La misión en “El verano del amor” (2)
En el entorno donde se celebran las grandes concentraciones hippies se abre al final del verano del 67 una misión evangélica que se conoce en la prensa como The Living Room (Sala de estar).
09 DE AGOSTO DE 2022 · 08:57
75.000 jóvenes estadounidenses fueron a San Francisco en “El verano del amor” de 1967. La canción de Scott McKenzie les invitaba a llevar flores en el pelo y disfrutar del “love-in” de sexo, rock y drogas que se vivía entre el parque del puente del Golden Gate y las casas victorianas que hay en torno al cruce de las calles Haight y Ashbury. Un bloque al norte del cruce y una manzana al sur de la parte del parque que se conoce como Panhandle –donde se hicieron las concentraciones de “hippies” del Human Be-In– se abre al final del verano una misión evangélica que se conoce en la prensa como The Living Room (Sala de estar). Su historia la cuenta Larry Eskridge en la tesis doctoral que ha publicado la universidad de Oxford.
El equipo que llevaba el centro lo llamaba simplemente la Misión. Lo formaban cuatro matrimonios que habían descubierto el cristianismo en su experiencia “psicodélica”, al entrar en contacto con la Primera Iglesia Bautista de Mill Valley. El pastor John MacDonald había pedido apoyo para el proyecto al pastor de la Primera Iglesia Bautista de San Francisco, el director de una radio familiar, un abogado cristiano y un veterano trabajador social. La junta llevaba el nombre de Evangelical Concerns (Inquietudes Evangélicas).
The Living Room era un local alquilado que no se podía utilizar como vivienda al lado del Centro Armenio de la calle Page. Tenía en el escaparate dos pinturas de Ted Wise, que fue el primero en llegar con su esposa a la iglesia del ambiente “beat”. Una representaba un meandro con el texto de Mateo 11:30 (“Mi yugo es fácil y ligera mi carga”) y la otra una imagen “psicodélica” con las palabras de perdón de Jesús en la cruz. Dentro había una mesa grande con treinta sillas de todo tipo para tomar café, donuts del día anterior y una taza de sopa caliente. Y en torno a ella no había más que un sofá de mimbre blanco, una cocina con platos y una vieja nevera, además de un baño del que no paraba de entrar y salir gente.
Durante dos años el sitio atrajo a jóvenes que buscaban descanso, comida o conversación. Muchos habían venido al Festival de Música Pop Internacional que hubo en Monterey, al otro lado del puente sobre la bahía, tres días de junio. Se quedaron en la ciudad, donde dormían en el parque o en los suelos de las casas donde vivían en comuna, algunos de los grupos como Jefferson Starship. Les llamaban “hippies”, pero ellos preferían un nombre que muchos todavía reivindican hoy, “hipsters”. El término viene de la generación “beat” de los años 50, que se traslada en los años 60 del frío Nueva York a los baratos alquileres de North Beach. La expresión “verano del amor” viene curiosamente del jefe de policía de San Francisco. Hay que recordar que hasta 1967 el LSD no estaba prohibido en California. No había nada ilegal en ello.
El lado oscuro del sueño “hippy”
El sueño “hippy” no eran sólo sonrisas haciendo el gesto de la paz con cara de “colgado”. Había otra cara al éxtasis de la droga y el sexo libre, que era la suciedad, el hambre, “los malos viajes”, los robos, violaciones y enfermedades venéreas que muchos sufrieron ese verano. En medio de aquel caos aparecieron oscuras figuras como Charles Manson, que acababa de salir de la cárcel por un robo de un coche y llega a San Francisco en 1967. En la universidad de Berkeley conoce a una bibliotecaria llamada Mary Brunner, que es la primera “chica Manson”. Vive con ella y Lynette Fromme cuando empieza a frecuentar el Living Room.
