este sentido, como responsable de Propugnación en la UE, mi primera tarea es la concienciación. Muchos miembros del Parlamento Europeo se sorprenden al saber que el año pasado más de 260 millones de cristianos se enfrentaron a la persecución por su fe y que la escala y la gravedad de la persecución continúa empeorando. De media, 8 cristianos son asesinados cada día por causa de su fe.

La pregunta que surge es: ¿qué podemos hacer como Unión Europea? Más de lo que estamos haciendo actualmente, diría yo. La UE comprende 500 millones de ciudadanos y tiene importantes relaciones comerciales y de inversión con muchos países que figuran en la Lista Mundial de la Persecución. Es un actor clave en el escenario mundial y su influencia no debe ser subestimada. Con frecuencia aporto información a las resoluciones de urgencia, en las que el Parlamento pide que se denuncien las violaciones de los derechos humanos y sugiere mejoras, proporciono documentos de antecedentes para las visitas de alto nivel de la UE a terceros países y sigo insistiendo en que las infracciones de la libertad religiosa se aborden en las conversaciones comerciales y las negociaciones sobre acuerdos de asociación. Nunca debemos permitir que el crecimiento económico o la potencial cooperación de un país nos distraiga de sus problemas de derechos humanos.

Un desafío continuo es asegurar que la libertad de religión no se vea dominada por la política. A algunos partidos les gustaría tener el monopolio de la cuestión de la persecución cristiana y utilizarlo para promover su propia ideología. Sin embargo, cuando vemos el sufrimiento de los cristianos a través de la lente de los derechos humanos, se convierte en una cuestión que debería preocupar a todos, ya sea a la izquierda o a la derecha. El compromiso de los parlamentarios de todo el espectro político es vital para mi trabajo.

La UE se encuentra en una encrucijada en cuanto a la importancia que da a la libertad de religión o de creencia. Esta libertad ha sido establecida desde hace mucho tiempo en la Convención Europea de Derechos Humanos y en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Se confirmó en 2013 cuando la UE adoptó las Directrices sobre la promoción y protección de la libertad de religión o de creencias. A este importante documento siguió el nombramiento de un Enviado Especial de la UE para la defensa de la libertad de religión fuera de la UE. A pesar de unos pocos años fructíferos, su papel terminó con el mandato de cinco años de la anterior Comisión en diciembre de 2019 y no se ha anunciado su renovación. Cinco meses de silencio sobre el asunto no augura nada bueno para que la UE siga siendo un líder respetado en este campo. Por estos motivos, Puertas Abiertas firmó recientemente una carta junto con otras organizaciones en la que se pide al Presidente de la Comisión que restablezca el papel de Enviado Especial de la UE para la continuación de esta labor esencial. 

Mientras esperamos la claridad institucional sobre este asunto, continúo trabajando con otros que creen en la naturaleza crucial de libertad religiosa. Las coaliciones multirreligiosas son cruciales para mi trabajo y, de hecho, para que los cristianos no sufran solos. Mientras que el enfoque y la experiencia de Puertas Abiertas está en la comunidad cristiana, fortalecemos nuestra credibilidad, compasión y capacidad de actuar siendo conscientes de los problemas de los demás y hablando por ellos. 

Como cristianos, somos un solo cuerpo, repartido por todo el mundo. Martin Luther King dijo con razón: "La injusticia en cualquier lugar es una amenaza a la justicia en todas partes... lo que afecta a uno directamente, afecta a todos indirectamente". Esto es cierto para la iglesia. Nuestra principal arma contra la injusticia sufrida por otra parte de nuestro cuerpo es la oración. Nuestras oraciones van donde no podemos, como nos recordó el hermano Andrés, fundador de Puertas Abiertas. Y no pensemos ni por un momento que nuestra conexión con los cristianos perseguidos es sólo sobre lo que podemos hacer por ellos. Frente a la discriminación y la persecución, los cristianos demuestran resistencia, confianza en la oración, fe profunda y verdadera alegría. A veces los cristianos europeos mostramos poca perseverancia, vidas de oración desnutridas, complacencia para reunirse y una comprensión superficial de lo que es vivir por la fe. Tenemos tanto que aprender. 

El Día Internacional de la Oración por la Iglesia Perseguida es una oportunidad única que espero que aprovechemos con ambas manos. Reúne a tu iglesia, infórmate y ora por los valientes creyentes que están soportando tanto sufrimiento. Unámonos en la intercesión, confiando en que nuestro Dios escucha nuestras oraciones y se mueve a través de ellas para cambiar situaciones y personas, incluyéndonos a nosotros.

 

Anna Hill es responsable de propugnación de la UE, Puertas Abiertas

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - #Perseguidos - ¿Qué significa la libertad religiosa en nuestro contexto europeo?