Sant Jordi: el libro y la rosa
Día de la rosa y el libro en Cataluña. Casi seis millones de rosas comercializadas dan la medida del enraizamiento de esta fiesta entre los siete millones de personas que forman el total de la población.
25 DE ABRIL DE 2009 · 22:00
En los días previos a la presente edición se veían dos claras amenazas: la crisis económica y la climatología.
La componente mercantil se salvó sin mayores complicaciones y las cifras fueron muy similares a las del año anterior. En un solo día se vendieron el 60 % de las rosas de todo el año en Cataluña.
La venta de libros, con un total aproximado de 20 millones de euros, representó el 7,5 % de los ingresos anuales del sector. Sant Jordi venció a la crisis.
En palabras del escritor Javier Cercas “Sant Jordi es una invención de la gente, porque ningún editor puede inventarlo”.
Es un día, sobre todo, para echarse a la calle. Este año hacía suficiente calor para ir ligero de ropa pero sin sofocos y el sol brillaba con la intensidad justa de un buen día de primavera.
Los paseantes se concentraron en las principales calles del centro de Barcelona libres del tránsito rodado. El ambiente era el de los domingos por la mañana aunque Sant Jordi es un día laborable.
Meterte entre la multitud y contemplar el espectáculo es una experiencia única. Puedes ver grupos de jóvenes, familias, padres y madres con sus cochecitos de bebés, gente mayor, y también solitarios. Se desplazan a pie, lentos y sin prisas, parándose con frecuencia para hojear libros.
Todos caminan con pasos cortos y mirando al frente como queriendo comunicar con los demás mientras disfrutan del sol, en contraste con las zancadas largas y la mirada baja de los otros días en que cada uno va a la suya, metido en sus asuntos.
Escuchas la música improvisada de algún instrumento aislado y te dedicas a percibir el olor de las rosas que todavía no se han vendido.
Sant Jordi combina la tradición y la modernidad, la emoción y la razón, el amor y la cultura, el sentimiento y la inteligencia.
El libro es lo estable, aquello que vas a tener en tu librería para echar mano en el momento que quieras. La rosa sugiere lo perecedero, aquellas cosas de la vida que si, no las vives en su momento, se pasan y te quedas sin su disfrute.
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