“Unimos diseño, innovación y tecnología para servir al prójimo y glorificar a Dios”
DiAmíti es la primera empresa en Costa Rica que une ingeniería en diseño industrial, salud y tecnología. Conversamos con Ada Luz Rivera, directora ejecutiva, y Lissa Rivera, ingeniera industrial e IA.
Cuatro hermanas han unido su profesión, talento y pasión en Costa Rica para crear una empresa que une diseño industrial, salud y tecnología con un enfoque profundamente cristiano. Bajo el nombre de DiAmíti, esta empresa busca desarrollar soluciones tecnológicas, con un enfoque en accesibilidad universal y sostenibilidad ambiental, contemplando las necesidades de la persona adulta mayor y persona con discapacidad. Su visión es clara: diseñar productos genuinos para todos.
DiAmíti invierte en la investigación y desarrollo(I+D) de productos que facilitan la autonomía y mejoran la calidad de vida a través del diseño y la tecnología. Su primer producto estrella es la Ducha TECH, la cual está en fase de validación, que fue diseñada para abarcar las necesidades del adulto mayor así como fomentar el ahorro consciente del agua en Costa Rica, mediante sistemas inteligentes. Su segunda línea de trabajo son las prótesis de mano adaptadas para buceo, crossfit y modelaje.
La empresa ha logrado importantes avances en innovación tecnológica. Su desarrollo más emblemático en el 2025 es la prótesis biónica llamada Bionic Finesthetic, creada de forma íntegra en Costa Rica. Este dispositivo combina diseño industrial, electrónica, mecatrónica e inteligencia artificial, y ya está en fase 2 de validación, con expectativas de llegar pronto a hospitales nacionales y expandirse por América Latina.
Además, ofrecen una gama completa de servicios: desde investigación y conceptualización, hasta prototipado en 3D, validación con usuarios y viabilidad para manufactura.
Otra de las formas en las que esta empresa impacta en la sociedad es a través de la inversión en la educación de Costa Rica con la niñez y adolescencia, compartiendo temas relacionados con tecnologías de vanguardia, como Inteligencia Artificial, Robótica, Electrónicas, Impresoras 3D, entre otros. Desde DiAmíti se centran en crear en los más jóvenes una mentalidad empresarial con un enfoque cristiano motivándolos a crear empresas innovadoras, disruptivas, pero sobre todo, empresas que honren a Dios.
Esta visión empresarial nace de una profunda convicción bíblica, que está en el mismo nombre de la empresa. Lissa y Ada Luz Rivera, dos de las hermanas fundadoras que llevan adelante esta empresa, estuvieron en el congreso de Lausana 4 celebrado en Seúl, que convocó a más de 5.000 líderes evangélicos de todo el mundo. Allí pudimos conversar y conocer más sobre sus vidas, experiencia y visión de futuro.
P. Gracias por conversar con LEC. ¿Podrías explicarnos algo sobre vuestra empresa, su propósito e historia?
Ada Luz: Nuestra empresa se llama DiAmíti, que significa “diseño genuino para todas las personas”. Nuestro objetivo es ofrecer un buen diseño para toda persona que Dios ponga en nuestro camino.
Lissa: Yo soy ingeniera industrial con énfasis en Inteligencia artificial. En DiAmíti desarrollamos productos con base en la investigación, buscando puntos de dolor específicos de la población con discapacidad y adultos mayores. Nuestro enfoque es mejorar su calidad de vida y autonomía, usando la tecnología como una herramienta a favor de la sociedad.
Ada Luz: Para la gloria de Dios, hemos creado varios productos. Entre ellos, la primera prótesis biónica manufacturada 100% en Costa Rica. También hemos desarrollado una prótesis para buceo, otra para practicar crossfit, y una ducha inteligente pensada especialmente para la persona adulta mayor.
Lissa: La ducha ha sido especialmente significativa, porque todo el proceso de desarrollo fortaleció mucho nuestra fe. Dios puede hacer las cosas de inmediato, pero nos llama a confiar en Él, a caminar con fe. Ha sido una de las mayores experiencias espirituales que hemos vivido.
P. ¿Cómo ha sido ese proceso de desarrollo? ¿Qué retos habéis enfrentado?
Lissa: Lo primero es entender que Dios es el dueño de la empresa, y nosotras solo somos administradoras fieles de los talentos que Él nos ha dado. Como dice en 1 Corintios 4:2: Ahora bien, además se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel. Nuestro deber es ser encontrado fiel en la misión, lo que significa maximizar esos talentos, el tiempo y los recursos. Con esos “cinco panes y dos peces” que Él nos confía, hemos visto cómo Dios multiplica y hace grandes cosas.