Ted Wise recuerda que tocaba allí una guitarra acústica como “poseído por un demonio”. Escuchaba lo que decían de la Biblia y tomaba sopa. Una vez recuerda Ted que se le quedó Manson mirando a los ojos, pero no decía nada, sólo tocaba la guitarra. Jim Doop se acuerda que una vez le dijo Manson a Wise que era Dios y Ted le respondió: “Si eres Dios, es una auténtica decepción”. Alguna vez pasó por la “Casa de los Hechos”, la comunidad de vida que habían formado los cuatro matrimonios con el apoyo económico de la Misión y algunos miembros de la Primera Iglesia Bautista de Mill Valley. Alguien que recuerda hablar allí con Manson es Connie Bremer, que llegó a ser la esposa de Lonnie Frisbee, quien andaba por allí antes de conocer a Chuck Smith y la Capilla Calvario de Costa Mesa, que suele atribuirse su conversión.
Lonnie era de Costa Mesa, pero tenía ya un trasfondo evangélico. Había nacido con una deformidad en un píe, pero podía bailar, ¡tanto que se hizo famoso por ello en un programa de televisión en Los Ángeles! Estaba muy marcado por el divorcio de sus padres y los abusos sexuales que sufrió en manos de un amigo de la familia. En la época de San Francisco tendría unos 17 años y ese típico aspecto suyo de larga barba y melena rubia con una cara angelical, tal como los americanos se imaginan a Jesús en el cine. Llegó a la misión de Haight en el otoño de 1967, vestido de cuero con bolsas colgando del cinturón. Llevaba una biblia, pero hablaba de platillos volantes y la conciencia de Cristo con una confusión tal, que no sabían dónde estaba espiritualmente.
Hasta su época de Calvary Chapel, no hay indicios de la homosexualidad de Lonnie, aunque se casa con Connie, porque “el Señor se lo ha dicho”, sin un noviazgo previo. Frisbee respondió a un llamamiento en la iglesia a los 8 años, pero decía que cuando Jesús le habló, estaba vagando desnudo en un “baño de ácido” (LSD) en Tahquitz Falls, cerca de Palm Springs. Luego estudió la Biblia y llegó a una visión más ortodoxa del cristianismo. Ayudaba en la misión de Haight, como se puede ver en la película del famoso debate con David Wilkerson, que aparece en segundo plano. Aunque el vídeo aparece manipulado en YouTube, se puede ver en Internet, tal y cómo lo grabó el segundo canal de Oakland para las noticias de la televisión, cuando acompañaron al predicador pentecostal a la calle Page, después de un encuentro frustrado con ellos, el día anterior en la casa común de Novato.
¿“Cristianos psicodélicos”?
Ted Wise y sus amigos empezaron a visitar iglesias evangélicas que les invitaban a hablar los domingos en el culto por la noche o en reuniones de pastores. Tenían aspecto “hippy”, pelo largo y grandes bigotes con ropa que hoy llamaríamos casual, frente a los trajes que se solían llevar a la iglesia –o sea pantalones de pana, anchos cinturones, camisas sin corbatas, cazadoras de cuero y botas negras–. Se les exhibía como indígenas de Nueva Guinea que daban un color exótico a la misión. La conexión de la organización que los auspiciaba, Evangelical Concerns, era todavía principalmente bautista. Todavía no había influencia pentecostal o carismática.
Cuando Wise aparece en la portada de la revista Vida Cristiana de enero del 68, “Lo de Dios en Hippieville” –como titularon el reportaje de once páginas– se hizo conocido en todo el mundo evangélico. Era una publicación mensual con decenas de miles de suscriptores, basada en el centro de Billy Graham en Wheaton, donde estos “cristianos psicodélicos” aparecían entre noticias de los éxitos de campañas evangelísticas, reflexiones devocionales, ayudas para el estudio bíblico y anuncios de pilas bautismales o material para escuelas bíblicas de vacaciones. El autor del artículo era un pastor congregacional inglés de 32 años que había estudiado en Moody y el seminario que ahora se conoce como Grace. El tono era positivo, pero había un vocabulario de lenguaje “hippy” e historias tan chocantes como que Jim Doop iba a evangelizar, desnudo, al famoso rancho nudista de Lou Gottlieb –la comuna Morningstar, la Estrella de la Mañana–.
