“Soy creyente pero no practicante”
El no actuar conforme a la creencia de uno conlleva consecuencias que se sufren en carne propia.
25 DE MAYO DE 2024 · 23:45

Muchos se autodefinen como “creyente no practicante”. Suele ser el comentario que se esgrime para evadir a una persona que está hablando de temas espirituales o religiosos que incomodan… Pero más que una manera de salir airoso de una encrucijada espiritual, lo que demuestra tal afirmación es una dejadez y despreocupación por su propia alma al igual que una actitud contradictoria. Generalmente, no tienen ni idea de lo que están hablando y lo que delata dicho comentario lo describe Mateo 23:3 con las palabras: “Dicen, y no hacen”. Sería recomendable ver lo que la Palabra de Dios dice en cuanto a este tema.
Vamos allá: “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Santiago 1:22-25).
En otras palabras, el permanecer voluntariamente en un estatus de contradicción e ignorancia es mucho peor que mirarse al espejo, ver que uno no está presentable y salir a la calle sin haberse arreglado un poco. Contrariamente a esa situación hipotética que solo afecta sobre todo a los demás que tienen la desgracia de tener que ver a una persona que voluntariamente decide permanecer desaliñada, el no actuar conforme a la creencia de uno conlleva consecuencias que se sufren en carne propia. Cuidado con decir que eres creyente pero no practicante porque Cristo dijo:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:24-27).
En otras palabras, si conoces la verdad pero vives como si no, estás edificando un castillo en las nubes. Aparte de vivir una contradicción como si nada, recuerda que Cristo también dijo: “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” (Juan 13:17).
No dejes pasar de largo tu salvación mientras entonas la canción “soy creyente pero no practicante”. Por muy bonita que sea la melodía, que no se diga de ti “cayó, y fue grande su ruina”.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Pensamientos - “Soy creyente pero no practicante”