Ada Luz: En Costa Rica, es complejo y arriesgado crear una empresa de investigación y desarrollo y más aún crearla sin socios ni capital a nivel industrial, así que encontrar aliados industriales ha sido todo un reto. Hemos visto que los planes de Dios son diferentes a los nuestros, por ejemplo, en ocasiones, mi plan era ir a fabricar una pieza en la fábrica del empresario; pero, los planes de Dios eran otros y me llevaba ahí a orar por el empresario, en lugar de salir del lugar con la pieza fabricada. Y aunque al principio me preguntaba “¿por qué?”, entendí que lo más importante era obedecer a Dios en ese momento, no el hecho de fabricar o no la pieza; era hacer Su voluntad.
Lissa: También enfrentamos desafíos financieros. En lugar de comenzar buscando inversores, hemos seguido el modelo inverso: confiar en que Dios proveerá lo necesario. En Costa Rica, acceder a fondos para startups exige ventas mínimas de unos 5.000 dólares anuales, lo que complica mucho el proceso. Pero hemos visto cómo Dios suple cada necesidad, a su manera y en su tiempo. Asimismo, en el 2022, Dios nos bendijo al ganar un capital semilla INNup dirigido a emprendedores por primera vez en Costa Rica, realizamos esa convocatoria y Dios nos la dió. Él nos ha provisto el equipo y las herramientas necesarias para llevar a cabo su obra.
Ada Luz: Como dice la Palabra, “pacientemente esperé al Señor, y Él me escuchó”. En este tiempo donde todo lo queremos de inmediato, Dios nos enseña a esperar y confiar, y eso fortalece nuestra relación con Él. Él ya hizo lo más imposible: salvarnos. ¿Qué dificultad puede compararse a eso? Si quiere darnos sabiduría, como se la dio a Noé o a David, también puede dársela hoy a los jóvenes, si lo hacemos para su gloria.
P. ¿Veis vuestra profesión como un espacio en el que vivir la fe?
Lissa: Totalmente. Recientemente organizamos un evento tecnológico para niños de 5 a 17 años, donde les enseñamos robótica, programación e inteligencia artificial. Al finalizar el bootcamp, les regalamos una Biblia y compartimos la Palabra de Dios. Incluso vimos una obra teatral sobre Noé, mostrando cómo Dios hace lo imposible.
Ada Luz: Nuestra carrera, nuestro negocio, es también nuestro ministerio. Pudimos alcanzar no solo a los niños, sino también a los padres y al personal del evento. Cada una de nuestras hermanas está en un área distinta: salud, diseño, tecnología… y Dios ha unido todo eso para su gloria.
Lissa: Muchas veces esperamos a alcanzar una meta para empezar a servir, pero la pregunta es: ¿qué tienes hoy que puedas usar para avanzar el Reino de Dios? Hay que maximizar lo que ya tenemos.
Ada Luz: El mundo empresarial siempre empuja a querer más: más locales, más franquicias. Pero cuando uno reconoce que Dios es suficiente, eso cambia todo. Confiamos en que Él provee. No son nuestras fuerzas, sino las suyas. Además, en DiAmíti i conectamos estudiantes universitarios con los programas de mentoría. Yo asesoro el diseño y evaluación de productos mínimos viables. Y en el proceso, motivamos a los jóvenes a generar un impacto social, y eso abre puertas para compartir de Cristo. Muchos están buscando algo, pero en realidad, están buscando a Alguien.
P. ¿Qué os lleváis de vuestra participación en un encuentro tan singular como el de Seúl?
Ada Luz: Me llevo tres cosas. Primero, la colaboración: como iglesia, debemos apoyarnos, como en la iglesia primitiva. Solo Cristo puede unir a personas de tantos países y contextos con un mismo propósito. Segundo, la humildad: reconocer que necesitamos a los demás, menguar para que Cristo crezca. Y tercero, el valor de la oración. Aunque al principio sentía que no aportaba mucho, Dios nos conectó con personas clave con quienes pudimos orar y compartir.
Lisa: Es cierto. Al principio no encontrábamos conexiones, pero oramos en el hotel y dijimos: “Señor, si tú quieres que conectemos con las personas necesarias para expandir tu Reino, ayúdanos”. Y justo después conocimos a alguien que también estaba orando por lo mismo. Fue una oración respondida. Así es como Dios trabaja.
Ada Luz: Todo esto lo resume perfectamente 1 Crónicas 29:11-12, que nos gusta mucho:
“Tuyos son, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo. De ti proceden la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo. En tus manos están la fuerza y el poder, y eres tú quien engrandece y da poder a todos”.
Lisa: Eso es lo que vivimos en DiAmíti. Invitamos a otros empresarios a ver su negocio como un campo de misión. No somos gente ordinaria. Servimos a un Dios extraordinario, que hace cosas extraordinarias.
Ada Luz: DiAmíti significa “diseño genuino”, pero también representa al “Dios del imposible”. En hebreo, Amiti significa “verdadero” o “genuino”, y “Di” hace referencia a “discípulos”. Queremos ser eso: discípulos genuinos, viviendo a Cristo en todo.
Puedes conocer más sobre DiAmíti en su web https://www.diamiti.com/ o su Instagram https://www.instagram.com/diamiti.cr/
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