Al pastor MacDonald le pareció exagerado y sensacionalista, el artículo, pero el concepto de “cristianos psicodélicos” provocó una polémica en las cartas al director. Esta era una sección muy importante en las publicaciones en papel por su cuidada selección –todo lo contrario a las tonterías que hoy se leen en Internet, donde se exhibe la ignorancia con exabruptos sin sentido, escritos de cualquier manera–. Un pastor de Asambleas de Dios argumentaba que la conversión supone un cambio de actitud, vestido y costumbres, mientras otros estaban “contentos de saber del ministerio de Wise a su propia gente” –aunque encontraban a muchos hijos de pastor vagando por las calles de Haight–.
Wilkerson fue también pastor de las Asambleas de Dios hasta 1988, pero era conocido sobre todo, por el libro que escribió el matrimonio Sherrill –aunque lo firmaba sólo él, al principio–, “La cruz y el puñal” en 1963. El predicaba entre las bandas callejeras que había en Nueva York en los años 50 hasta fundar el centro de rehabilitación de drogadictos Desafío Juvenil. Luego llegó a ser conocido por su llamado a la santidad y dudosas profecías sobre el futuro. Cuando pidió filmar una entrevista con Wise y sus amigos en la casa que tenía en común en Navato, para usar en sus reuniones, lo recibieron con entusiasmo. No tardaron en darse cuenta de que era un interrogatorio para saber si cuando un “hippy” se convertía, dejaba la droga y se cortaba el pelo. Cuando ellos insistían en que su misión era hablar de Jesús, Wilkerson se atreve a preguntar si practican “el amor libre” en la comunidad. Indignados, le piden que se marche. Esa noche les llama, “arrepentido” excusándose, pidiendo otra entrevista al día siguiente en Haight, a la vez que les ofrece un donativo de cien dólares. Aparece entonces con su propio equipo y uno de televisión en una “encerrona”, que acaba echándole de nuevo.
“Loco por Jesús”
Aunque sus memorias se llaman “Loco por Jesús”, Kent Philpott no tenía nada de “hippy”. Era un seminarista bautista de 25 años, que había crecido en Oregón y el sur de California, donde había conocido algo del ambiente “beat” de Los Ángeles. Tras un corto matrimonio y su paso por las Fuerzas Aéreas, estudió psicología en la universidad de Sacramento, hasta que se convierte con un capellán bautista del ejército. Estudiaba en el seminario de Golden Gate en Mill Valley, a la vez que hacía prácticas en una pequeña congregación de Byron. Una noche de abril en 1967 le parece oír la voz de Dios en el coche mientras escucha la música de “San Francisco”, que hizo un miembro de The Mamas & The Papas, pero popularizó un cantante con el seudónimo de Scott McKenzie. Dios le llamaba a evangelizar a los “hippies”.
Esa primera noche en Haight ve Philpott a un homosexual mayor con el brazo sobre el hombro de un niño de unos 11 años claramente bajo el efecto de la droga. Se sentó con un chico que vendía heroína y le dijo que su vida se había arruinado, pero estaba atrapado, sin poder salir de ello. La siguiente tarde volvió y encontró a un Hare Krishna llamado David Hoyt. Le preguntó si había leído la Biblia y le dijo que sólo partes, pero que le resultaban muy confusas. Venía de un hogar roto y había estado en centros juveniles de albergue y detención hasta acabar en la cárcel de Lompoc por traer marihuana de México. Empezó a leer sobre el yoga, el budismo y la cienciología, mientras experimentaba con LSD. Se hace Hare Krishna, pero empieza a estudiar la Biblia con Philpott en la casa que compartía con una comuna lesbiana. En ausencia de Bhaktivedanta, Hoyt tiene más responsabilidades en la Sociedad para la Conciencia de Krishna, pero le pide a Philpott continuar considerando la Escritura en el templo mismo, donde se unen a ellos varios Hare Krishna. Estudian la salvación por gracia en la Epístola del apóstol Pablo a los Efesios.
