Melinda Rankin: precursora del protestantismo mexicano (II)

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Melinda Rankin, el Evangelio y México

Melinda Rankin: precursora del protestantismo mexicano (II)

Ante la imposibilidad de adentrarse en México para realizar tareas misioneras evangélicas, Melinda Rankin decide acercarse al estado fronterizo de Texas entre fines de 1846 y principios de 1847.

05 DE SEPTIEMBRE DE 2009 · 22:00

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Se adentra en un territorio de reciente posesión estadounidense, que junto con la extensa franja de la que se apropia la naciente potencia del norte (el actual suroeste(1) de esa nación), tiene entre sus resultados que aproximadamente cien mil mexicanos hablantes de español pasen a ser ciudadanos norteamericanos.(2) Cabe mencionar que mientras muchos protestantes angloamericanos sustentaban opiniones despectivas de los mexicoamericanos, Rankin asume una posición distinta y va al encuentro de una comunidad marginada por los nuevos dueños de los extensos territorios que pertenecieron a México.(3) En mayo de 1847 la misionera Rankin se instala en Huntsville, donde abre escuelas y se dedica a la docencia. Escribe un libro, Texas in 1850, con el fin de convencer a los presbiterianos de Nueva Inglaterra para que apoyen su labor magisterial y evangelística.(4) Permanece en Hunstville hasta 1852, cuando toma la decisión de establecer su domicilio en una población texana más cerca del territorio mexicano. Es así que se avecina en Brownsville, donde vive por trece años. En el poblado fronterizo con Matamoros convive Rankin con una población mayormente inmigrante y heterogénea. Dada la cercanía territorial con México, y el hecho de que entre las dos poblaciones existe un importante intercambio comercial, es casi cotidiano el contacto de Melinda Rankin con los sujetos de su interés misionero: los mexicanos. La misionera realiza distintos viajes a ciudades norteamericanas para levantar fondos que le permitan sostener centros educativos en Brownsville. En sus giras para hacerse de recursos financieros Melinda Rankin se encuentra con distintas actitudes de los posibles donantes. Entre ellas estaba la idea de que los mexicanos eran unos salvajes, en quienes no valía la pena invertir tiempo y dinero para educarles y adoctrinarles en el cristianismo protestante. El tesón de Rankin, junto con el apoyo de algunas personas que ven con simpatía sus esfuerzos, hace posible que en el otoño de 1854 tenga lugar la apertura del Instituto Femenil de Río Grande, en Brownsville. Combina las tareas docentes con la de impulsar la distribución y estudio de la Biblia. Melinda enfrenta obstáculos para su labor, uno de los cuales tiene que ver con su condición de mujer en un espacio donde los varones dominaban abrumadoramente la vida institucional y cotidiana de Brownsville y Matamoros. Pero ella no se arredra y persevera en su convicción de compartir sus creencias con los mexicanos que encuentra a su paso. La misionera sigue con interés las noticias que le llegan de México, donde liberales y conservadores se enfrentan para hacerse del gobierno del país. Entre 1854 y 1867 la nación mexicana vive varios cambios en el mando del poder gubernamental, entre quienes luchan por abolir el dominio político de la Iglesia católica y aquellos que consideran imprescindible que no haya cambios sino que el destino nacional siga incido a la institución eclesiástica. Cambios políticos en Texas, y específicamente en el control de Brownsville, hacen que Rankin se establezca en Matamoros entre finales de 1862 y los primeros meses de 1863. En suelo mexicano aprovecha la oportunidad y abre una escuela. La imposibilidad de sostenerse económicamente en Matamoros hace que Rankin abandone el puerto y regrese a Estados Unidos, pero no a Brownsville por estar bajo el dominio de los confederados, sino a Nueva Orleáns. A pesar de que las condiciones sociales y políticas de México no eran favorables para que una mujer extranjera, y además misionera protestante, se adentrase en el país por territorios que se disputaban liberales y conservadores, Melinda Rankin toma la decisión de hacer el viaje y después de largas y fatigantes jornadas en diligencia llega a Monterrey en mayo de 1865.(5) Cinco años antes un enviado por Rankin (B. P. Thompson) se había dado a la tarea de distribuir biblias en aquella ciudad. En Monterrey se encontraba el pastor bautista James Hickey(6), quien se desempeñaba como agente de la Sociedad Bíblica Norteamericana. Hickey tenía casi tres años de trabajo en Monterrey, y otras poblaciones, cuando Rankin llega al lugar.
 
