Pactos de Dios y `pactos´ humanos

Un día mientras conducía mi coche escuché en una emisora cristiana de radio a un predicador que solicitaba fondos para su ministerio en la radio. Prometía prosperidad, milagros de sanidad y liberación de demonios a todos los radioescuchas que llamaran e hicieran una promesa de aporte económico para el programa. A las personas que lo hicieron se les instruía a enviar su donativo para que el “pacto quedara cerrado con Dios”. En otras palabras, el enviar su donativo sellaría el contrato, “el pacto”

12 DE NOVIEMBRE DE 2005 · 23:00

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Unos días después me senté ante mi televisor para ver un programa en una emisora cristiana. Ese día estaban recaudando fondos para el canal, como hacen habitualmente. Pero lo que llamó mi atención fue que aquí también estaban utilizando la táctica de recaudar fondos instando a las personas a realizar “un pacto con Dios de 1.000, 100 o 50 dólares” para así recibir milagros de parte de Dios.

¿Puede el creyente hacer un “pacto” con Dios, en el que Dios esté obligado o garantice bendecirle por hacer una ofrenda a estos predicadores? La respuesta es un enfático NO.
Porque los pactos que Dios hizo con diferentes personas en la Biblia, eran únicos ya que el mismo Dios establecía las condiciones de tal pacto, y no las personas que lo aceptaban.

Además, este tipo de “pactos” de ofrendar que obligan a Dios a bendecir, no son bíblicos, más bien son inventos humanos para manipular a las personas para que ofrenden e infundir temor en aquellos que no envíen la aportación prometida.

El Diccionario Popular de la Biblia señala que en la Palabra, encontramos a Dios haciendo pactos con las siguientes personas:

1) Con Adán y Eva prometiéndoles que habría redención para el hombre (Gn. 3:15).
2) Con Noé, prometiéndole que en su persona preservaría la raza humana (Gn.9:9).
3) Con Abraham: Dios bendeciría a sus descendientes (Gn. 15:18).
4) A Israel: lo declaro como pueblo escogido de Dios (Ex. 19:5-6).
5) En el pacto levítico habría reconciliación por medio de la expiación sacerdotal (Nm. 25:12-13).
6) Con David: el Mesías nacería como descendiente de David (2 S. 23:5).
7) Finalmente, los profetas predijeron un Nuevo pacto (Jer. 31:31-34) que tendría como eje a una persona, Jesucristo (Is. 42:5; 29:8). En este Nuevo pacto el hombre se reconcilia con Dios por medio de Cristo (He. 7:22; 8:6-13; 2 Co. 3:6-18).

Por lo tanto, si deseamos serle fiel a la Palabra de Dios debemos admitir que los pactos con Dios no son simples contratos que nos garantizan prosperidad, milagros o cualquier cosa que nuestro corazón desee.

Recuerden lo advertido por el apóstol Pedro
: habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras... y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas” (2 Pe. 2:1-3).

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