Al quedarse una noche dormido en el sótano del templo, David Hoyt sueña que había llegado el Rapto del que le hablaba Philpott y él no había sido llevado por Jesús en las nubes. Unos días más tarde se produce un incendio con una vela del altar, que tenía a Krishna, al lado de la cama. Escapa del fuego con una biblia en la mano y cuando vienen los bomberos está de rodillas pidiendo a Jesús que le salve. Los devotos del templo culpan a David del incendio y empiezan a golpearlo cuando es rescatado por Philpott. Sin tener donde ir, se lo lleva al seminario bautista, donde le enseña los fundamentos de la fe.
La casa dividida
Los cuatro matrimonios que vivían en Novato tenían una caja en común. Separaban la décima parte como diezmo para Dios y del resto, “cualquiera podía ir al cajón, poner y sacar dinero” –recuerda Sandy Sands–. Se pueden imaginar los problemas que esto suponía, pero era una parte fundamental del compromiso que habían tomado, por el que “todos tenían libertad para tomar sus propias decisiones económicas”. Cuando empiezan a establecer reglas, comienzan las tensiones. A pesar de las acusaciones de Wilkerson, no se usaba ningún dinero para droga, pero fumaban marihuana cuando se les ofrecía, hasta que Dan Sands dijo que tenían también que dejar de hacer eso. Pensaban que era una “piedra de tropiezo” para otros y Wise entiende que la Biblia llama a tener una “mente sobria”. El tabaco se convierte entonces en un problema, hasta que entienden que no pueden seguir fumando en la casa o alrededor de ella.
Para el trabajo en casa, mantenían una división tradicional de tareas. Los hombres iban a Haight para evangelizar y las mujeres conseguían comida de comercios locales, hacían la comida para ellos y la misión, cuidaban de los niños y recibían a las visitas. Hay entonces una discusión sobre si los hombres tienen un “liderazgo espiritual”. El problema que va a romper la comunidad es, sin embargo, otro. A principios de la primavera de 1968 aparece un pastor muy alto de mediana edad que viene del Medio Oeste. Era el Dr. Victor Paul Wierwille (1916-1985), que había leído el artículo en la revista y se presentó como alguien que llevaba un campamento en Ohio. Venía de la Iglesia Evangélica Reformada, que se había unido con los congregacionalistas, para formar la Iglesia Unida de Cristo en 1957. Decía haber enseñado en la Facultad de Teología de la Universidad de Chicago y dado cursos en el Seminario de Princeton. En realidad su doctorado era de una escuela bíblica de Denver y no tenía ninguna relación con la denominación reformada desde mediados de los 50, que había formado su propio grupo a finales de los 50 con el nombre de El Camino.
Wierwille tenía una extraña mezcla del don de lenguas pentecostal con una visión ultradispensacional de la profecía, unida a una visión no trinitaria de Cristo, un rechazo del bautismo por agua y una obsesión con que el Nuevo Testamento había sido escrito en arameo y no en griego. Su “Poder para la vida abundante” todavía circula en algunos ámbitos evangélicos, a pesar de que El Camino Internacional es claramente una secta. Wierwille tenía como centro de operaciones, una antigua granja en New Knoxville (Ohio), donde invita a Steve Heefner a pasar el verano en un curso de discipulado.
Wise tenía una mente abierta, pero critica. Cuestionaba todo y tenía un lenguaje mucho más intelectual que Philpott, que usaba para evangelizar “Las cuatro leyes” y los comics de Chick. Es por eso que tenían relación, pero no trabajaban juntos. A Wise, que sabía de literatura, le parecían absurdas, las tonterías de Wierwille de que “pocos” en la Biblia significa ocho, pero él traía cantidades de carne para comer hamburguesas –un lujo para la comunidad– junto a cintas para adoctrinarles. A Jim Doop le empezó a parecer insano todas las preguntas que hacía sobre la vida que tenía el matrimonio en la Liga del Sexo Libre antes de su conversión. Eran señales que apuntaban a la promiscuidad por la que luego Wierwille fue famoso. Todos recuerdan una noche que trajo un proyector para presentarles su “Poder para la vida abundante” y la cinta se rompía constantemente, mientras él seguía con su “chachara de vendedor de coches usados”.
