Calvino y el Federalismo

Seguiremos viéndonos, d. v., cada semana, con temas propios de nuestro caminar común, pero ya sin numeración de artículos bajo el título “cristianismo y política”. Eso sí, ofreciendo propuestas concretas y reflexiones desde la perspectiva cristiana. “Calvino y el Federalismo” es el título específico que este año lleva el Congreso Internacional sobre Reforma Protestante Española, a celebrar en la Universidad Complutense. Ya se indicarán más pormenores, pero de momento sirvan estas notas para apuntar las fechas y los bloques de contenido. Las fechas: 29, 30 y 31 de octubre; algo del contenido: Carácter político de la Reforma Protestante; Concepto de Federalismo; Modelos de representación política; Política Federal en Europa; Federalismo y Tolerancia religiosa; Bund y Pneuma en Calvino; Altusio y los pactos políticos; Ciudades y Ligas en la España del XVI; Inquisición y la erosión de la Constitución histórica de los reinos hispánicos; España y el Federalismo de Fernando Garrido; Federalismo en Cataluña; Inquisición y pensamiento liberal; Federalismo en la Constitución de EE.UU.; Modelo Federal de la República de Israel; Ética y Política: Luis de Usoz; Ética Federal y Modernidad; Ethos Económico y Reforma; y más. Dentro del congreso, pero como parte específica de celebración del Día de la Reforma: “Federalismo y Calvinismo en Navarra”. Federalismo navarro-bearnés; La participación de la Santa Sede y de la Contrarreforma en la conquista de Navarra; Federalismo y Foralismo en Navarra; y más. Esta actividad es un paso más, desde el pasado para el futuro, y forma parte de un acuerdo de trabajo (esto es fundamental, “acuerdo de trabajo”), que luego tiene sus aspectos administrativos e “institucionales”, pero siempre secundarios. Lo importante es el trabajo concreto. Este acuerdo, dirigido por el catedrático José Luis Villacañas, supone la celebración cada año de un congreso sobre Reforma Protestante Española (este será el 2º), haciéndolo coincidir en fecha con la correspondiente al Día de la Reforma, para incluir en la actividad académica una sección de recuerdo de ese momento de transformación en Europa. También supone la realización de un Curso de Formación Continua (Diploma), con lo que se da continuidad cada año a esta actividad, con miras a una mayor entidad académica en el futuro. En este acuerdo de trabajo tienen un lugar fundamental Manuel Cerezo, como secretario del Consejo Evangélico de Madrid, y Mario Escobar, como consejero de Cultura. La clave de un adecuado funcionamiento y frutos para el futuro ha sido que se ha buscado el “acuerdo de trabajo”, para trabajar, y se ha dejado como secundario lo administrativo e “institucional”, que tiene su lugar, pero secundario, muy secundario. Al anunciar el próximo, quiero recordar el del año pasado, para reiterar la gratitud a todos por la generosa colaboración. Especial recuerdo para la presencia de la Facultad Protestante de Teología UEBE, con su rector, Julio Díaz Piñeiro, al frente. Y, como siempre, a este periódico por su eficaz comunicación. Algo de especial significación: la celebración académica del Día de la Reforma. Se trata de algo propio, académico, que no implica ninguna colisión o mezcla con los actos específicos eclesiásticos que se propongan en Madrid por las entidades evangélicas. En este año, V centenario de la conquista de Navarra, vuelvo a reiterar lo provechoso de recordar juntos ese episodio trascendental para nuestra Historia, que tiene una proyección singular en lo que es la Reforma Protestante. En medio de tantas cortinas de humo como se siguen poniendo encima de nuestro mapa patrio, es deber de todos mirar la realidad de los hechos, para que el mapa patrio sea uno de libertades de sus pueblos. Se puede hacer, se hará. Llega la caída de los tiranos. Trabajemos, nuestro Dios nos bendice, ya están vencidos. Les copio unos fragmentos de textos para ver de dónde nos viene la libertad y lo que cuesta mantenerla. Son de a poco cuando la reina Juana de Albret/Labrit está al frente de la Reforma en sus territorios, con su marido Antonio de Borbón luchando bajo bandera vaticana en su contra. [El general Monluc, paladín vaticano celebradísimo, tras comprar a traidor y entrar en Toulouse] “Mató, ahorcó, descabezó, descuartizó vivos a 3000 personas, dentro de los muros, por pública justicia, los cuales todos murieron mártires del Diablo, contentísimos en su herejía”. Y hoy en este día continúan los del Parlamento en justiciar y deshacer herejes a carretadas y echar los cuerpos al Garona, en tanto que por ser este río tan hecho sangre de los cuerpos, ni se bebe su agua, ni se come de su pescado. En las plazas y calles de Tolosa hay 300 horcas y 100 tabladas, para descuartizar y cortar cabezas”. [Con todo, testigo vaticano tiene que admitir] “Hablando en verdad, cuantos más mueren de estos herejes, tantos más resucitan cada hora”. [Entre ellos mujeres, que por carácter y determinación] “Háyase por verdad, que aquí salen hasta cien mujeres a caballo, cada una con dos o tres pistoletas, a pelear al campo”. [Y cuando están casi aplastados, con la llegada de la reina Juana] “Su presencia ha animado tanto a estos herejes, que de nuevo han resucitado y se van a perseguir a los católicos, hasta meterse a la muerte, sin temor del fuego ni hierro, ni artillería, ni a la misma muerte, como dementados y endemoniados”. ¿Podremos mirar al futuro con nuestros hijos y nietos sin recordar a estos “dementados”?