Ágora, ¿destruyó el cristianismo la biblioteca de Alejandría?
Ágora, ¿qué cambió en el 391? (III)
Decía mi profesor de cine, en el instituto, que toda película tiene un mensaje que “vender”, y que debemos tener eso siempre presente al entrar en el cine, y ser así nosotros mismos quienes decidamos si queremos o no “comprar” ese producto “ideológico”. Desde entonces, esa ha sido siempre mi actitud y, con esa disposición, fui a ver Ágora, la última película de Amenábar.
12 DE DICIEMBRE DE 2009 · 23:00
“[...] los principales agentes de la cristianización de la época (patriarcas y monjes) con frecuencia emplearon en sus sermones y discursos evangelizadores la oposición que enfrentaba a los griegos, aristócratas y grandes propietarios, que en la ciudad persistían en sus cultos, frente a los campesinos pobres, sometidos a los primeros, que sólo encontrarían la liberación en un patrono mejor, ofrecido, por supuesto, por el cristianismo.”(10)La denuncia teológica cristiana de que las tan veneradas imágenes no eran más que piedra, madera o metal (con sus profundas raíces bíblicas en el Antiguo Testamento) añadía dramatismo a esta situación. De hecho, los historiadores cristianos antiguos relatan con indignación algunos ingeniosos dispositivos utilizados en los templos paganos para cautivar a sus fieles. En particular, tenemos un ejemplo, precisamente del templo de Serapis, relatado por Rufino, que había conocido el templo antes de su destrucción:
“Algunas partes del templo estaban diseñadas engañosamente para producir el asombro y admiración de los visitantes. Una ventana muy estrecha estaba situada en un lado hacia el sol naciente de tal manera que al amanecer el Sol entraba a saludar a Serapis –dado que se había calculado rigurosamente el momento en el que ocurriese- y un rayo de sol iluminaba a través de la apertura, como acercándose a la estatua, la boca y los labios de Serapis, de forma que, a ojos de la multitud, Serapis parecía ser saludado por un beso del Sol. Había también otra ilusión del mismo tipo. Como es bien sabido, la piedra magnética tiene la propiedad de atraer y repeler hierro. Un artesano había hecho una imagen del Sol de hierro muy puro con el siguiente fin: una piedra que tenía, como he dicho, la propiedad de atraer hierro, estaba fijada arriba en el techo, y cuando la estatua era puesta en su lugar debajo de ella, la piedra atraía el hierro por una fuerza natural. El adorador creía que la estatua había ascendido y permanecía suspendida en el aire. Pero después de que este engaño fuera descubierto por una caída inesperada, los sacerdotes de la mentira dijeron: ´el Sol ha dicho adiós a Serapis y ha ascendido para estar con él.’ Muchos otros engaños fueron construidos hace mucho tiempo en ese lugar pero no hay necesidad de enumerarlos.”(11)Algo similar cuenta Teodoreto, describiendo otro tipo de “trucos” utilizados en los templos paganos para el engaño de sus fieles:
“Mediante él [Teófilo] Alejandría fue liberada del error de la idolatría; porque, no contento con demoler los templos de los ídolos hasta el suelo, expuso los trucos de los sacerdotes a las víctimas de sus villanías. Porque habían construido estatuas huecas de bronce y madera, y unido sus partes traseras a las paredes de los templos, dejando en esas paredes ciertas aberturas invisibles. Así, saliendo de sus cámaras secretas se introducían dentro de las estatuas y a través de ellas daban cualquier orden que quisieran, y sus oyentes, engañados y estafados, obedecían. Estos trucos fueron expuestos al pueblo por el sabio Teófilo.”(12)
1) Los autores modernos, como Carl Sagan en su serie Cosmos (inspiración de Amenábar para Ágora), ponen los ojos en blanco pensando en todas las joyas científicas, literarias, históricas, etc. que se perdieron en las bibliotecas de Alejandría: “La pérdida fue incalculable. En algunos casos sólo conocemos los atormentadores títulos de las obras que quedaron destruidas. En la mayoría de los casos no conocemos ni los títulos ni los autores. Sabemos que de las 123 obras teatrales de Sófocles existentes en la Biblioteca sólo sobrevivieron siete. Una de las siete es Edipo rey. Cifras similares son válidas para las obras de Esquilo y de Eurípides. Es un poco como si las únicas obras supervivientes de un hombre llamado William Shakespeare fueran Coriolano y Un cuento de invierno, pero supiéramos que había escrito algunas obras más, desconocidas por nosotros pero al parecer apreciadas en su época, obras tituladas Hamlet, Macbeth, Julio César, El rey Lear, Romeo y Julieta.” (Carl Sagan, Cosmos. Planeta, 1982, pp. 336; disponible en: http://www.bib.uc3m.es/%7Enogales/csagan.html). Sin embargo, lo más probable es que hubiese un buen número de obras relacionadas con los rituales religiosos del