Wierwille se centra entonces en Heefner, que era el menos intelectual de todos ellos. Le bombardea con mensajes, hasta lograr que el matrimonio vaya el verano a Ohio. Al volver, no paran de hablar de “discernir demonios” y como “el aguijón en la carne” del que habla el apóstol Pablo son “los otros”. Wise se enfrenta a sus ideas sectarias y Heefner deja la comunidad, para trabajar en la radio familiar del miembro de la junta que supervisaba la obra de Haight. A Doop le ofrecen ser pastor de jóvenes en la Iglesia Luterana de Todos los Santos en Novato, mientras Wise entra en contacto a finales de 1968 con la Iglesia Bíblica Península de Palo Alto de Ray Stedman. Este predicador expositivo le ofrece llevar un centro de rehabilitación de drogadictos al sur de San Francisco, donde trabaja desde los años 70, después de pasar un tiempo con el pastor MacDonald y dedicarse la construcción de barcos en Sausalito. Los Sands entran en el seminario bautista de Golden Gate y Lonnie Frisbee se va al sur de California, donde estalla la Revolución por Jesús a continuación.
Unos plantan, otros riegan
Como dice Pablo en Primera de Corintios, capítulo 3, “unos plantan y otros riegan, pero es Dios quien da el crecimiento (vv. 5-9). Así Philpott y Hoyt crean el Soul Inn (Posada del alma) a finales de 1968 en un par de salas de escuela dominical de la Iglesia Bautista de Lincoln Park, que consiguen por medio del profesor del seminario de Golden Gate, el Dr. Francis DuBose. Hoyt había intentado estudiar en el California Baptist College de Riverside, pero no les gustó su pelo largo e indumentaria blanca estilo oriental. Y regresó a San Francisco en el verano del 68, para trabajar con Philpott. A mediados del 69 cierran el Soul Inn, para formar con la junta que auspiciaba el Living Room, algo que llaman Ministerios Unidos Juveniles (UYM).
Los dos forman con sus familias, Zion Inn (La posada de Sión), un hogar para chicas que se han ido de casa. Lo establecen en la propia Casa de los Hechos de Novato y luego en San Rafael. En pocos meses se abren nuevas casas: Berachah en San Anselmo, Maranatha en San Jose, Para Su Gloria y Altos Arroyos en Walnut Creek. Es sólo el comienzo de todo un movimiento de vida comunitaria y rescate de jóvenes, que se extiende al sur de California, donde estalla la Revolución por Jesús con la misión de Arthur Blessitt en Sunset Strip (Su Lugar), la Prensa Libre de Hollywood con el ahora fallecido Duane Pederson, la Compañía de la Sal en la Primera Iglesia Presbiteriana de Hollywood con Don Williams y Larry Norman, la Capilla Calvario con Chuck Smith y Lonnie Frisbee, pero también el inquietante trabajo de un pastor de la Alianza Cristiana Misionera llamado David Berg con sus Adolescentes para Cristo –luego Niños de Dios– y la Fundación de Tony Alamo –ahora en la cárcel con una pena de 175 años por violaciones y abusos de menores–. El trigo crece con la cizaña (Mateo 13:24-30).
No es fácil valorar un movimiento espiritual. Desde los grandes avivamientos de los siglos XVI y XVIII la Obra de Dios ha sido acompañada de manifestaciones falsas, que imitan las señales del Espíritu, pero no responden a la verdad de Él en Cristo Jesús. “Probar los espíritus” en 1 Juan 4:1 supone como dice Jonathan Edwards, distinguir entre las señales que no son necesariamente “marcas del Espíritu de Dios” en la vida corporal, emocional o revelaciones personales, respecto a las “evidencias que permanecen” como: (1) el amor a la persona y la obra de Cristo; (2) el deseo de acabar con el pecado y romper los lazos que te atan al mundo; (3) el deseo de profundizar y disfrutar de la Palabra de Dios; (4) una clara afirmación de la sana doctrina; (5) así como un amor creciente por Dios y los hombres. Seguiremos examinando las señales de la obra del Espíritu de Dios y sus falsas manifestaciones en el sur de California a finales de los 60, pero eso será ya en el siguiente artículo…
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