Teología y poesía

Entre las muchas comunicaciones recibidas de todas partes en estos días, hay dos que me han conmovido en forma especial y que quisiera compartir en esta nota. Ambas son oraciones que tienen vigor poético, escritas por teólogos cuya reflexión se nutre de la Palabra de Dios. ¡Y cuántos Salmos hay que son verdades teológicas en lenguaje poético!

La primera es del teólogo suizo Karl Barth que estudió Teología en Alemania y empezó su labor como pastor en una congregación de campesinos y obreros. En su labor pastoral tomo conciencia de la tremenda desigualdad social y ello lo llevó a afiliarse en 1915 al partido social demócrata. Era el tiempo previo a la Primera Guerra Mundial y el Kaiser Guillermo II promovía una política beligerante. Barth entró en conflicto con el círculo teológico cuyas figuras más representativas, algunos de ellos sus propios profesores, habían puesto su labor teológica al servicio de la política beligerante del Kaiser. Este conflicto llevó a Barth a romper con la teología liberal y regresar a una inmersión en la Biblia que cambió por completo su perspectiva. Su célebre comentario a la Carta a los Romanos se publicó en 1919.ⁱEsta es la oración de Barth que me ha ayudado mucho en mis momentos devocionales:

Señor Dios nuestro, no permitas que perdamos la esperanza cuando estemos abatidos. Si nos sentimos decepcionados, no permitas que caigamos en la amargura. Si hemos fracasado, no permitas que nos demos por derrotados. Si nuestras fuerzas se han agotado no permitas que perezcamos sino concédenos sentir tu presencia y amor.

La otra oración que me ha conmovido y ayudado es la del Obispo Darío López, teólogo peruano y pastor, activo en la creciente comunidad evangélica en Lima, la capital peruana. Lo conocí cuando era universitario y llegó a conocer a Cristo por la obra de los grupos bíblicos que habían empezado a ministrar en las universidades peruanas. Después de estudiar Teología de la Misión en el Seminario Evangélico de Lima, el Obispo López tuvo oportunidad de continuar sus estudios en el Centro de Estudios Misioneros de Oxford, en Inglaterra, y publicó en castellano su tesis doctoral acerca de Los Evangélicos y los Derechos Humanos.ⁱⁱA su regreso al Perú volvió a su tarea pastoral en Villa María del Triunfo, una de las poblaciones de emergencia al sur de Lima, y ha permanecido en ella. Publica regularmente trabajos teológicos. He hecho mía su oración que publicó hace unos pocos días.

Descanso en ti Dios de la Vida.
No es tiempo de relajo, anomia, ni indiferencia.
Es un descanso que invita a confiar en ti
y a extender la mano solidaria al prójimo que no tiene pan.

Resistiré hasta que pase el vendaval
que paraliza las manos y seca los corazones.
Tú eres mi fuerza y mi alegría en esta hora en que la muerte
pretende apropiarse de los seres humanos y de todo lo humano.

¡Tú reinas siempre!
Las fuerzas del mal no vencerán a la vida.
La vida brotará para embellecer los rostros abatidos
y para levantar a todos los caídos.

Descanso en ti… resisto tercamente…
Dios de la Vida, sana nuestro corazón, sana nuestra tierra!

Villa María del Triunfo, 21 de marzo del 2020