Francisca Fernández, erasmista del s. XVI

Esta mujer es una especie de nexo entre muchas de las corrientes de principios del XVI. Aparece en la mayoría de los procesos, aun cuando ella comenzó su proceso inquisitorial en 1519 y duró hasta 1532. De su boca saldrían todas las acusaciones, las tendencias teológicas, las intenciones evangelizadoras, las nuevas formas de entender al hombre. Mujer intuitiva y enamorada de la vida presente y futura, fascinaba a quienes se acercaban a su lado.

03 DE DICIEMBRE DE 2007 · 23:00

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Se le ha calificado de obscena para la mentalidad de entonces, pero no estoy muy seguro si el amancebamiento de muchas de ellas era mejor que su libertad sexual. Lo cierto es que se juntó con malas compañías en este sentido, como fue el psicópata sexual el bachiller Antonio de Medrano, cura de Navarrete en la Rioja y sus coqueteos no eran bien vistos. Sobre esto se ha escrito demasiado y con demasiada morbosidad. Aunque sea un personaje extraño, no deja de tener una importancia por el año en que son conocidas sus andanzas misioneras en la Castilla de 1516, por su profesión de beata franciscana terciaria y por sus vistas a conventos, casas y familias nobles. Estas visitas le proporcionarán suficiente información sobre las nuevas formas de espiritualidad de la universidad de Alcalá, de los círculos alumbrados, erasmistas y protestantes de Valladolid pues vivirá en casa de Leonor de Vivero condenada por luterana, y de todas las ideas reformistas de los frailes y los clérigos y de los castillos y las casas. En el proceso a Medrano, Francisca aparece con ideas alumbradas y erasmistas en cuanto a la denuncia de las capellanías, colegios y otras cosas semejantes que se daban a los clérigos bajo manto de caridad y buenas obras. Denuncia el comer carne los viernes que toda persona religiosa podía comer y otros tenían que pagar las indulgencias, etc. Javier Pérez Escohotado(1) tiene claro que en el proceso de Medrano, ligado íntimamente al de Francisca, hay manipulación textual en el proceso y llega a las consideraciones siguientes que seleccionamos: “1º.- Medrano pertenecía a los alumbrados del reino de Toledo. Esta conclusión corrige las afirmaciones del principal tratadista, Antonio Márquez, que había concluido tras largas pesquisas que Medrano formaba parte del grupo y era seguidor de la beata Francisca Hernández, quien a su vez «ni era alumbrada ni madre de alumbrados». Pérez Escohotado prueba que los inquisidores juzgan a Medrano en 1530 como alumbrado bajo el «código» del Edicto de 1525. De ahí que todas las manipulaciones y desviaciones de la literalidad llevadas a cabo por el fiscal tengan exclusivamente la finalidad de aproximar la conducta y las opiniones de Medrano a la textualidad del mencionado Edicto de 1525. A estas conclusiones se añade otra no menos relevante: en contra de lo sostenido por Antonio Márquez, Pérez Escohotado considera que el estudio de los alumbrados del reino de Toledo debe adelantar el terminus a quo del fenómeno al período 1515-1519 e incorporar los llamados Cuadernos de Alumbrados y otros procesos anteriores a 1525 (como, por ejemplo, los de Medrano de 1520 y 1524, en los que ya se vislumbra el alumbradismo)”(2) 2º.- “El comportamiento erótico desinhibido y su concepción del erotismo y de la sexualidad no pueden proceder de los alumbrados, puesto que, según la declaración de un testigo, Medrano solía afirmar que «si abraçava las doncellas, que les dava castidad y que esta graçia tenia de Dios». Esta frase y otras parecidas y complementarias son analizadas de manera pormenorizada por el estudioso Escohotado, relacionándolas con la idea de que la Iglesia y Dios sólo juzgan por lo exterior y no por la intención, idea, por lo demás, que también sigue Juan de Valdés y que puede estar relacionada con el nicodemismo, que defiende que es más importante la intención que los actos.” Francisca está mezclada con el erasmismo y muchos de los hombres del "Movimiento de Alcalá" donde la lista de herejes o sospechosos incluyó más de 60 nombres gracias a las declaraciones y acusaciones falsas o no, de Francisca Hernández, que implicó a Bernardino Tovar figura central del erasmismo, Miguel Eguía impresor de Alcalá y también Vergara entre otros muchos. Tanto Francisca como otras mujeres ejercían gran influencia sobre los franciscanos y los universitarios de Alcalá de Henares, sin embargo, no se les ha prestado la debida atención según algunos estudiosos. Los que se reunían alrededor de Francisca Hernández de Valladolid, denunciadora clave de los procesos de la década de 1530, coinciden con los que se reunían alrededor de las mujeres de Guadalajara (Isabel de la Cruz, María de Cazalla, Mari Núñez), y ello induce a pensar que ellas estaban en la misma red de conventículos. Pero además su fama de gran sierva de Dios instaurada entre los franciscanos y en la jerarquía más poderosa como el General de la Orden fray Francisco de Quiñones y el futuro papa Adriano de Utrecht, facilitarían por un tiempo la salida del primer encuentro con la Inquisición. El Santo Oficio quería arrancar de cuajo las doctrinas nacidas al amparo de las casas de recolección franciscanas, siendo la Salceda el epicentro, y que tenían lecturas piadosas que eran mal entendidas para desviarse de la ortodoxia especialmente la Biblia. Después del Edicto de 1525 serían apresados los principales líderes del movimiento alumbrado como Pedro Ruiz Alcaraz, Isabel de la Cruz y María de Cazalla. Los años 1530 a 1540 serían citados los de Alcalá, Tovar, Vergara Virués y Eguía entre otros. Acusados por Francisca Hernández serían Francisco Ortiz, Luis de Beteta, Juan López de Celaín, Gaspar de Villafaña y pondría en peligro el luteranismo de Valladolid.
1) Javier Pérez Escohotado, Antonio de Medrano, alumbrado epicúreo. Proceso inquisitorial (Toledo 1530),Verbum, Madrid, 2003 2) Comentario al libro de Escohotado, citado anteriormente, por José María López Abiada

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