¿Se puede vender el alma al diablo?

Cuando Jesús dijo “que el ladrón ha venido para robar, matar y destruir”, estaba describiendo perfectamente al mismo Satanás.

16 DE ENERO DE 2016 · 22:51

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Estos días pensaba en quienes venden su alma al diablo de forma explícita, pero también en quienes lo hacen de forma implícita, sin que apenas se den cuenta, en muchos casos, de que están hipotecando su vida para toda la eternidad. En la literatura universal se ha tratado este tema en varias ocasiones. Las obras más famosas al respecto, entre otras, son:

• “Fausto” de J.W. Von Goethe

• “El Señor de los anillos” de J.R.R. Tolkien

• “El retrato de Dorian Gray” de Oscar Wilde 

Vender el alma al diablo también es, de alguna manera, una metáfora sobre dar importancia a lo que no lo merece a costa de lo que sí lo merece. El alma representa el Ser, y lo que se obtiene a cambio de venderla es el Tener. 

Mucha gente está hambrienta de poder, fama y riquezas, entre muchas otras ambiciones humanas; y por lo que vemos y oímos nos damos cuenta de que tales personas están dispuestas a todo con tal de conseguir lo que se proponen. Es realmente escabroso, además de extremadamente peligroso, coquetear con brujerías, hechicerías y pactos satánicos que aprisionan las almas de infinidad de incautos que eligen el placer inmediato y el éxito temporal a cambio de la perdida de sus preciosas almas. Esto puede parecer increíble a estas alturas, en un mundo tan sofisticado como el nuestro y que tiene cada vez más cauterizada la conciencia. Sin embargo, desgraciadamente en estos últimos tiempos, observamos con mayor frecuencia e intensidad la seducción de millares de personas fascinadas por este siniestro Mefistófeles, que incluso es capaz de ofrecer a los propios hijos de Dios todos los reinos de este mundo a cambio de un enfermizo deseo de suprema adoración a su persona. Uno de los casos bíblicos más paradigmáticos es el de Judas Iscariote que echó a perder su alma por la codiciosa obsesión de robar, y obtener dinero fácil aún a costa de traicionar al mismo Hijo de Dios. Cuando Jesús dijo “que el ladrón ha venido para robar, matar y destruir”, estaba describiendo perfectamente al mismo Satanás que se ha convertido en el perverso ladrón de las preciosas almas de los seres humanos que estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios. Pero lo extraordinario es lo que nos declara a continuación esta misma Escritura en Juan 10:10b: “Pero yo he venido para que tengáis vida y para que la tengáis en abundancia”. 

Jesús nos ofrece vida eterna por la sincera confianza en Su persona y además nos da “vida abundante”, esto significa el pléroma o la plenitud de Su Espíritu que nos regala el verdadero poder  espiritual, una nueva identidad y las abundantes riquezas de Su Gracia. ¡Esta sí que es una vida con propósito y con destino seguro!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - ¿Se puede vender el alma al diablo?