«Detrás de los Simpson», un libro analiza la filosofía de la serie

Los han llamado satánicos. Han criticado su forma de vida, y el modelo de comportamiento y de relaciones que proyectan. Se les ha considerado un mal ejemplo. Pero ahí siguen. La atípica familia amarilla encabezada por Homer Simpson está presente en las televisiones de medio mundo, y en la estadounidense acaba de cumplir 20 años en antena.

MADRID · 04 DE ENERO DE 2010 · 23:00

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A pesar de la simplicidad que su imagen podría denotar, la creación de Matt Groening se ha consolidado como una producción con una marcada personalidad y como un reflejo, a veces más que ácido, de la sociedad. Para analizar en profundidad este aspecto, Juan Pablo Marín Correa ha estudiado la serie durante diez años y ha publicado los resultados de su investigación en el libro Detrás de los Simpson (Ediciones del Laberinto). Este "fanático" de la familia amarilla, tal y como él mismo se define, considera que la serie tiene una doble función, que llega a ser incluso contradictoria, ya que los miembros de esta familia "son una crítica, pero a la vez un reflejo de nuestra sociedad". Sin embargo, a juicio de Marín, la vertiente crítica de Los Simpson no es "destructiva", sino que invita a reírnos de nosotros mismos y es ahí donde reside una de las claves de su continuidad en la pequeña pantalla. De hecho, la pasión del perezoso Homer por los donuts, la envidia que siente por sus vecinos, la familia de Ned Flanders, y la facilidad con la que explota, queriendo estrangular a su hijo Bart, mantienen en la actualidad la atención de la audiencia en 25 países. TODO SIGUE IGUAL Junto a la carga irónica de Los Simpson, Marín destaca el carácter "aparentemente" subversivo de la serie y pone el acento en el término aparente porque, a pesar de todos los movimientos que se puedan desarrollar en cada trama, sus protagonistas "no logran cambiar nada". "El statu quo permanece, es el mismo al inicio y al final del episodio", indica. Según el autor, las aventuras de la inteligente e idealista Lisa, las gamberradas de Bart, la vida de Maggie pegada a su chupete, y los problemas matrimoniales entre Homer y la optimista Marge son interesantes para cualquier tipo de público, sea cual sea su lugar de origen, circunstancia que también habría facilitado la continuidad de sus tramas. "Los Simpson emplean unos códigos vigentes en cuanto al sueño de vida americano que funcionan perfectamente en cualquier lugar", precisa Marín. DESPUÉS DE LOS PICAPIEDRA Esta familia de clase media residente en Springfield tendría su referente en otra serie de animación: Los Picapiedra. "Si miramos Los Picapiedra desde el punto de vista de los códigos del consumo, en Los Simpson son exactamente los mismos. Hay una especie de relevo en cuanto al American Way of Life", señala el autor. Al igual que la producción de Hanna Barbera, estos peculiares habitantes amarillos han ido haciéndose mayores (aunque nunca se note en su aspecto físico) a medida que se asentaban en la parrilla. "Su época más gloriosa son sus primeras diez temporadas. Las últimas no han tenido esa riqueza de contenido, pero ya es una serie que camina sola", comenta este experto en comunicación, para quien Los Simpson ya han llegado a su "punto de madurez". "Puede que empiece su declive, porque vienen nuevas generaciones que también se están renovando con otras series, con otras formas de consumirlas y con otro modo de socializar", comenta. Pero de momento, parece que el guión de la despedida de Los Simpson todavía no se ha escrito, tal y como explicó recientemente Matt Groening: "No podemos predecir el fin de la serie porque aún no podemos creer que sigamos en antena".

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