La brevedad de la vida
Al amar al Señor, aprendemos a disfrutar mucho más del día a día.

En Eclesiastés 5:19 se dice que la persona que ama al Señor no pensará mucho en la brevedad de la vida, porque Dios llenará de alegría su corazón.
La vida se pasa rápido, es algo que notamos más conforme van pasando los años. Sin embargo, cuando amamos al Señor, disfrutamos con Él. Así que aunque pueda parecer que la vida pasa rápido, también notamos que transcurre más lentamente cuando nos centramos en Él, porque la alegría del Señor es eterna.
Cuando estamos en comunión con Dios no estamos pensando tanto en que la vida se acaba, porque en realidad no se va a terminar nunca. Al amar al Señor, aprendemos a disfrutar mucho más del día a día y comprobamos que la alegría del Señor es eterna, porque su presencia va a estar con nosotros siempre.
Por eso vivimos de un modo diferente aquí, hoy mismo, y por eso disfrutamos el día a día.
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