paganismo, incluyendo los fraudes del culto de Serapis y otras “divinidades” semejantes que comentamos más adelante en este mismo capítulo. Y viendo la producción literaria de la mayoría de autores neoplatónicos, y en general de la antigüedad tardía, es posible que recorriendo sus estanterías, Sagan hubiese reconocido con horror una gran cantidad de libros sobre alquimia, astrología, magia, adivinación, hermetismo y toda suerte de ciencias ocultas y supercherías que incluso científicos como Ptolomeo o Teón cultivaron con gran interés (la actividad astrológica de Ptolomeo es bien conocida como autor del clásico Tetrabiblos; en cuanto al interés de Teón por estos temas, véase Clelia Martínez, op. cit., pp. 45, 46). 2) Los detalles de la participación de estos dos personajes en esos acontecimientos varían según las diferentes fuentes disponibles. Mientras que Rufino no da mucha importancia al papel de Teófilo, otras fuentes le atribuyen un papel fundamental (véase Clelia Martínez, op. cit., pp. 293-314). 3) Historia de Roma XXII.12-13. Disponible en: http://www.tertullian.org/fathers/ammianus_22_book22.htm. 4) Sobre la destrucción de la biblioteca real (o palaciega) y la del templo de Serapis, pueden consultarse los detallados artículos de James Hannam: The Mysterious Fate of the Great Library of Alexandria (www.bede.org.uk/library.htm) y The Foundation and Loss of the Royal and Serapeum Libraries of Alexandria (www.bede.org.uk/Library2.htm). A este tema esperamos dedicar en el futuro otra serie de artículos. 5) Véase más adelante (capítulo V de esta serie) la cita de la Vida de Isidoro de Damascio. 6) Al hablar de las acciones iconoclastas contra el paganismo, la profesora de Historia Antigua Clelia Martínez explica que: “El observador actual puede concluir que la mutilación se reducía a una acción mecánica aleatoria, con la que culminaban las incursiones a santuarios paganos. Pero la destrucción practicada en el interior del recinto sacro era selectiva, se concentra en las divinidades principales de cada santuario, las escenas más destacadas del relato mítico y por supuesto los altares donde se inmolaban las víctimas. Objetos como estelas votivas (salvo aquellas que tuvieran inscrita la advocación a algún dios), mobiliario e instrumentos empleados en el ritual cotidiano, como no poseían ningún contenido divino, no tenían ningún interés y por lo tanto no recibían daño alguno.” (op. cit., p. 265). 7) Rufino, Historia Eclesiástica, XI.2.23. Disponible en: www29.homepage.villanova.edu/christopher.haas/destructioni%20of%20Serapeum.html. 8) Teodoreto, Historia de la Iglesia V.22. Disponible en: www.ccel.org/ccel/schaff/npnf203.iv.viii.v.xxii.html. 9) En relación con este punto, es interesante la crítica de Ágora que hace el filósofo Alfonso Ropero. Hipatia en el Ágora. Disponible en: www.nihilita.com/2009/10/hipatia-en-el-agora.html. 10) Clelia Martínez, op. cit., p. 210. Véanse también pp. 224, 298. 11) Rufino, Historia Eclesiástica, XI.2.23. Disponible en: www29.homepage.villanova.edu/christopher.haas/destructioni%20of%20Serapeum.html. 12) Teodoreto, Historia de la Iglesia V.22. Disponible en: www.ccel.org/ccel/schaff/npnf203.iv.viii.v.xxii.html. 13) Rufino, Historia Eclesiástica, XI.2.22. Disponible en: www29.homepage.villanova.edu/christopher.haas/destructioni%20of%20Serapeum.html: “La conmoción surgió debido a la siguiente situación. Había una basílica de uso público, muy vieja y bastante abandonada. […]. El obispo, que en ese momento gobernaba la iglesia, decidió solicitar esta basílica al emperador para que, como los números de los creyentes aumentaban, pudieran también aumentar los lugares de oración. Una vez que el obispo recibió la basílica y decidió comenzar la renovación, se encontraron unas cavernas, por decirlo así, escondidas en ese lugar, excavadas en el suelo. Las cavernas eran más apropiadas para el robo y el crimen que para las ceremonias. Así, los gentiles, que vieron descubiertos sus ocultos escondites criminales y las vergonzosas cavernas, considerando intolerable que se expusieran maldades encubiertas por tantos siglos y ocultas por la oscuridad, como si hubieran bebido un cáliz de serpientes, empezaron a volverse locos y a enfurecerse. No conformándose con gritar y sublevarse, como era su costumbre, se esforzaron en luchar por la fuerza y con la espada. Ambas comunidades tuvieron frecuentes escaramuzas en las grandes vías públicas, y se enfrentaron en una guerra abierta.”
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1 | Ágora, ¿en qué contribuyó Hipatia a la ciencia? | |||
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Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tubo de ensayo - Ágora, ¿destruyó el cristianismo la biblioteca de Alejandría?