¿A que nunca han vivido la pasión de Jesús de esta manera?

Les propongo leer, escuchar, contemplar la pasión y muerte de Jesús por un medio diferente e incomparable: el de la música.

27 DE MARZO DE 2024 · 12:55

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Imagen de Providence Doucet en Unsplash.

–Te vendría muy bien tomar lentejas– le digo a una joven paciente.

–No me gustan.

–¿Pero las has probado alguna vez?

–Nunca.

¿No han tenido experiencias semejantes? A mí mismo la música clásica me parecía pesada e incomprensible, pero la realidad es que nunca me había sentado a escucharla con tranquilidad ni mínimo interés; un día empecé a darle una oportunidad y descubrí un tesoro. Y algo parecido me va a pasar con el jazz.

Estamos cerca de la “Semana Santa” y escucharemos reflexiones sobre la pasión y la muerte de Jesús y volveremos a los capítulos finales de S. Mateo. Les invito a algo diferente, a que abran la puerta a una nueva experiencia: leer, escuchar, contemplar la pasión y muerte de Jesús por un medio diferente e incomparable: el de la música.

No tienen que ser expertos, para nada; prueben a acompañarme para hacer un fantástico descubrimiento: la composición más grande que se ha escrito sobre este tema, la “Pasión según S. Mateo”, de nuestro hermano, el protestante J. S. Bach. Les recomiendo la interpretación dirigida por Karl Richter, hijo de un pastor (algunas otras me parecen demasiado aceleradas).

Que me perdonen los expertos, pero esto va a ser la descripción de un ignorante que se emociona con lo que escucha sin entender nada de pentagramas. Los animo a que se sienten y lean Mateo 26.1-13 y oren un ratito; luego empiecen a escuchar esta obra musical por tramos, no intenten escucharla entera, porque las emociones son demasiado intensas. No se preocupen si no entienden alemán, porque la obra sigue literalmente el texto de los capítulos 26 y 27 de Mateo; tienen disponibles traducciones del texto, pero les recomendaría utilizar un traductor como deepl.com porque a veces las traducciones no son muy afortunadas; y si quieren, me escriben y les paso una.

El coral inicial es espectacular, con dos coros que se preguntan y responden uno a otro y se enlazan entre ellos y con la orquesta. Un consejo de un lego: tendemos a escuchar y seguir la voz alta, la de las sopranos, pero busquen, por favor, las armonías de las otras voces y sigan las líneas melódicas de los instrumentos; no se agobien por escuchar todas ellas a la vez, pero busquen los contrastes, las armonías y los encuentros y les elevarán en su asiento.

Este coral inicial nos presenta el drama que se va a desarrollar, nos introduce al relato de la pasión y muerte de Jesús que va a describir. Así, un coro le va preguntando al otro: ¡Mirad! ¿A quién? Al novio/ ¡Miradle! ¿Cómo? Como un Cordero/ Mirad ¿Qué? Mirad Su paciencia…

E inicia seguidamente el relato en Mt 26.1 con el anuncio de Jesús a Sus discípulos de que va a ser entregado a la muerte; se abre entonces paso suavemente un hermoso coro que medita: “Muy amado Jesús, ¿Qué delito has cometido, para recibir una tan dura condena? ¿Cuál es tu culpa, de qué crimen te acusan?”.

La “Pasión” de Bach es muy descriptiva; así, puedes, por ejemplo, sentir verdaderamente la tierra temblar cuando llega a Mt 27.51. Cuando Bach quiere describir la conspiración turbulenta o la ira, utiliza coros con las voces galopando y pisándose unas a otras; esta forma de expresarse la usa en Mt 26.5 para describir el complot para matarle (“No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo”), al igual que más adelante en 27.22 y 23 (“¡Sea crucificado!”) o en 27.25 (“Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos”). También usa esta forma musical para describir seguidamente la queja de los discípulos por el perfume que echó la mujer sobre Jesús (26.8-9): “¿Para qué este desperdicio?”.

Impresiona la respuesta de Jesús: la voz que Bach le pone no es la de aquel Jesús débil, temeroso e inseguro de la película “Jesucristo Superstar”, sino una poderosa voz de bajo, segura, firme para corregir a los discípulos al tiempo que entrañable para reconocer el acto de la mujer (y la música se hace dramática con las palabras “para prepararme para la sepultura”). Tienen que escucharle.

Le sigue la contralto con una reflexión en forma de un precioso recitativo y aria que se identifica con la mujer para decir: “Amado Salvador, tus discípulos reñían como tontos, porque esta piadosa mujer quería preparar tu cuerpo con perfume para la sepultura. Déjame derramar sobre tu cabeza un vaso de lágrimas que fluyen de mis ojos […] El dolor y el arrepentimiento desgarran mi corazón pecador, las gotas de mi llanto, recíbelas como grato bálsamo, brotan para ti, fiel Jesús.”

Por hoy podemos terminar. Para el reproductor; quédate un tiempo en silencio. Deja resonar en la cabeza las últimas notas. Dile al Señor lo que sientes. Habrás pasado poco más de 20 minutos arrastrado por una experiencia nueva que querrás continuar. Pero ese viaje lo reanudaremos próximamente.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ollada galega - ¿A que nunca han vivido la pasión de Jesús de esta manera?