La batalla por la verdad: la palabra de verdad sazonada con amor

La batalla por la Verdad es “la buena batalla”, aquella por la que vale la pena luchar hasta sus últimas consecuencias, la carrera por excelencia.

23 DE ABRIL DE 2024 · 19:00

Pablo Martínez Vila, durante su intervención en la entrega de los Premios Nuevo Amanecer 2024./ Carlos Morcuende,
Pablo Martínez Vila, durante su intervención en la entrega de los Premios Nuevo Amanecer 2024./ Carlos Morcuende

Discurso pronunciado con motivo de la recepción del Premio Nuevo Amanecer 2024 en Alcalá de Henares (el pasado 20 de abril), que reconocía a Pedro Tarquis y un servidor como fundadores de Protestante Digital.

En el XV Aniversario de Protestante Digital hable de uno de sus propósitos fundamentales: edificar, no destruir, somos constructores en la obra que Dios nos ha encomendado. El título de aquella reflexión fue “La palabra con gracia sazonada con sal”.

Hoy, día en que recibimos el premio “Nuevo Amanecer” como fundadores de Protestante Digital, quiero referirme a otro de sus propósitos esenciales: defender la Verdad.  Somos llamados a “seguir y hablar la verdad en amor” (Efes. 4:15,25). De ahí el título de esta reflexión: “la palabra de verdad sazonada con amor”.  Hablar la verdad sazonada con gracia y con amor es un rasgo distintivo del cristiano y, por tanto, del periodista cristiano.

¿Por qué es tan importante la Verdad? Las dos anclas de la existencia humana son la esperanza y la verdad. La esperanza apunta al futuro, la verdad nos sostiene en el presente. Su ausencia, la desesperanza y el menosprecio de la Verdad, son tóxicos existenciales que envenenan nuestra vida hasta ahogarnos.

La gran batalla de las ideas que se libra hoy en el mundo tiene como telón de fondo lo que podemos llamar “la guerra de la verdad”. El reconocido historiador francés Jacques Barzun ya advirtió en Del amanecer a la decadencia, su obra más conocida, que “el asalto postmoderno a la idea de la verdad podría llevarnos a la liquidación de 500 años de civilización”.

Esta batalla se desarrolla en dos frentes inseparables: la veracidad y la Verdad.

La batalla por la verdad: la palabra de verdad sazonada con amor

Pablo Martínez, en la entrega de los Premios Nuevo Amanecer 2024./ MGala

La batalla por la veracidad

La veracidad, el lenguaje veraz, es una característica del buen periodismo, pero se torna imprescindible en el periodismo cristiano. 

Vivimos en la era de la globalización de la mentira

Estamos ante un asunto muy relevante hoy en la sociedad de las noticias falsas (fake news), donde la verdad parece una reliquia del pasado, una especie en vías de extinción. Con razón se dice que vivimos en la era de la post verdad. Quizá sería más honesto decir que es la era de la globalización de la mentira.

La veracidad es importante por varias razones, pero sobre todo porque se puede matar con la palabra. Un antiguo refrán dice: “La lengua no tiene huesos, pero rompe de muy gruesos”.

Humberto Eco en una de sus últimas obras ya advertía de este peligro en el periodismo. Muchos siglos antes el Señor Jesús fue aún más lejos en el Sermón del Monte cuando afirmó que difamar y calumniar es tan grave como matar (Mateo 5: 21-22). Con la palabra falsa puedes destruir la reputación, el nombre de una persona y, según Jesús, ello equivale a matar. De ahí la enorme importancia de la veracidad.

 

La batalla por la Verdad

El segundo frente en el que se desarrolla la batalla por la verdad tiene que ver con la fe en su sentido objetivo, el depósito entregado una vez a los santos. Somos llamados a “contender ardientemente” por este depósito (Judas v. 3). En esta línea nos impresiona el testimonio de Pablo al final de su vida: “He peleado la buena batalla…” (2 Tim. 4:7). ¿Cuál es la buena batalla?  Él mismo lo responde: “He guardado la fe”. La batalla por la Verdad es “la buena batalla, aquella por la que vale la pena luchar hasta sus últimas consecuencias, la carrera por excelencia.

Esta disposición a contender por la Verdad es hoy más necesaria que nunca. La bancarrota de la verdad y el auge del subjetivismo como un valor absoluto constituyen el rasgo más descollante de la sociedad del siglo XXI desde el punto de vista ético.

Después de más de dos siglos de racionalismo (la glorificación de la razón predicada desde la Ilustración), el golpe de péndulo del post modernismo ha llevado a una sobrevaloración de lo subjetivo que ha pasado a ser la norma suprema de vida y de conducta. Lo que yo pienso y siento, mi opinión, es lo que vale. Antes, la verdad estaba fuera de mí; hoy la verdad está dentro de mí, es una extensión de mi “yo”.   

Esta no es tanto una lucha por unas ideas o valores, sino por una persona, Jesucristo

Y ello nos lleva al corazón de nuestra reflexión. La lucha por la verdad no es tanto la lucha por unas ideas o unos valores, sino por una persona, Jesucristo. La Verdad es inseparable de Cristo y de la Palabra de Cristo. Por ello la batalla por la Verdad es la batalla por Cristo.

Como cristianos, y como medios de comunicación cristianos, tenemos un gran privilegio y una gran responsabilidad. Por ello quisiera concluir esta breve reflexión con un reto triple que es a la vez mi oración para todo el equipo que hace posible Protestante Digital Debemos:

    = asirnos de la verdad con firmeza para no naufragar 

    =guardar la verdad con fidelidad 

     =proclamar la Verdad con vigor al mundo.

Este es nuestro reto y nuestro privilegio en esta hora histórica de crisis: ser como Cristo, “lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1:14) y proclamar que Cristo sigue siendo “el camino, la verdad y la vida” (Jn. 14:6 ).

Alcalá de Henares, 20 abril 2024

La batalla por la verdad: la palabra de verdad sazonada con amor

Enrique Montenegro, Pedro Tarquis, Juan Antonio Monroy, Pablo Martínez y Marcos Sancio./ Daniel Hofkamp

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