Para octubre de 1865 Rankin se encuentra en Nueva York haciendo campaña a favor de su causa. Diez meses después está de regreso en Monterrey, con los fondos suficientes para adquirir un edificio en el centro de la ciudad, renovarlo y transformarlo en escuela y capilla. La expansión de la obra requiere más fondos y Melinda regresa a Estados Unidos en mayo de 1867 para levantarlos. Poco más de un año después, en junio de 1868, y ya de vuelta en Monterrey la esforzada misionera se instala en el edificio remodelado e inicia cursos para señoritas. En el lugar se llevan a cabo cultos evangélicos y también se capacita a los creyentes para difundir la obra protestante no sólo en Nuevo León sino en otras partes del territorio nacional. Tras ires y venires, así como oposición y amagos de violencia en su contra, Melinda decide concluir su trabajo misionero en Monterrey en septiembre de 1872. Entonces tenía 61 años de edad. A su salida tiene el cuidado de establecer un proceso de transición para que la obra desarrollada por ella quede bajo el cuidado de organizaciones misioneras. Intenta que tome responsabilidad directa de la obra en Monterrey la American and Foreign Christian Union, organización que fuera su principal apoyo entre 1856 y 1872. Al declinar su aceptación la AFCU, entonces Rankin se dirige en marzo de 1873 a Boston, centro del Consejo Norteamericano de Comisionados para Misiones Extranjeras (American Board of Commissioners for Foreign Missions(7)), con vínculos congregacionales(8) y presbiterianos.(9) En 1877 los congregacionales le “traspasaron” la misión de Monterrey al Consejo de Misiones Extranjeras de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos, y es así que la obra de Melinda Rankin en Monterrey adquiere su carácter presbiteriano. Tras dejar en manos de otros el trabajo de veinte años, Melinda Rankin se instala en Bloomington, Illinois. Se compromete activamente con una iglesia de la localidad. Hasta su muerte, que acontece el 7 de diciembre de 1888, se mantiene al tanto de la misión en la capital neoleonesa y la apoya de distintas formas. Cuando, tras manifestar su aprobación de que la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos tuviese a su cargo la misión de Monterrey, hace llegar fondos para esa causa en por lo menos dos ocasiones: 3,500 dólares en 1877, y 5,000 al año siguiente. La óptica descriptiva y valorativa de Melinda Rankin nos proporciona varios elementos. Por una parte revela cómo percibe a los mexicanos una mujer formada en la corriente del protestantismo norteamericano más inclinada a proclamar la necesidad de una conversión personal, y lograr ésta por medio de la evangelización. Por otra parte su esfuerzo muestra una manera de ir a contracorriente de las ideas predominantes en Estados Unidos sobre sus vecinos al sur de la frontera. También ilustra la oposición que encuentra de la Iglesia católica a su difusión del cristianismo evangélico; a la vez que nos descubre la existencia de pequeños núcleos receptivos a su mensaje. De la misma manera evidencia el nuevo clima político y legal que hace posible la inserción del protestantismo en México, debido a la legislación impulsada por los liberales. Todo lo anterior puede constatarse en el libro escrito por ella, y que recientemente ha puesto nuevamente en circulación una editorial que no está para nada vinculada con los círculos protestantes/evangélicos.
1) Región comprendida por los estados de California, Arizona, Nuevo México, Colorado, Texas, ver Juan F. Martínez Guerra, “Orígenes del protestantismo entre los latinos del suroeste de los Estados Unidos”, en Juan F. Martínez Guerra y Luis Scout (editores), Iglesias peregrinas en busca de identidad. Cuadros del protestantismo latino en los Estados Unidos, Ediciones Kairós, Buenos Aires, Argentina, 2004, p. 31. 2) Juan Francisco Martínez, Sea la luz. The Making of Mexican Protestantism in the American Southwest, 1829-1900, University of North Texas Press, Denton, Texas, 2006, p. 1. 3) Ibid, particularmente el apartado “Anglo Protestant Assumptions about Mexican American Population”, pp. 22-26. 4) Ibid., p. 52. 5) O tal vez en junio, como sostiene Joel Martínez López, Orígenes del presbiterianismo en México. Crónica de una inculturación, s/e, Matamoros, Tamaulipas, 1991, p. 55. 6) Hickey es invitado a Monterrey por Tomás M. Westrup, para que organice a los extranjeros protestantes residentes en la ciudad e inicie actividades de evangelización entre los regiomontanos. Después de bautizar por inmersión a los primeros creyentes mexicanos, Santiago Hickey y su grupo establecen formalmente una iglesia evangélica el 30de enero de 1864, queda como pastor de la misma Tomás Westrup. Inicialmente la iglesia la conformaron solamente inmigrantes de distinto trasfondo protestante, en 1863 “era confesionalmente mixta. Entre los 23 extranjeros de que se componía… había, por ejemplo, un cuáquero (John W. Butler), un anglicano (Tomás W. Westrup) y bautistas, denominación a la que pertenecía su fundador, el reverendo Santiago Hickey”. Hans Jürgen Prien, La historia del cristianismo en América Latina, Ediciones Sígueme, Salamanca, 1985, p. 772. 7) La ABCFM fue “la principal sociedad misionera de los Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XIX, de acuerdo con Justo L. González y Carlos F. Cardoza, Historia general de las misiones, Editorial CLIE, Barcelona, 2008, p. 153, y una de las más importantes en la segunda mitad decimonónica. 8) La Iglesia congregacional tiene sus orígenes en el reinado de Isabel I (noviembre de 1558-noviembre de 1603), con un grupo de disidentes contrarios a la uniformidad religiosa y la organización eclesiástica episcopal. Los congregacionalistas enfatizaban el modelo de Iglesia de creyentes (conversos conscientes de la opción elegida) y la toma de decisiones por toda la comunidad, así como la estricta separación Iglesia(s)-Estado. 9) El término se deriva de iglesias cuya forma de gobierno es mediante presbíteros (ancianos, aunque no necesariamente de edad) elegidos por los integrantes de la iglesia local. El reformador Juan Calvino (1509-1564) fue un decidido impulsor de esta modalidad organizativa eclesiástica.
Artículos anteriores de esta serie:
 1Melinda Rankin 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Melinda Rankin, el Evangelio y México