El edificador insomne
Para Juan Antonio Monroy.
29 DE SEPTIEMBRE DE 2020 · 23:00
Afinador de palabras solas,
que bajo el pulso de tu trato
se fueron haciendo gramolas,
espadas, incendio, arrebato
de tu sien a una pistola.
Te armaste de paz y ciencia,
los ojos en la mirilla de tu pluma.
Entre pedazos de cadencias
fuiste arte y parte de la suma
de ésta, nuestra historia evangélica.
Arquitecto de bóvedas de papel,
edificador insomne y constante,
amador amante y fijo de lo fiel,
escultor de la tinta y del talante
que es antídoto de la hiel.
Viste al hombre desde la perspectiva
de Dios, y desde la posición serena
de tu igualdad humana desmedida.
Fue para ti cada alma una página abierta
donde sembrar la Palabra divina,
donde labrar las promesas eternas,
en los surcos y renglones que la vida
nos va escribiendo, con sus yuntas parejas
de doce bueyes incandescentes y lilas.
Juan Antonio: río, fuente, cántaro,
torbellino, relámpago, aluvión.
Se remansa el impacto de tu paso,
se serena el desafío de tu voz,
y se me antoja que, entonces, los álamos
son más cercanos a la vertical de Dios.
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