Un diario escondido por sesenta años muestra los últimos días de una joven víctima del Holocausto

Rutka Lasker era una hermosa joven de catorce años cuya familia tuvo que vivir en el gueto judío durante la ocupación nazi de Polonia. Durante cuatro meses en 1943, escribió sobre su vida. Memorias de una típica adolescente mezcladas con los increíbles horrores del holocausto.

MADRID · 18 DE MAYO DE 2008 · 22:00

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Su historia sobrevivió gracias a una amiga no-judía, a quien entregó su diario, meses antes de que ella, su hermano pequeño y su madre murieran en las cámaras de gas de Auschwitz. Tras 60 años, esa amiga, ahora de 80 años, reveló su secreto: ella había guardado el diario de Rutka. La noticia cambió la vida de la hermana de Rutka, Zahava Scherz. Scherz nació después de la Segunda Guerra Mundial, cuando su padre, quien apenas sobrevivió el Holocausto, se casó de nuevo. Cuando descubrió el diario de su media hermana, supo que el mundo debía leerlo y ayudó a publicar “El Cuaderno de Rutka – Una Voz del Holocausto”. Rutka escribe que le gustaría vivir, pero duda que los judíos lo logren. En uno de sus relatos, escribe cómo presenció un acto horrible por parte de un soldado alemán. “Escribo esto como si nada pasara. Como si fuera del ejército experimentada en crueldad. Pero soy joven, tengo 14, no he visto mucho en mi vida. Ahora estoy aterrada al ver uniformes. Me estoy volviendo animal, esperando morir. Uno puede volverse loco pensando esto”, escribe Rutka Laskier. Aunque Rutka parece saber y aún escribe que probablemente no sobrevivirá la guerra, también documenta el drama diario de una joven adolescente. “Me estoy convenciendo que no estoy enamorada de Janek, pero lo extraño, y a veces sufro porque no lo veo y no escucho su voz”, aquí Scherz agrega que ella “se estaba descubriendo como una mujer en crecimiento siendo atractiva y sintiendo la atracción de un joven llamado Janek. Así que en ese sentido parece ser una joven moderna, una historia común y corriente. Pero su vida no era nada normal. Sus deseos de gozar los sencillos placeres de la vida, fueron oscurecidos por informes de judíos enviados a campamentos de muerte. Ella temía que este fuera su destino también: “Están apretando más el cerco alrededor nuestro. A pesar de estas atrocidades yo quiero vivir y espero cada día que viene.” La esperanza de Zahava es que la historia de Rutka sea parte del plan de estudios en escuelas de todo el mundo, como en Polonia, donde estudiantes no judíos ya están leyendo la historia. Al celebrar Israel su 60 aniversario Zahava dice que la historia de Rutka les recuerda cuán importante es el Estado de Israel para los judíos y que deben ser un ejemplo para el mundo y educar a esta nación, para que algo como el holocausto nunca vuelva a suceder.

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