Acerca de Génesis: conclusiones
Ciencia – Fe (y IV)
Entre 1996 y 1997, la revista de teología Alétheia de la Alianza Evangélica Española publicó una serie de artículos con diferentes perspectivas sobre la Creación. Algunos de ellos fueron publicados el año pasado en Protestante Digital(1). En 1998 Alétheia (nº 13, págs. 13-32) publicó un nuevo artículo del físico evangélico Daniel Casado, comentando los artículos previos y aportando reflexiones propias. Ofrecem
17 DE OCTUBRE DE 2009 · 22:00
“Bendice, alma mía, al Señor. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Señor! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tus beneficios. Sea la gloria del Señor para siempre; al Señor cantaré en mi vida; Dulce será mi meditación en él; yo me regocijaré en el Señor”. (Salmo 104)La Biblia contempla la naturaleza como el resultado de la acción creadora de Dios, como manifestación de su gran poder (Is. 40:18-26; Jer. 10:l0-16; 27:2-6; 32:17-19; 51:15-16; Col. 1:16-17; He. 1:2-3; etc…), de su sabiduría y suprema inteligencia (Sal. 104:24; 136:5; Job 38 y 39; Pr. 3:19-20; Is. 40:12-14; etc…), de su bondad (Gn. 1:29-30; 65:9-13; Sal. 104; 136:4-9; etc...), de su gloria, su grandeza y su majestad (Sal. 8:l-3,9; 19:l; 86:8-10; 111:2-3; 139:4; 145:4,5; Is. 6:3; etc...). El es el Dios creador, pero es también el Dios de la creación. El es quien creó, pero también quien conserva y sostiene el universo y quien cuida de todas sus obras, quien preserva y cuida de sus criaturas, quien satisface todas sus necesidades (Gn. 8:22; Job 10:12; 12:l0; Sal. 65:9-13; 104; 147:9,14; Jer. 31:35,36; Os. 2:8; Mt 6:26-34; Hch. 14:17; Col. 1:16; 1ª P. 5:7; etc.). En ninguno de los textos hay descripción del mundo material en términos de ciencia. Los autores del texto, por inspiración divina, parten de su concepción del entorno material, del universo, para hablarnos del “incomparable” Dios de Israel, de su grandeza y de su fidelidad para con su pueblo. Ese Dios reclama para sí, celosamente, el culto de adoración y alabanza por parte del hombre (Ex 20:1-11). Dios desea y espera de nosotros que digamos como el salmista:
“Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche, En el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa. Por cuanto me has alegrado, oh Jehová con tus obras; En las obras de tus manos me gozo” (Sal. 92:1-4)Hacia la Unidad de Pensamiento Nuevamente me uno a la premisa básica establecida por David Andreu en su artículo relativa a la unicidad del conocimiento, lo que en modo alguno significa que debamos indagar en las Escrituras en busca de alusiones a las más probadas teorías, o que debamos declarar falsas, Biblia en mano, las que no coincidan con una determinada interpretación bíblica, sino más bien que debemos unirnos al salmista en su cántico de alabanza y regocijo en el Señor. Esto significa que el mensaje revelado y el saber humano son complementarios, tal como también afirman Enrique Meier y Stuart Park en sus artículos. La coherencia hermenéutica que Stuart Park enfatiza con toda razón exige de nosotros que nos acerquemos al texto sin añadir nuestras propias concepciones científicas o filosóficas. Nos exige acercarnos al texto con el propósito de descubrir lo que nos dice (la aproximación literaria de la que nos habla David Andreu) y para ello nada mejor que intentar conocer el significado del texto para el autor original y para sus destinatarios primigenios. Descubriremos así que la actitud del pueblo de Dios ante la naturaleza, expresada en términos de un conocimiento no científico, propio de la época en la que el texto fue escrito, es compatible con el conocimiento que hoy tenemos sobre el mundo material. No importa que dicho conocimiento sea contingente, o que su grado de verificación experimental sea insuficiente por una razón u otra, tampoco que se refiera a algo tan vasto como el universo y su origen, o a algo más sencillo como un terremoto o una erupción volcánica. Lo verdaderamente importante es que, por fe (He. 11:3), podamos discernir la acción de Dios en torno nuestro “Y dijo Dios: Sea la luz, y fue la luz” (Gn. 1:3); “El mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes y humean” (Sal. 104:32) y, en consecuencia, le demos la gloria y la alabanza que a El sólo le corresponden (Ro. 1:19-23). La actitud del pueblo de Dios ante la naturaleza no es incompatible con ninguna descripción científica relativa a ningún sistema físico. El desarrollo de la ciencia ha hecho hoy más evidente que nunca antes la injusticia e impiedad de los hombres, que detienen con injusticia la verdad, y su necedad y envanecimiento al no dar gloria a Dios ni darle gracias por las muchas cosas hechas. Esta actitud no la evitaremos “luchando” contra las teorías científicas que suponemos “no probadas”, sino uniéndonos al salmista y usando el conocimiento científico como mayordomos fieles, teniendo en cuenta que la tierra en la que nos ha sido dado vivir no es nuestra, sino un don de Dios (Gn. 1:28-30; Lv. 25:23) que hemos de cuidar y guardar (Gn. 2:15). Es fundamentalmente en este contexto de fe y compromiso que “los cristianos hemos de saber encontrar puntos de coincidencia, tiempo de reflexión y el dialogo sinceros y, en última instancia, oportunidades de proclamar el mensaje siempre vigente del Dios creador y sustentador de todo cuanto existe” (nº 10, pág. 29). Autor: Daniel Casado Licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid) Director y profesor en el colegio evangélico “El Porvenir” Secretario del Comité Ejecutivo de los Grupos Bíblicos Universitarios
1) - El Debate de los Orígenes (I) Génesis: un debate permanente – Stuart Park - El Debate de los Orígenes (II). El libro de los principios ante la fe – Carlos Pujol - El Debate de los Orígenes (III). El libro de los principios ante la ciencia – Carlos Pujol - El Debate de los Orígenes (IV). Aproximaciones tradicionales a Génesis – David Andreu - El Debate de los Orígenes (V). Alternativa a la aproximación tradicional a Génesis – David Andreu - El Debate de los Orígenes (VI) Génesis y revelación – Stuart Park 2) Resulta evidente de todo lo dicho anteriormente que me refiero a la ciencia experimental y no a la investigación histórica o arqueológica. 3) Ver Derek Kidner, Génesis, introducción y comentario, Ed. Certeza, 1985, pág. 67. 4) G. von Rad, El libro del Génesis, Ed. Sígueme, Salamanca, 1977, pág. 56. 5) La descripción del proceso creativo es más bien pictórica. Desde el punto de vista literario, el capítulo 1 del Génesis se asemeja más a un cántico majestuoso que a un relato. Esto no anula la historicidad de su contenido; pero debe prevenimos contra las posturas hermenéuticas excesivamente literalistas. (José M. Martínez; Hermenéutica bíblica;Ed. CLIE, 1984, pág. 268).
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2 | Interpretando el Génesis | |||
3 | Los orígenes: reflexiones personales |
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