La iglesia es Apostólica (3)
La única, santa, iglesia católica y apostólica (XV)
05 DE ABRIL DE 2013 · 22:00
Hemos visto en nuestra nota anterior que:
· El carácter apostólico de la iglesia comienza en Jesucristo;
· Jesús construye su santa iglesia separada del poder político terrenal;
· La jerarquía interna de la iglesia se forma sobre la abnegación; y
· El poder de la iglesia apostólica proviene del Espíritu Santo, que la guía y ayuda a cumplir con su misión en el mundo(1).
Además, definimos algunas de sus características; dijimos que la iglesia apostólica primitiva:
· Reconocía a Jesucristo como Señor y cabeza;
· Recibía a los apóstoles como embajadores de Jesucristo;
· Aceptaba la autoridad de la prédica y de la enseñanza de los apóstoles;
· Entendía que el Antiguo Pacto había sido remplazado por el Nuevo Pacto; y
· Aprendía y enseñaba una misma doctrina(2).
Ya ha sido mencionado que los apóstoles comprendieron progresivamente la naturaleza y misión de la iglesia. Tanto es así que hubo entre ellos disputas y malentendidos que, una y otra vez, debieron ser zanjados apelando a la palabra enseñada por el Maestro. A lo largo de este proceso de yerros y aprendizaje los apóstoles fueron descubriendo que lo sobrenatural de Dios opera a través del Hijo, y en Él el Padre va santificando a los que añade cada día a Su iglesia.
Nosotros tenemos el privilegio de saberlo hoy gracias a las Escrituras que esos apóstoles y mártires nos legaron para nuestra edificación en la fe de Jesucristo.
JESÚS ADVIRTIÓ: HABRÁ FALSOS CRISTOS Y DOCTRINAS
El NT afirma que el Hijo de Dios vino a cumplir con toda la ley y los profetas. Por ello, el octavo mandamiento del Decálogo mosaico: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (3)fue evidente a lo largo de su enseñanza.
La gente que seguía a Jesús, atraída tanto por su enseñanza como por sus señales y milagros, no cumplía con los mandamientos. Jesús lo sabía y, aunque les tenía compasión, no se fiaba de ellos. Cuando los fariseos y escribas se le acercaron para enrostrarle la tradición de los ancianos, el Maestro de Galilea les hizo recordar al profeta Isaías:
“Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (4).
Los pueblos alejados de la ley divina, en vano intentan honrar a Dios con liturgia y ritos religiosos. Pero son fácilmente sometidos por líderes terrenales que les imponen decretos con fuerza de doctrinas. Como consecuencia, existe una construcción eclesial paralela a la de Jesucristo, en la que están atareados los guiados por el espíritu del engañador. Jesús les advirtió a los suyos acerca de estos infiltrados:
“Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos” (5).
Vivimos en una sociedad materialista signada por la amargura resultante de cientos de ambiciones frustradas. Nos gobiernan políticos que a la hora de gobernar parecen diletantes. Luego, manual en mano pontifican recetas de otros para frenar la crisis; lo hacen para persuadir a los electores y convencerse a sí mismos en el intento. Fracasan vez tras vez en diagnósticos y recetas; pero siguen aferrados a sus altos cargos. La gente descree de las promesas de los políticos, cuya credibilidad está en el piso. El mundo busca algo a qué aferrarse. Entonces aparecen los oportunistas.
LOS APÓSTOLES ENSEÑARON A DEFENDER EL EVANGELIO DE JESÚS
Los males originados por el sistema mundano de poder no son nuevos. Pablo, embajador del evangelio en la Europa del siglo I, lo sabía. Por esa causa, demostrando haber recibido del Señor todo el evangelio por Él predicado, instruye al joven y fiel Timoteo (en adelante, todas las negritas son mías):
“Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.(…) Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad (…) Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad (6) (...) más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados (7). Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”. (8)
Otro fiel colaborador de Pablo, Tito, recibe una carta de su tutor en la que es instruido para desempeñarse como encargado de la iglesia en Creta. Pablo va al grano respecto de los que tuercen la verdad evangélica:
“Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene. (…) no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”. (9)
El apóstol Pedro, haciendo causa común con la apologética paulina, defiende la presentación apostólica del evangelio de Jesucristo. Considerándose a sí mismo como uno más de los apóstoles expresa a los de su generación:
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”.(10)
LOS APÓSTOLES ENSEÑARON A LAS IGLESIAS LOCALES A DEFENDER EL EVANGELIO DE JESUCRISTO
A poco de establecerse las iglesias locales el flagelo del engaño ya las acosaba, desde adentro y desde afuera; como queda expuesto por la carta de Pablo a los fieles del primer siglo. A los creyentes de la iglesia en Roma les dice:
“Más os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos”.(11)
De la misma manera les habla con total realismo a las iglesias en Corinto y Galacia:
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis;”(12)
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”. (13)
Las iglesias en Éfeso y en Colosas también reciben similares advertencias del apóstol a los gentiles, por el daño que los falsos maestros iban causando en las filas de los nuevos cristianos para corromper la doctrina apostólica:
“… para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,(14) (…) ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.”(15)
El escritor de la carta a los creyentes hebreos, y a los no hebreos que la leyesen, les recomienda:
“No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas”. (16)
La apologética es la defensa histórica, actual y escatológica del Evangelio
El apóstol Pedro, sabiendo que su fin estaba cerca, escribe en su segunda carta universal: “yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación; sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.” (17)Y entonces escribió el capítulo 2 de su segunda carta - digno de leer en sus 22 versículos - donde advierte a los fieles sobre el peligro de seguir a falsos maestros; comienza así:
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas”. (18)
El apóstol Juan, ya anciano, abunda en sabias y amorosas recomendaciones. A fines del siglo I defiende el evangelio de Jesucristo que había predicado desde que conociera a quien lo adoptaría como “discípulo amado”:
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.(19)
Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo (…)Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”(20).
