Petrus Galesius, catalán evangélico

Me había insinuado el bibliófilo, historiador y pastor Rodolfo González Vidal, la necesidad de profundizar más (*) en la persona de Pére Galés, (Petrus Galesius). Aunque no era una imposición yo mismo me he impuesto una mejor investigación, para que no quede en el olvido un creyente y humanista de gran erudición, a la altura de Casaubon, Cujas o Arias Montano. ¿Por qué este abandono? Posiblemente por ser tan erudito que solo las élites le conocían y sus escritos solo los podían apreciar unos poc

01 DE OCTUBRE DE 2007 · 22:00

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En Journal des savants (1902) Eduardo Boehmer y A. Morel-Fatio publican tres artículos con el título “El humanista heterodoxo catalán Pedro Galés” (1) Sobre el contenido del primero y tercero ya hemos publicado algunos datos. Ahora lo que nos interesa es conocer la obra de Pedro Galés, quien como ya hemos dicho creemos segura su muerte en los calabozos de la Inquisición acusado de luterano. El artículo segundo de Boehmer y Morel analiza la obra de Pedro Galés desde la visión que tenían de él personajes como Saloutius, Antonio Agustín, Casaubon, Cujas, etc. quienes siempre nos presentan un personaje erudito que aprendió a los pies de Juan Pedro Núñez en la Valencia del XVI y terminó de formarse por toda Europa, para luego recibir su sabiduría muchas universidades del protestantismo europeo. Se desconoce si Galés tiene obra manuscrita o publicada(2) a parte de sus Observaciones y Notas a muchos autores latinos y griegos, pues la Inquisición la destruiría, sin embargo el nombre de Galés aparece en todos los acontecimientos culturales de la época. Saloutio en sus Inscripciones veteres collectae dice que muchas de las inscripciones rescatadas han sido aprobadas por el hispano Pedro Galés. Pero además relaciona a Antonio Agustín, Arias Montano y a Cujas en una labor de recopilación de inscripciones romanas que habían encontrado en Florencia y Patavi, y que se relaciona en este libro. En la vida nómada de este protestante diferente a calvinistas y luteranos, Galés aparece como unos de los mejores epigrafistas, admirado hasta por el mismo capitán Saravía que lo apresó, quien consideraba un tesoro perdido aquellos libros de insignes griegos que llevaba entre su biblioteca. Galés aunque no tenía fortuna, sin embargo había copiado textos griegos y latinos de poetas y retóricos. Es posible que muchos de ellos después de haber pasado por Ginebra y Francia, los hubiese dejado en Italia para que fuesen copiados. Pero su valor residía también en sus propias anotaciones, adquiriendo el verdadero valor de estos manuscritos, que no solo eran de literatura, sino cono el caso que cita el jesuita Philippe Labbe de la Doctrinal de Raimond de Cornet, que prueba que Galés también se interesaba por la literatura cristiana y la catalana. Antonio Agustín, gran anticuario y arzobispo de Tarragona es el gran protector de Galés, ayudándole en los estudios jurídicos y filosóficos en Italia. Le tendrá como consultor o consejero de asuntos de filosofía y derecho canónico, agradeciéndoselo en el citado diálogo De Enmendationae. El valenciano Mayans también citará a Galés en “Diálogo de medallas, inscripciones y otras antigüedades”. Una carta de Galés a Agustín cuando sospechaba que ya había muerto este, vuelve a expresar la gran comunicación de estos humanistas entre si. A Pedro Juan Núñez le envía libros publicados recientemente, aunque teme que por haberse marchado a Barcelona se pierdan en el camino. Pero vuelve a sus preocupaciones helenísticas con el libro de Legations insinuando sus propias anotaciones. Las cartas de Galés a Agustín rezuman una actividad intelectual fuera de lo común, tanto en Italia, España o Francia donde ejercía un magisterio y liderazgo que resulta difícil de ocultar. Hay una historia de las monedas del Cesar con el “veni. vidi, vinci” de las que aparecen en los “Diálogos de las medallas” en las que Galés descubre son una falsificación aunque estén en museos y en casas cómo la del falseador Alexandre Bassiano, quien también decía vivir en la antigua casa de Tito Livio. No menos interesante es el contacto con Pedro Juan Núñez, el más docto profesor de Valencia. Galés aparece consignado por Núñez en tres opúsculos. También aparece Galés en la obra de Juan Bautista Cardona, excelente erudito valenciano que había luchado porque Galés no se marchara de Valencia y recurría a Agustín para decirle: “ Si aún está ahí (en Tarragona) V.S.I le detenga y no le dexe ir, que cierto es un gran personaje, y nosotros no le hemos merecido en nuestra tierra”. También será Ercole Ciofano, humanista italiano que introduce el arte de imprimir en la segunda mitad del XVI y los trabajos sobre Ovidio y Cicerón, citará a Pedro Galés atribuyéndole las notas del libro de sátiras de Juvenal, considerándolo hombre de “ingenio muy sutil y doctrina realmente singular”. Parece por las notas a las sátiras de Juvenal que Galés poseía dos manuscritos con algunas variantes que solo su ingenio podía solucionar. Isaac Casoubon fue el gran humanista que Galés conoció en Ginebra cuando enseñaba griego por los años 1583 a 1586. Desde 1583 se establece un intercambio erudito que se establece entre dos profesores. Es en este año cuando Casoubon publica sus notas al Diálogo de Laercio en el que ya hace bastantes alusiones a su colega Galés, ya que este había contribuido con algunas enmiendas helenistas que le daban el título de “agudo y doctísimo lector “. En la segunda edición del Dialogo de Laercio, Casoubon apreciará las nuevas conjeturas del español quien es considerado por el mismo padre de Casoubon, doctísimo Galés y amigo por haberle prestado un manuscrito de Eurípides. La biblioteca de Galés parece un tesoro sin fondo que también es alabada por Casoubon que los consideraba nada vulgares. Juan Cujas, jurisconsulto francés, considerará también a Galés en sus “Observaciones” como doctissimus et acutisimus”, aunque traduzca Petrus Galesius por Pater Galesuis, considerándolo religioso o jesuita. Una vida tan plenamente dedicada a la investigación y la enseñanza, con las limitaciones de ser tuerto y con las rencillas confesionales, no fue obstáculo para preocupaciones espirituales y reformadoras, teniendo la suficiente entereza de la fe para no negar a Cristo ni su Evangelio cuando la inquisición le torturó hasta la muerte.
*) Ver Pere Galés, de Manuel de León, en el nº 176 de Protestante Digital, en su columna semanal de Orbayu 1) Artículo publicado en “Bulletin de la Société de l´histoire du protestantisme français” de abri de 1900 y pertenecientes a Paul Bessón, A. Bernus y Ernest Shaefer 2) Existe una obra de Miguel Sebastia Almenara “Documentos inéditos sobre el humanista protestante Pere Galés” que desconozco.

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