En la revelación de las cosas que “has visto, y las que son y las que han de ser después de estas”, (21) Juan recibe un mensaje para cada una de siete iglesias locales. A la iglesia en Tiatira el Señor amonesta por ser permisiva:
“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen ladoctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco (…) Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga.”(22)
El fin de los estragos causados por la bestia y el falso profeta está garantizado: “Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”.(23) La destrucción definitiva del enemigo de Cristo y su iglesia está en manos de Dios.
Muchos ‘cristianos’ ven la Biblia como arma de ataque; y lo revelan con su conducta: atacan a todos los que no interpretan la enseñanza bíblica como ellos. Otros, ni siquiera leen la Biblia; pero creen en todo lo que les dicen los líderes de su denominación y lo aceptan y repiten como verdad infalible. No hay posiciones más frágiles que estas.
La palabra Apologética proviene del griego απολογία (apología), que designa a la posición militar de defensa frente a un ataque. Ser un apologeta evangélico es defender la Palabra de Dios frente a todos los ataques, sean satánicos o humanos. No hay mejor defensa que abrevar en la palabra viva, y ponerla en práctica, cada día en el temor de Dios.
La última de esta serie: “La iglesia y los lugares de culto” en la próxima; si Dios lo permite. Paz del Señor a todos.
NOTAS
Ilustración: la Biblia es la espada del cristiano; Hebreos 4:12; “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Fuente
1. Blog “agentes de cambio”, serie: La iglesia y los lugares de culto; La iglesia es Apostólica (2); P+D, 31/03/13
2. Ibíd.
3. Éxodo 20:16
4. Mateo 15:8,9; Marcos 7:7, en referencia a Isaías 29:13
5. Marcos 13:22; Mateo 24:24
6. 1ª Timoteo 1:3-7; 4:1-3,7
7. 2ª Timoteo 3:13
8. 2ª Timoteo 4:3,4
9. Tito 1:10, 11; 14-16
10. 2ª Pedro 1:16
11. Romanos 16:17,18
12. 2ª Corintios 11:3,4
13. Gálatas 1:6-9
14. Efesios 4:14
15. Colosenses 2:20b-23
16. Hebreos 13:9
17. 2ª Pedro 1:13-15
18. 2ª Pedro 2:1-3
19. 1ª Juan 2:18-23
20. 2ª Juan 1:7; 9-11
21. Apocalipsis1:19
22. Apocalipsis 2:14,15; 24; Balaam es el profeta resistido por Dios por querer acomodar la profecía al pedido de Balac (Números 22-24). Los Nicolaítas no son descritos en la Biblia. Unos historiadores interpretan que intentaban instaurar una temprana jerarquía en la iglesia;
que proponían la anarquía como forma de gobierno, otros; y que era una secta indulgente con los abusos carnales, un tercer grupo. Por “las profundidades de Satanás” se refiere a los que adhieren a todo lo que no proviene de la fe. En particular símbolos usados por las masas o grupos especiales: Pentagrama, Pentagrama invertido, Bafomet, Hexagrama, Ankha, Svástica, Cruz Tau, Cruz invertida, Zodíaco, etc. Fuente. Ignorar sus significados es muy peligroso
23. Apocalipsis 19:20; La Revelación fue escrita para animar a los creyentes a prevalecer en la fe en tiempos de pruebas y tribulación
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - La iglesia es Apostólica (3)